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Hume Y El Empirismo


Enviado por   •  30 de Noviembre de 2013  •  1.681 Palabras (7 Páginas)  •  515 Visitas

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DAVID HUME

El escocés David Hume (1711-1776) tomó como punto de partida para su filosofía la misma

que John Locke: la experiencia; sin embargo, Hume lleva hasta sus últimas consecuencias el

empirismo de Locke asumiendo una posición más escéptica y anti metafísica que su antecesor.

Como pensador ilustrado que es ya, desconfía de las teorizaciones filosóficas y asume a la ciencia

Como nuevo modelo de conocimiento sobre el mundo, pero también sobre el ser humano.

Especialmente relevante en la historia de la filosofía fueron sus críticas a la inducción y al principio de causalidad.

Empirismo:

Frente al racionalismo continental, en las Islas Británicas surgió el empirismo. El principal

problema que analiza este movimiento es cómo se produce el conocimiento, la tesis empirista es

que el verdadero conocimiento procede básica o exclusivamente de la experiencia. A nivel ético,

político y religioso los empiristas adoptaron posturas tolerantes lejos de cualquier dogmatismo,

postura coherente con el escepticismo que estos autores mostraban hacia cualquier tipo de

teorización que no estuviese fundada en la experiencia.

Mientras que para Descartes la piedra angular de su sistema era el “yo pienso”, para el

empirismo el sujeto, antes que una “cosa pensante”, es un procesador de los datos de los

sentidos,quien relaciona, analiza y reconstruye la experiencia sensible.

También niegan estos autores la existencia de ideas innatas. Para el empirista el hombre

nace como una tabla en blanco, sin ideas preconcebidas; solo las sensaciones llenan la mente del

ser humano. Para el racionalismo cartesiano la idea innata de Dios garantiza la realidad del mundo

externo, para estos autores anglosajones la realidad del mundo externo es cuestión de creencia,

podemos suponer su existencia porque genera sensaciones en nosotros, pero el verdadero

conocimiento son esas sensaciones, no el mundo externo que es inaccesible sin la experiencia.

No obstante empirismo y racionalismo coinciden en considerar al hombre el centro de su

reflexión. En concreto, David Hume, teniendo a la ciencia de Newton como paradigma, sostiene

que toda forma de conocimiento tiene a la naturaleza humana como condición previa de posibilidad,

que todas las ciencias son conocimientos de hombres y están sometidas al criterio de otros

ya hombres. Esto es válido para las ciencias naturales, pero también para las matemáticas, por

ejemplo. De este modo, la nueva metodología que propone el escocés tiene un primer objetivo,

que es indagar sobre la naturaleza humana, base común a todas las ciencias. Como segundo objetivo,

Hume se propone descubrir los límites de esa naturaleza, en otras palabras, analizar y fijar los

límites del entendimiento humano. Para lograr estos objetivos no nos debemos basar en teoría

filosóficas sino en la más cercana experiencia.

Analizando nuestro modo de conocer, Hume da por sentado que todo nuestro conocimiento

procede de “percepciones”. Las percepciones son contenidos que proceden de la experiencia de

un modo más o menos directo. Existen dos tipos de percepciones:

– Las impresiones: son percepciones inmediatas y directas. Aquí se incluyen los datos

aportados por los sentidos como ver u oír, y también los aportados por nuestras

emociones, juicios, pasiones...

– Las ideas: son percepciones más débiles y que proceden de las impresiones que

recordamos. Las ideas son más confusas y sujetas a engaño que las impresiones; por

tanto, para descubrir la validez de una idea tendremos que ir a analizar la impresión que

la ha generado.

Con esta teoría del conocimiento Hume pone en tela de juicio muchos de los conceptos de la

filosofía de su tiempo como “sustancia”, “idea innata”, etc.

Crítica de la causalidad:

El conocimiento a través de las impresiones no supone mayor problema al ser un

conocimiento que procede directamente de los datos empíricos. Sin embargo, Hume se ve forzado

a analizar el modo como conocemos a través de las ideas, ya que este modo de conocer es más

susceptible al error. Por lo tanto podemos afirmar que la teoría del conocimiento del autor escocés

es, en cierta medida, no solo una antropología sino también una psicología, entendida como análisis

de las leyes de nuestro pensamiento.

Según el filósofo empirista, las ideas se asocian unas a otras por una cierta atracción que

existe entre ellas. Por ejemplo, al oler una colonia (impresión) pensamos en una persona querida

que no está presente (idea), la idea de esa persona nos recuerda un encargo que nos ha hecho

(segunda idea), ese encargo nos hace darnos cuenta que se nos está haciendo tarde (tercera idea),

y así sucesivamente. En el ejemplo se ve que cada idea atrae a otra y se asocia en nuestro

pensamiento como cuentas que se enhebran con un hilo. Las cuentas son las ideas y el hilo el

principio de asociación. Este concepto de asociación por atracción toma como referente la ley de

la atracción universal de Newton.

Cuando conocemos, los hombres aplicamos el principio de asociación a través de tres

mecanismos: semejanza, contigüidad y causalidad. En este momento Hume realiza una fuerte

critica al principio de causalidad, sobre todo a la objetivización que había sufrido este principio a lo largo de toda la historia de la filosofía.

El pensamiento humano, dice el autor anglosajón, establece relaciones entre impresiones e

ideas de causa-efecto. Por ejemplo, abrimos

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