KAKFA Y EL EXISTENCIALISMO
Enviado por OliverBernal • 17 de Junio de 2013 • 759 Palabras (4 Páginas) • 332 Visitas
Al pensar en los grandes literatos de principios del siglo XX no podemos dejar de mencionar a Franz Kafka cuyo legado es de amplia profundidad espiritual aunque no es tan basto; tan sólo tres novelas (El castillo [inconclusa], El proceso, América), una pequeña novela (Metamorfosis) y, eso sí, una gran cantidad de escritos entre diarios, cartas, escritos breves y relatos autobiográficos; gran parte de ellos publicados póstumamente. Todo esto matizado por un fuerte tono existencialista, tanto que se ha llegado a afirmar que su obra puede ser un emblema de dicha corriente filosófica. Precisamente, a partir de sus aforismos, evidenciaremos dicha afirmación.
Kafka nace en Praga el 3 de julio de 1883 en el seno de una familia judía. Desde niño fue débil y frágil de salud, dichas condiciones lo llevaría muy temprano a la tumba, a la edad de apenas cuarenta y un años. Una de las figuras familiares que influyó en carácter serio y solitario del pequeño Kafka, con el cual las relaciones resultaron siempre penosas fue el padre.[1] Estudió derecho y se graduó con honores. Fue abogado y ejerció su profesión en el Instituto de Seguros contra Accidentes del Trabajo para el Reino de Bohemia, sin embargo lo que realmente daba sentido a su vida eran las artes. Así se expresa Agustín Basave al respecto: “Cegado por la verdad de indecible e inescrutable, Kafka camina a tientas. Va solo. Persigue, con la literatura, algo que no se expresa del todo en la literatura. Se deja conducir por sus sueños y adivinaciones. El hombre no es, a sus ojos, más que ‘un fuego fatuo ante los reflejos del Sol brillante’”.[2]
Sobre este sentimiento escribe en sus Reflexiones sobre el pecado, sufrimiento, esperanza y el camino verdadero, aforismos publicados hacia el final de su vida bajo el título Aforismos, visiones y sueños, “Nuestro arte radica en un «ser-cegado» por la verdad: la luz en el rostro grotesco que retrocede es verdadera; si no, nada.”[3] Esta expresión representa muy bien a Kafka ya que de él sólo conocemos el producto del estado de ceguera por la verdad. De allí nace el arte que lucha desesperadamente contra su creador.
Sus aforismos, debido al carácter mismo de tal estilo literario, carecen una unidad lógica; aunque nos parece justo decir que el autor los escribió con un eje temático principal: la reflexión sobre el pecado, el sufrimiento, la esperanza, y el camino verdadero. Por ello el filósofo mexicano Agustín Basave ha llegado a afirmar que “hay en ello cierta debilidad, cierta incapacidad de pensar cada particular relación con lo universal. No era un espíritu filosófico”,[4] por ello se habla de una cosmovisión y de una filosofía de Franz Kafka.
En los aforismos de Kafka se refleja aquello de lo que habíamos hablado, un espíritu existencialista. Basta con el primero de sus aforismos: “El camino verdadero transcurre sobre una cuerda
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