Imperio romano
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Para otros usos de este término, véase Cuero (desambiguación).
Algunas herramientas para el trabajo del cuero y manufacturas de cuero.
Llámase cuero (del latín corium, "piel de los animales, curtida") a la piel tratada mediante curtido.1 Proviene de una capa de tejido que recubre a los animales y que tiene propiedades de resistencia y flexibilidad bastante apropiadas para su posterior manipulación. La capa de piel es separada del cuerpo de los animales, se elimina el pelo o la lana, salvo en los casos en que se quiera conservar esta cobertura pilosa en el resultado final y posteriormente es sometida a un proceso de curtido. El cuero se emplea como material primario para otras elaboraciones.
La península ibérica ha estado desde sus comienzos muy unida con la piel. Se puede ver sino la definición que hace de Hispania ofrece Estrabón poco después de iniciarse la era cristiana: «Hispania es semejante a una piel extendida a lo largo de Occidente a Oriente», y a veces mecionamos que la península es una piel de toro, indicando únicamente la forma de la península.
Índice [ocultar]
1 Imperio romano
2 Edad Media 2.1 Baja Edad Media (España)
3 El Renacimiento (España)
4 Aplicaciones 4.1 Vestimenta
4.2 Construcción
4.3 Militar
4.4 Herramientas
4.5 Encuadernación
5 Tipos de cuero 5.1 Según su procedencia
5.2 Según tratamiento post-curtido
6 Profesiones y operaciones 6.1 Profesiones
6.2 Operaciones
7 Fetichismo
8 Véase también
9 Referencias
10 Enlaces externos
Imperio romano[editar]
En la época del imperio romano se sabe que el principal consumidor de artículos de cuero fueron las legiones, y este comercio estuvo centralizado en la ciudad de Roma a través de un gremio de comerciantes de cueros y pieles del puerto de Ostia. Uno de los elementos desencadenantes de la guerra de Cartago fue precisamente el comercio del cuero, suministrador a su vez, gracias a las mercados instalados en el norte de África, de pieles a los diferentes países mediterráneos, fue la ruptura del monopolio imperial que regulaba el comercio de las pieles.
A partir del siglo III a. C., y muy especialmente de la época del imperio romano, los mercados de cuero proliferan en todo el mundo romanizado. Quizá sea el sur de Francia y la práctica totalidad de la Península Ibérica la zona más abundante en este tipo de industrias. Un hallazgo encontrado en el pueblo de Botorrita (Zaragoza) donde han aparecido cantidades de cal, de azufre y de otros productos químicos, en el yacimiento de Contrebia Belaisca correspondiente al período comprendido entre los siglos I a. C. y III a. C. demuestra el desarrollo de la piel en tan temprana época en la romanizada Hispania.El material mayoritariamente utilizado en la confección del calzado era el cuero.
Edad Media[editar]
Carlomagno dicta numerosas leyes prohibiendo o limitando el comercio de determinadas pieles, y al mismo tiempo carga con impuestos de otras. Por esa época se tiene conocimiento de pieles bastas, mal trabajadas y de procedencia local: garduña, comadreja, gato montés, topo, liebre, ciervo, buey, cordero y cabra. La más cotizada es la de marta. Se sabe que para fabricar adornos para las mangas, cuellos, los nobles germánicos y mediterráneos importan desde el Cáucaso pieles de armiño (Denominada también arminia o rata de Armenia).
La moda por esa época era traer las pieles de Siberia, este comercio tendrá duración de un siglo e cayendo ya bajo el monopolio de las comunidades de judíos de Varsovia o de Leópolis, que tratan directamente con los cazadores.
Por otra parte, al desmoronarse progresivamente las vías de comercio romanas, el papiro para escribir se hace cada vez más escaso en Occidente, beneficiando a una industria local de producción de pieles finas para la fabricación de pergamino.
Baja Edad Media (España)[editar]
La elaboración de cuero tiene una época de esplendor en el sur de España, en los reinos árabes del Al-Andalus. La ciudad de Córdoba se hace famosa por su producción de cueros de alta calidad, repujados, policromados y, en algunos casos, metalizados con aplicaciones de finas hojas de oro y plata.
Algunos autores han contribuido a un estudio de las propiedades del cuero; uno de ello es Ramón Llull, que cerca del año 1290 escribe el Llibre de les Bèsties como parte integrante del Llibre de Meravelles o Fèlix y que se puede decir constituye una auténtica joya para el estudio de la relación entre las pieles utilizadas en la curtición y los animales que las procuraban.
El Renacimiento (España)[editar]
Resulta una incógnita saber cual era la vida cotidiana de los artesanos del siglo XIV, no obstante se dispone de un documento, el Quadern de Comptes que es una especie de libro de contabilidad muy rudimentario que procede de Jaume March y de su hijo Bernat March y que nos suministra abundante información sobre el comercio del ramo de la piel en Vich y de la región. Las cuentas muestran qué tipo de cueros se utilizaban mayoritariamente por aquella época, y de dónde se importaban y se sabe que el gremio de zapateros es el más numeroso de entre los profesionales del sector.
Con la expulsión de judíos y moriscos, reputados artesanos tienen que abandonar España para ir al exilio, estableciéndose en ciudades del norte de Marruecos. La artesanía del cuero, como otros muchos tipos de manufacturas, decaen por este motivo en la península.
Aplicaciones[editar]
Vestimenta[editar]
Históricamente el mayor uso dado al cuero es el de vestido y calzado, hasta el punto de ser la primera materia prima de la que se tiene constancia que se usara para vestir. Actualmente en este campo se utiliza principalmente en la fabricación de ropa de abrigo y calzado.
Construcción[editar]
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