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La Apreciación De La Sociedad (Ética Y Sociedad)


Enviado por   •  25 de Febrero de 2015  •  1.618 Palabras (7 Páginas)  •  183 Visitas

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Apreciación de la Sociedad (Ética y Sociedad)

Partiendo del reconocimiento de esta necesidad y con la intención de superar las limitaciones inherentes de las concepciones axiológicas clásicas, nosotros hemos propuesto un enfoque multidimensional de los valores que, al mismo tiempo que los comprenda como un fenómeno complejo con manifestaciones distintas en diversos planos de análisis, muestre la conexión mutua entre esos plano y realice para cada uno de ellos las precisiones categoriales correspondientes.

Nuestra propuesta reconoce la existencia de tres dimensiones fundamentales para los valores que se corresponden, a su vez, con tres planos análisis de esta categoría. Distinguimos conceptualmente estas dimensiones como objetiva, subjetiva e instituida y mediante ellas le otorgamos el espacio requerido y ponemos en conexión a las distintas manifestaciones particulares de los valores.

En la objetiva, es necesario entender los valores como parte constitutiva de la propia realidad social, como una relación de significación entre los distintos procesos o acontecimientos de la vida social y las necesidades e intereses de la sociedad en su conjunto. Digámoslo en otras palabras: cada objeto, fenómeno, suceso, tendencia, conducta, idea o concepción, cada resultado de la actividad humana, desempeña una determinada función en la sociedad, adquiere una u otra significación social, favorece u obstaculiza el desarrollo progresivo de la sociedad y, en tal sentido, es un valor o antivalor, un valor positivo o un “valor” negativo. Convengamos en llamarles “objetivos” a estos valores, y al conjunto de todos ellos, “sistema objetivo de valores2. El concepto “objetivo” no es el mismo que el tradicional. Es decir, no se trata de una dimensión trascendental e inamovible de los valores, sino de una objetividad social, dad por la relación funcional de significación del objeto o fenómeno dado con el Hombre, es decir, con e l ser humano genéricamente entendido y no con un grupo particular o específico de hombres. Un fenómeno puede ser positivamente significado para una persona o para un determinado grupo de hombres y, al mismo tiempo, poseer una relación negativa con la sociedad, con lo humano genéricamente asumido. En tal caso ese fenómeno será objetivamente un antivalor y no un valor, aunque pueda ser positivamente apreciado por ciertos sectores de la sociedad. El sistema objetivos de valores es independiente de la apreciación que de él se tenga, pero eso no significa que sea inmutable. Todo lo contrario, es dinámico, cambiante, atenido a las condiciones histórico- concretas. Es posible que lo que hoy o aquí es valioso, mañana o allá no lo sea, debido a que puede haber cambiado la relación funcional del objeto en cuestión con lo genéricamente humano.

En el segundo plano de análisis se refiere a la forma en que esa significación social, que constituye el valor objetivo, es reflejada en la conciencia individual o colectiva. En dependencia de los gustos, aspiraciones, deseos, necesidades, intereses e ideales, cada sujeto social valora la realidad de un modo específico. Como resultado de este proceso de valoración, conforma su propio sistema subjetivo de valores, sistema relativamente estable que actúa como especie de patrón o estándar que regula la conducta humana y a través de cuyo prisma el sujeto valora cualquier objeto o fenómeno nuevo. Esos valores subjetivos pueden poseer mayor o menor grado de correspondencia con el sistema objetivo de valores, en dependencia, ante todo, del nivel de coincidencia de los intereses particulares del sujeto dado con los intereses generales de la sociedad en su conjunto. Al mismo tiempo, los intereses están vinculados al lugar que ocupa el sujeto en el sistema de relaciones sociales, a la posición de los grupos humanos dentro de la sociedad. Ante un mismo fenómeno hay intereses diversos que mueven a los distintos sujetos. El precio de una mercancía no lo valora igual un propietario que un comprador. Tampoco coinciden las valoraciones que sobre determinados aspectos de la realidad se emiten desde la posición del padre y desde la del hijo, desde la postura de un dirigente y la del subordinado, para no hablar ya de las diferencias de apreciación entre clases sociales o naciones. Es que al ocupar los sujetos diferentes posiciones en el sistema de relaciones humanas, los objetos guardan distintos vínculos con cada uno de ellos. Claro, no siempre es el mismo el interés que emana desde la posición de un determinado sujeto y el interés que ese sujeto concientiza. En el proceso de concientización de los interese median las influencias educativas y culturales y las normas y principios que prevalecen en la sociedad. Factores como la escuela, los medios de comunicación, las tradiciones, e incluso , ciertos prejuicios prevalecientes en determinado marco social, condicionan los intereses y aspiraciones que los individuos hacen suyos. La mecánica univoca.

Hemos visto la pertinencia de reconocer estas dos dimensiones de los valores. Nos percatamos de que en alguna medida tenían razón tanto los objetivistas como los

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