La Enfermedad Llamada Ser Humano

LA ENFERMEDAD LLAMADA SER HUMANO

1. La fe, conviene recordarla brevemente, es un proceso de apertura hacia Dios y de confianza en El, proceso que lleva a la adhesión total de mi persona, mente, corazón, acción a todo cuanto El ha revelado y que la Iglesia instruida por el Señor y asistida por el Espíritu Santo propone para ser creído. Aceptar al Señor, optar por creer en Él, es abrir la mente a la verdad que Él revela y el corazón al amor que Él derrama en nuestros corazones, es aspirar a vivir un proceso que lentamente lleve a la plena y fecunda adhesión a Él.

La adhesión al Señor Jesús permite el flujo vital de la gracia que, con nuestra cooperación, nos lleva a transformarnos interiormente, a conformarnos con quien es modelo de auténtica y plena humanidad, y a dar frutos de santidad en nuestra vida cotidiana. El Señor lo explicó usando una sencillísima comparación: «Yo soy la vid; vosotros los sarmientos». ¡Todo un programa de vida! Quien por el amor se adhiere y permanece adherido a Él, como la rama que se nutre de la savia del tronco, se despliega, da fruto abundante en la vida ordinaria. En cambio, quien se separa de Él, se cierra sobre sí mismo, y con el tiempo se seca y se marchita. Así de sencillo.

No es capaz de reconocer en sus hermanos la imagen y semejanza de Dios, por lo tanto no existe en su corazón los sentimientos de Dios (amor misericordia, perdón, caridad, tolerancia, paz, etc.) Mientras que el hombre saque de su corazón a Dios se le hace fácil herir y sepultar para satisfacer su orgullo y prepotencia. Ha perdido su horizonte y su verdadera realización como ser humano que se llama libertad por qué no se ha adherido al tronco que da vida y vida en abundancia.

Separar la fe de mi vida conlleva:

Romper contigo mismo: Angustia, miedo, desesperación, tristeza, malestar, dolor físico.

Romper con los demás: Discusión, odio, división, pelea, terrorismo y guerras.

Romper con la naturaleza: Contaminación.

Al estar en esta situación el hombre esta desequilibrado y no puede ser feliz. Para poder ser feliz se requiere estar bien equilibrado en lo físico, mental y espiritual. Esto marca la diferencia para poder vivir como verdaderos hijos de Dios. El desequilibrio espiritual siempre afectara lo físico y mental, aunque se quiera negar.

2. El no ser capaz de amar con sinceridad y entrega pues allí está la clave de tener una buena relación con mis hermanos pues muy bien lo expresa el Apóstol San Pablo: “El amor es comprensible, el amor es servicial, el amor no tiene envía, el amor nunca busca el mal” Pues cuando no existe amor en la vida del ser humano no es capaz ver la grandeza de Dios plasmada en sus semejantes.

Cuando no hay amor tampoco hay perdón que aunque es una palabra muy pequeña es grande en significado pues juega un papel importante en la vida del hombre pues gracias a ella somos capaces de sanar las heridas que se han formado en nuestro interior pero nos hemos obstinado en usar una frase maquiavélica “ojo por ojo y diente por diente” que rompe toda relación de fraternidad con nuestros hermanos llenando nuestro interior de odio, rencor, muerte.

Cuando no hay amor no hay respeto por la vida del otro por eso tenemos que tolerar cada día muertes, secuestros que es toda la realidad despiadada porque hemos perdido el valor insondable del don de la vida como manifestación del amor de Dios.

Todos necesitamos revisar que impide una verdadera relación con los demás y medir la capacidad de amar pues allí es donde verdaderamente somos capaces de vivir las palabras de Jesus “Amensen los unos a los otros como yo los he amado”

3. Por ser imagen y semejanza de Dios juega un papel importante y primordial pues nos une un parentesco el ser creado por el Señor. No es un

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