LAS PREGUNTAS DE LA VIDA.
Enviado por MonserratM246 • 30 de Marzo de 2016 • Ensayo • 731 Palabras (3 Páginas) • 197 Visitas
Árbol de sangre, el hombre siente, piensa, florece
y da frutos insólitos: palabras.
Se enlazan lo sentido y lo pensado,
tocamos las ideas: son cuerpos y son números.
OCTAVIO PAZ
Modesto porque se contentaría con servir como lectura inicial para alumnos de bachillerato que deben acercarse por primera -y quizá última- vez a los temas básicos de la filosofía occidental, planteados no de forma histórica sino como preguntas o problemas vitales. En este sentido, pretende atender fielmente aunque con cierto díscolo sesgo personal a las indicaciones sobre esta asignatura dictadas por las administraciones educativas.
Pero también desmesuradamente ambicioso, puesto que no renuncia a servir como invitación o proemio a la filosofía para cualquier profano interesado en conocer algo de esta venerable tradición intelectual nacida en Grecia.
Para ello, sin duda, tendremos que remontarnos en ocasiones hasta las lecciones de Sócrates o de otros insignes maestros pero sin limitarnos a levantar acta más o menos crítica de sus sucesivos descubrimientos. La filosofía no puede ser solamente un catálogo de opiniones prestigiosas. Más bien lo contrario, si atendemos por esta vez a la opinión prestigiosa de Ortega y Gasset: La filosofía es idealmente lo contrario de la noticia, de la erudición. Ciertas introducciones a la filosofía son como tratados de ciclismo que se limitasen a rememorar los nombres y las gestas de los vencedores del Tour de Francia. En estas páginas no se ofrece una guía concluyente de pensamientos necesariamente válidos sino un itinerario personal de búsqueda y tanteo.
Pero ¿no son precisamente esas lecciones lo que cuadra dar en el bachillerato? Y ¿acaso no es un gran atrevimiento creer que uno puede guardar el tono accesible del que pretende ser comprendido por adolescentes sin dejar por ello de tratarles como iguales y sin renunciar tampoco a ser útil a otros lectores no menos neófitos pero adultos? Pues tal es mi atrevida pretensión, en efecto. Me reconforto recordando que, según el poeta surrealista René Crevel, «ningún atrevimiento es fatal.
Y entonces, ¿quién sabe de verdad lo que hay que saber sobre el mundo y la sociedad? Pues los científicos, los técnicos, los especialistas, los que son capaces de dar informaciones válidas sobre la realidad. Pero no hay información «filosófica». Éstas son precisamente las preguntas a las que atiende lo que vamos a llamar filosofía. no hay información propiamente filosófica, pero sí puede haber conocimiento filosófico y nos gustaría llegar a que hubiese también sabiduría filosófica. Y, claro está, hay una perspectiva de entendimiento filosófico sobre cada cosa, no exclusivamente sobre las obras maestras de la pintura.
Volvamos otra vez a intentar precisar la diferencia esencial entre ciencia y filosofía. La ciencia busca saberes y no meras suposiciones; la filosofía quiere saber lo que supone para nosotros el conjunto de nuestros saberes... ¡y hasta si son verdaderos saberes o ignorancias disfrazadas! Porque la filosofía suele preguntarse principalmente sobre cuestiones que los científicos (y por supuesto la gente corriente) dan ya por supuestas o evidentes.
En cualquier caso, tanto las ciencias como las filosofías contestan a preguntas suscitadas por lo real. Pero a tales preguntas las ciencias brindan soluciones., Porque, ¿qué es el hombre sino el animal que pregunta y que seguirá preguntando más allá de cualquier respuesta imaginable?
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