Iluminismo
Enviado por gjara • 10 de Febrero de 2014 • 1.341 Palabras (6 Páginas) • 272 Visitas
EL ILUMINISMO
El Iluminismo: sus fundamentos filosóficos.
Los hombres del Iluminismo tenían la firme convicción de que la mente puede aprehender el universo y subordinar lo a las necesidades humanas. La razón e convirtió en el dios de estos filósofos, que se inspiraron, principalmente, en los avances científicos de los siglos precedentes. Esos avances los llevaron a una nueva concepción del universo, basada en la aplicación de las leyes naturales. Utilizando los conceptos y las técnicas de las ciencias naturales, emprendieron la tarea de crear un mundo nuevo basado en la razón y la verdad. La verdad fue el objetivo fundamental de los intelectuales de esa época; pero no la verdad basada en la revelación, la tradición o la autoridad, sino la verdad surgida de la razón y la observación.
Ellos creían que la ciencia había revelado la acción de las leyes naturales en el mundo físico, quizás podían descubrirse leyes similares en el mundo social y cultural. Así, los filósofos investigaron todos los aspectos de la vida social; estudiaron y analizaron las instituciones políticas, religiosas, sociales y morales, las sometieron a una crítica implacable desde el punto de vista de la razón y reclamaron un cambio en aquellas que la contrariaban. Por lo general descubrieron que los valores y las instituciones vigentes eran contrarios a la naturaleza del hombre y, por lo tanto, impedían a los hombres realizar sus potencialidades. Por eso, estos pensadores combatieron lo irracional, y la crítica se convirtió en su arma más importante. Combatieron lo que consideraban superstición, fanatismo o intolerancia; lucharon contra la censura, y exigieron libertad de pensamiento; atacaron los privilegios de las clases feudales y sus restricciones sobre la clase industrial y la comercial; también intentaron secularizar la ética.
Los pensadores del siglo XVIII no creían en una filosofía confinada a axiomas definidos e inmutables y a realizar deducciones a partir de ellos. La filosofía ya no es una cuestión de pensamiento abstracto, sino que adquiere la función práctica de criticar las instituciones existentes para demostrar que son irrazonables e innaturales, y exige el reemplazo de estas instituciones y de todo el orden anterior por otro nuevo, más razonable, natural y, por ello, necesario. La realización del nuevo orden es la demostración de la verdad. Por eso, el Iluminismo tiene tanto un aspecto negativo y crítico, como un aspecto positivo. Por un lado critica y demuele a las instituciones anteriores, por el otro lado construye.
El Espíritu del Iluminismo:
Para los pensadores del Iluminismo, todos los aspectos de la vida y la obra del hombre están sujetos a examen crítico: las diversas ciencias, la revelación religiosa, la metafísica, la estética, etc. La autocrítica, la comprensión de la propia actividad, de la sociedad y de la época en que actuaron, constituían una función esencial del pensamiento. Sostenían que mediante el conocimiento, la comprensión y la identificación de las fuerzas y tendencias principales de su tiempo, los hombres podían determinar la dirección de esas fuerzas y controlar sus consecuencias. La razón y la ciencia permitían al hombre alcanzar grados cada vez mayores de libertad y un creciente nivel de perfección.
A diferencia de los pensadores del siglo XVII, para quienes la explicación debía partir de la deducción estricta y sistemática, los del siglo XVIII construyeron su ideal de explicación y comprensión según el modelo de las ciencias naturales contemporáneas. Se inspiraron principalmente en Newton, cuyo método no era la deducción pura, sino el análisis. Newton estaba interesado en los hechos, en los datos de la experiencia; sus principios y el objetivo de sus investigaciones descansaban, sobre todo, en la experiencia y en la observación. Es decir, tenía una base empírica. Newton afirmaba que el orden es inmanente al universo, y no se lo descubre mediante principios abstractos, sino mediante la observación y la acumulación de datos. Los racionalistas del siglo XVII, en cambio, ignoraban los hechos, los fenómenos del mundo real. Se elevaba a la categoría de dogma
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