JESUCRISTO Y LAS RELIGIONES DEL MUDO
Enviado por sguzg • 18 de Septiembre de 2013 • 2.230 Palabras (9 Páginas) • 226 Visitas
RELIGIONES TRADICIONALES: EL CAMINO DE LA PRESENCIA FAMILIAR DE DIOS
SINTESIS
En todos los pueblos ha existido y, de algún modo, todavía sigue existiendo una base cultural que tiene tres derivaciones o relaciones: la relación con las cosas (el cosmos), la relación con los semejantes y la relación con Dios o con la trascendencia. La relación con Dios constituye lo que llamamos «religión», que puede expresarse por medio de ritos, oraciones, fiestas y sacrificios.
Algunas religiones, como las que estudiaremos en los capítulos siguientes, sin perder completamente esta base cultura «primitiva», han tenido origen, ordinariamente, en una fuerte experiencia religiosa por parte de personas o de grupos, con una cierta tendencia a comunicarse a otros pueblos.
Las religiones llamadas «tradicionales» son aquellas que han permanecido en el propio contexto sociocultural local, sin tendencia marcada al universalismo. A partir de tiempo inmemorial, han ido sufriendo evoluciones históricas en armonía con la propia cultura o también en relación y cruce con otras culturas. Estas religiones se han llamado también, de modo inexacto, «primitivas», y «animistas» .
Resulta difícil delinear un común denominador de todas esas religiones. Viene a ser la misma dificultad que se encuentra al querer elaborar unos datos comunes de la cultura humana, de la que la religión es un componente necesario y siempre presente. Hay que distinguir también entre religiones del pasado (ya desaparecidas) y religiones tradicionales todavía existentes.
Las religiones «tradicionales» se caracterizan por un fuerte sentido de Dios, como ser supremo y protector, cuya presencia se manifiesta de muchas maneras (multipresencia), a veces por otros seres (o espíritus inferiores) intermedios. La religión ayuda a relacionarse con los antepasados ya fallecidos.
La tierra es un don de Dios que va unido a la vida del pueblo. El culto se realiza por oraciones, ceremonias, sacrificios, simbolismos y ritos, con gran sentido de lo sagrado. La religión llega a todas las circunstancias de la vida personal, familiar y social.
Se respeta la vida y se celebran sus fases de nacimiento, iniciación, convivencia, trabajo, muerte (salvo supersticiones y tabúes). Tienen sentido familiar muy arraigado y amplio. Por esto, la autoridad en la comunidad tiene también sentido sagrado. Acostumbran a tener un código moral que se transmite a las futuras generaciones, ordinariamente por vía oral, símbolos y costumbres. Su «teología» (o reflexión sistemática) es primaria, escrita más bien en la vida del pueblo.
Frecuentemente se encuentra en esas religiones la realidad e, incluso, el concepto de Dios personal, que es providente, bueno y «padre» de los hombres. Las otras realidades pueden ser no tanto un ídolo cuanto epifanías del único Dios. La dependencia respecto a Dios es familiar y profunda, enraizada en todo el ambiente cultural.
En las religiones tradicionales africanas se pueden encontrar los valores indicados con matices peculiares. Los principales componentes de la religión (relacionados entre sí) son los siguientes: creencia en Dios Supremo, «divinidades», espíritus (que habitan en árboles, casas, tierras, etc.), antepasados, magia, medicina...
Existen muchos aspectos o puntos de vista acerca de Dios, según la variedad de atributos y de nombres para nombrar al Inefable. Pero Dios es siempre real (conocido, vivido), amigo (padre) que camina con nosotros, dirige todo el universo, único (no confunden al Dios supremo con las «divinidades» ni con los seres inferiores, espíritus y atributos divinos). En el fondo, es el monoteísmo expresado de diversas maneras.
El culto se dirige también a los espíritus y a los antepasados, pero principalmente a Dios. Se expresa con la oración, especialmente en el ambiente familiar. Aunque sea con diversos nombres, se cree en el único Dios, al que se dirigen las oraciones.
La creencia y experiencia religiosa se transmite por vía oral: proverbios, historias (mitos), cantos. Se cuentan y transmiten mitos sobre la creación. Esa transmisión tiene también lugar por medio de celebraciones, actitudes, costumbres. Por los ritos de iniciación se insertan en una tradición comunitaria donde hay una profunda experiencia de Dios.
Hay seres inferiores subordinados a Dios, como teofanías o intermediarios (con poderes especiales). Los «intermediarios» ayudan a desvelar el silencio de Dios. Existe una lucha constante
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entre el bien y el mal, en la que Dios observa y ayuda. Así se muestra el «misterio» de la vida, con sus pruebas y dificultades. El mundo tiene tres sectores: el de Dios, el de los espíritus y el de los hombres. Todo es sagrado en la vida del universo, que es animado por fuerzas vitales.
Como consecuencia de este ambiente cultural religioso, existe un gran respeto por los hijos y los ancianos. Las criaturas son dones de Dios, especialmente la lluvia, el sol, las cosechas, la salud, el bienestar, la fecundidad (hijos), la familia...
Por ser la religión un elemento esencial de cultura, aparecen en ella todos los valores de la misma: vida, fecundidad, bienestar, familia, salud, paz, felicidad. La persona y la comunidad inmersa en esa cultura, son creyentes por naturaleza. No se hacen elaboraciones sistemáticas, sino que todo se expresa por vivencias permanentes y cotidianas. El Invisible está inmerso en la vida. Dios y la vida humana son como dos mundos entrelazados. Pero Dios dirige el destino del hombre, en una especie de solidaridad vertical y horizontal: todos los seres y todos los hombres se entrelazan entre sí y con Dios (también con los antepasados), con una armonía sostenida y protegida por Dios.
El estudio de las religiones tradicionales requiere una actitud previa de admiración, respeto y amor, como en el caso de Moisés, invitado a quitarse las sandalias. Se trata de descubrir y respetar una búsqueda continua de Dios, según la expresión paulina: «buscar a Dios».
Los grandes valores de esas religiones son una gran «preparación evangélica». Pero no deben olvidarse las limitaciones: ideas inadecuadas sobre Dios, poligamia, supersticiones, magia, rechazo de los niños gemelos, maleficios, luchas y odios tribales, etc.s.
El chamanismo es un fenómeno no ligado a religión, raza y pueblo concreto; es más bien una prácti-ca (a veces, extática y de exaltación), que se encuentra en diversas religiones, para ponerse en contacto con los espíritus y conseguir efectos medicinales, adivinatorios, etc. (fetichismo, espiritismo...).
El sinkió (o religión sin nombre) es la religión tradicional de Corea, a modo de marco moral donde se inspira el pueblo coreano. No corresponde propiamente al «animísmo» ni al «chamanismo», sino que viene a ser una
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