La Ola, El Poder.
Enviado por PaulaFerreyra6 • 8 de Septiembre de 2011 • 566 Palabras (3 Páginas) • 831 Visitas
La historia suscita cuestiones filosóficas variadas y estimulantes. Nos trae el pasado al presente, pone en relación tiempos diversos y plurales, compara formas de vida y de pensamiento. De hecho, puede convertirse incluso en un tema novelesco: puede que cualquier día el género de la historia ficción logre las cotas de popularidad de la novela histórica. Quién sabe. Una de las preguntas relacionadas con la filosofía de la historia consiste en plantear la posible repetición de sucesos del pasado: ¿Es posible, por ejemplo, que ocurra una tercera guerra mundial? Después de la experiencia del nazismo, ¿Podría volver a ocurrir que el totalitarismo fascita se instalara en algún gobierno europeo? El sedante de la costumbre y la cotidianidad nos lleva a rechazar tal hipótesis. Parece que contamos con mecanismos políticos y sociales suficientemente sólidos como para desechar tal hipótesis. Por el contrario, la película que presentamos hoy, plantea un argumento distinto: no se trata de una cuestión política, sino fundamentalmente psicológica. Es nuestra mentalidad la que puede predisponernos al totalitarismo.
La ola nos enseña, entre otras cosas, que a veces buscamos alguien que nos mande. La debilidad del ser humano es uno de los puntos fuertes del fascismo. En ciertos momentos necesitamos orientaciones, normas, pautas. La película es, a este respecto, un fiel reflejo de procesos que están ocurriendo todos los días: los grupos radicales de cualquier signo o las sectas que anulan la individualidad siguen punto por punto el proceso por el que pasan los protagonistas. Un lema, un logotipo, una simbología, un uniforme. Todos al final somos uno. Todos formamos una gran ola. No es, ni mucho menos, una película de ficción: se basa en hechos reales, y recuerda, con matices, a experimentos psicológicos bien conocidos como el de Salomon Asch o Philip Zimbardo. La experiencia de una clase va mucho más allá de las aulas, en una aplicación un tanto sui generis del learning by doing. La película nos enseña cómo un grupo de jóvenes más o menos desorientados se convierten en un grupo totalitario y excluyente. Y todo en menos de una semana.
La película no deja indiferente a quien la ve. Habrá quien salga del cine encantado, y habrá quién la considere una exageración, lenta pesada y aburrida. Sin embargo a todo el que la ve debería plantearle ciertos interrogantes. Los amigos de la abstracción podrían elaborar teorías sobre la condición humana y su maleabilidad. Los que sientes más simpatía por lo concreto, podrían buscar ejemplos reales y actuales en las que las estructuras totalitarias siguen vigentes, actuando con todo su vigor. Es fácil pensar que lo que sugiere la película no ocurre en occidente, dado que todos vivimos en sistemas que se dicen democráticos. Pero esto no quiere decir que los mismos mecanismos de poder que de forma imperceptible se van introduciendo en la película
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