La Percepción De La Democracia

¿Afecta a la Democracia la percepción de la misma departe de sus ciudadanos? ¿Estamos ante una crisis del modelo democrático?

Para empezar y basándonos en la definición mayoritariamente aceptada, podemos decir que la democracia es una forma de organización del poder en la sociedad; con el fin de que los seres humanos, en condiciones de libertad, igualdad y solidaridad puedan desplegar sus cualidades y organizar su vida política, es también un régimen de participación ciudadana, en el sentido de que todos tienen la misma oportunidad de hacerlo.

Dentro del marco de un Estado Democrático de Derecho, la participación ciudadana resulta ser un pilar esencial en la búsqueda de que las decisiones de todas las personas sean escuchadas y que tengan real incidencia dentro de la vida en sociedad, es también un medio de legitimación del poder a la hora de aprobar un mandato público o de negación en caso de rechazar tal mandato.

Resulta extraño entonces, el hecho de que el modelo democrático haya venido a menos a lo largo de la última década, al respecto podríamos decir también, que existen países reticentes o reacios a aceptar dicho modelo, tales son los casos de las democracias nominales que poseen la apariencia de ser eficaces, pero que institucionalmente carecen de los derechos y aspectos que son vitales para un desarrollo integro, tal es el caso de Guatemala, que ante el sometimiento del poder a intereses particulares y sin recursos financieros, es de los países con menor solides democrática de la región, a pesar de que realiza elecciones populares en forma regular. El tema se vuelve más complejo cuando se habla de países con una tradición democrática más fuerte, como ejemplo tenemos a los Estados Unidos, cuya población experimento una fuerte decepción en el sistema político luego del rescate a los bancos con el dinero de los contribuyentes, a pesar de que posteriormente siguieron pagándose enormes bonificaciones.

Es capital para este análisis el tema de la corrupción, pareciera ser que el desdén de los ciudadanos para con la política tiene su origen mayoritariamente por este fenómeno, no por nada en una encuesta de la Universidad Nacional, respecto a la participación ciudadana, el grupo entrevistado se refirió en un 44% al tema de fraude y corrupción como principal razón de la duda a la hora de ejercer el sufragio, así mismo, una encuesta publicada en Guatemala para efectos del libro “La percepción democrática en Guatemala”, nos dice que en el 2004 la participación de este país fue de tan solo el 56,5%, nos indica también que los motivos principales de este abstencionismo son la poca participación indígena y la poca atención a políticas sociales por el sometimientos de los grupos de poder.

Las democracias ya establecidas han entrado en un estado de estancamiento sobre todo por la injerencia de los grupos más ricos en el marco de la toma de decisiones, esto contribuye a anquilosar el proceso en el cual todas las personas; sin importar sus condiciones, son tomadas en cuenta.

La participación ciudadana se ha venido mermando también por el hecho de que muchos países prefieren tener líderes especializados en resolver los temas de la agenda política, los tecnócratas, que al no ser elegidos democráticamente, no son la manifestación real de las aspiraciones de los ciudadanos al emitir su voto. Con respecto a los tecnócratas, cabe mencionar que los procesos de los flujos financieros, la globalización y los mercados mundiales han obligado a los gobiernos a ceder parte de su poder y entregarlo a órganos más adecuados para manejar las finanzas de una nación. Evidentemente la cesión de la soberanía es un tema mal visto por parte de los ciudadanos en un país, en nuestro caso, es común escuchar en las calles “el gobierno está vendiendo al país”, parte de este descontento se manifiesta en las urnas, después de todo, para que se va a elegir un gobernante si al final las decisiones importantes van a estar supeditadas a los intereses de grupos ajenos al país.

La democracia es un sistema que depende en gran medida de que los resultados de los gobernantes vayan encaminados al bien común, a la protección de sus ciudadanos y en ciertos casos tales como Los Estados Sociales de Derecho, en los que el Estado, además de las funciones básicas que le asigna el modelo clásico, asume roles que pretenden cumplir con ciertas necesidades básicas con su población tales como la seguridad social, educación, etc. En muchos casos esta función es malinterpretada por parte de los ciudadanos, ya que estos pretenden que el Estado sea la respuesta a todos los malestares de la sociedad, por lo que dejan de creer en la democracia como verdadera manifestación de sus

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