La Madera
Enviado por mairahyh • 9 de Mayo de 2013 • 2.159 Palabras (9 Páginas) • 366 Visitas
TALLER 8 DE FILOSOFIA: DAVID HUME
DESEMPEÑO: Identifico los procesos y planteamientos de reflexión filosófica expuestos por David Hume
DAVID HUME (1711 — 1776)
Nació en Edimburgo, Escocia. Por influencia de su padre comenzó estudios de derecho, luego se dedicó a la vida diplomática. Residió varios años en Francia. Fue secretario de la embajada inglesa en París. Vuelto a Inglaterra, ocupó el subsecretariado de Estado; en 1769 se retiró Edimburgo, hasta su muerte.
OBRAS: — Tratado de la naturaleza humana — Investigación acerca del entendimiento humano
— Historia de Inglaterra - Investigación acerca de los principios de la moral — Historia natural de la religión
EMPIRISMO SICOLOGICO
La visión es una sensación, el amor una pasión, el dolor un sentimiento y todas estas cosas son impresiones. ¿Hay en la mente humana algo más que impresiones actuales, recordadas o imaginadas? Todos los filósofos anteriores a Locke, con la excepción de los sofistas y de los atomistas, defendían la existencia de algo diferente a la mera impresión, a saber, las ideas. La visión recordada de un libro es muy diferente de la idea de ese mismo libro, como lo demuestra la descripción del objeto representado en ambos casos. La visión se refiere a un objeto particular, de determinado tamaño, figura, color; la idea se refiere a un objeto general, sin tamaño, figura y color determinado. Más aún, no vemos ni sentimos el espíritu y sin embargo entendemos perfectamente lo que queremos decir con esta palabra, por tanto tenemos algo más que impresiones.
Hume comienza por establecer claramente la conexión entre las sensaciones y las ideas correspondientes: la idea no es más que la imagen o copia de una impresión dada (sensación, pasión o sentimiento). Todas las percepciones de la mente se dividen en dos clases: la de las impresiones y la de las ideas, pero las ideas no son más que copias recordadas o imaginadas de determinadas impresiones. Entre la sensación actual de rojo y la idea de rojo no hay ninguna diferencia de contenido, son simplemente la misma cosa, la sensación, más viva, la idea, más débil. Cierro los ojos, el rojo recordado o imaginado es la idea de rojo. Las impresiones pueden ser simples o complejas. La visión de un rojo es una impresión simple (sensación), la visión de un lápiz rojo es una impresión compleja que, como tal, consta de la reunión de varias ideas simples en un todo. Las ideas, en consecuencia, son simples y complejas según que las impresiones correspondientes sean simples o complejas. Las ideas pueden ser primarias o secundarias, las secundarias son imágenes o copias de las primarias, que a su vez son copias de impresiones. Basta, piensa Hume, considerar algunos hechos suficientemente claros para todo el mundo: es imposible tener la idea de “sabor a piña sin haber comido nunca piña, como es imposible tener la idea de color si se es ciego de nacimiento. Toda la actividad mental se reduce, según Hume, a la combinación, descripción y comparación de impresiones recordadas o imaginadas. Las sensaciones (impresiones) se dan, no las producimos voluntariamente. No puedo ver a voluntad, como no puedo dejar de ver lo que estoy viendo actualmente. El punto de partida de la reflexión filosófica son las impresiones tal como se dan a la conciencia; la meta: el descubrimiento de las leyes que rigen el mundo de las ideas, y consiguientemente, la extensión del conocimiento, sus posibilidades y sus limitaciones; el método: la descripción del mundo interior. Hume afirma que las ideas simples son copias exactas de impresiones simples, por tanto no hay nada en la idea que no esté dado en la impresión, la mente nunca puede ir más allá de la información proporcionada por los sentidos. Esta es la formulación clara y exacta del empirismo psicológico.
De acuerdo con el principio empirista todas las ideas son particulares, sin embargo, algunas de ellas son capaces de representar algo general al ser unidas a un término general, es decir; a un término que por una conjunción debida a la costumbre guarda relación con muchas otras ideas particulares y las hace fácilmente presentes a la imaginación, ejemplo, tengo una idea simple, al objeto de esta idea lo designo con una palabra, por ejemplo, rojo. Poco después tengo otra idea simple que me representa un objeto semejante al anterior, lo designo con la misma palabra. Más tarde, al escuchar la palabra en cuestión se suscita en la mente una cualquiera de las ideas particulares con la cual estaba asociada, y además el hábito o costumbre adquirido con anterioridad, de tal manera que la mente va pasando, sin caer en la cuenta, de una idea particular a otra semejante según haya necesidad. De acuerdo con esta explicación no hay propiamente ideas generales, lo que hay es un pasar, debido a la costumbre, de una idea particular a otra semejante, que anteriormente se ha asociado con una misma palabra. En conclusión: cuando razonamos utilizando ideas “generales” lo que hacemos es recorrer mentalmente un gran número de ideas particulares para descubrir si todas estas ideas están o no de acuerdo con nuestras afirmaciones generales.
Las impresiones pueden ser actuales, recordadas o imaginadas. Las primeras constituyen el mundo de las sensaciones (pasiones y sentimientos) sobre el cual la mente no tiene ningún poder. La mente no puede dejar de ver, oír, etc., lo que está viendo u oyendo. Las impresiones recordadas o imaginadas constituyen el mundo de las ideas. La memoria busca conservar la forma original en que se nos presentaron los objetos; la imaginación, en cambio, es libre para trastocar o alterar el orden de sus ideas. A pesar de la libertad de la imaginación para combinar unas ideas con otras, la experiencia nos dice que combina natural y espontáneamente ciertas ideas preferentemente con otras, y que sólo violentándose dejaría de hacer determinadas combinaciones. Por ejemplo, la idea de fuego está acompañada normalmente con la idea de calor y no con la idea de frío. Existe por tanto cierta asociación entre las ideas descubrimos que las cualidades de las que surge tal asociación son tres: semejanza, contigüidad en tiempo y lugar, y causa y efecto. La imaginación pasa naturalmente de una idea semejante a otra el mismo método de pensamiento, recorriendo las distintas partes del espacio y del tiempo al concebir su objeto, así la idea de ventana está asociada por contigüidad espacial con la idea de casa, y la idea de caída de hojas de los árboles
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