LOS PLIEGUES DE LA MATERIA.
Enviado por minjhelbg • 3 de Mayo de 2016 • Resumen • 853 Palabras (4 Páginas) • 405 Visitas
LOS PLIEGUES DE LA MATERIA
El Barroco no remite a una esencia, sino más bien a una función operatoria, a un rasgo. No cesa de hacer pliegues. No inventa la cosa: ya había todos los pliegues procedentes de oriente, los pliegues griegos, romanos, románicos, góticos, clásicos.
El rasgo del Barroco es el pliegue que va hasta el infinito, en primer lugar diferencia los pliegues en dos direcciones. Los pliegues de la materia y los pliegues en el alma, abajo, la materia es acumulada según un primer género de
Pliegues, arriba, el alma canta la gloria de dios en la medida en que recorre sus propios pliegues.
Un primer nivel o piso de esta casa barroca, donde tiene lugar los movimientos en el alma, hacia el piso correspondiente a los movimientos del cuerpo, recogiendo en ello esa idea imposible que tuvo Leibniz que hacía a los cuerpos actuar como si no hubiera almas, a las almas como si no hubiera cuerpos y ambos como si se influyeran unos en otros. La salida a esta conocida problemática de la relación entre el cuerpo y el alma sólo fue posible por medio de una creación alocada de conceptos, en medio de cuya red se sitúa la famosa mónada.
De lo anterior se derivan ya dos consecuencias que hacen presentir la afinidad de la materia con la vida. La materia-pliegue es una materia-tiempo.
Según una perspectiva barroca. En resumen, la razón de un piso superior es la siguiente: hay almas en el piso inferior, pero algunas de ellas son llamadas a devenir razonables, así pues, a cambiar de piso.
La necesidad de otro piso se afirma, pues, por todas partes, El alma constituye el otro piso o el interior de arriba, allí donde ya no hay ventana para influencias exteriores. Incluso por la física, pasamos de los repliegues materiales extrínsecos a los pliegues interiores animados, espontáneos. Ellos son los que hay que examinar ahora, en su naturaleza y en sus desplegamientos. Sucede como si los repliegues de la materia no tuviesen su razón en sí mismos. Pues el Pliegue siempre está entre dos pliegues, y ese entre-dos-pliegues parece pasar por todas partes.
LOS PLIEGUES EN EL ALMA
Klee comienza por una sucesión de tres figuras. La primera dibuja la inflexión. La segunda muestra que no hay figura exacta. La tercera marca con una sombra el lado convexo, y pone así de manifiesto la concavidad y su centro de curvatura, que cambian de lado en las dos partes del punto de inflexión.
Bemard Cache define la inflexión, o el punto de inflexión, como una singularidad intrínseca. Asi pues la inflexión es el puro acontecimiento de la línea o del punto, lo virtual, la idealidad por excelencia.
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