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La Republica


Enviado por   •  26 de Agosto de 2013  •  1.783 Palabras (8 Páginas)  •  306 Visitas

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LA REPUBLICA O DE LO JUSTO

LIBRO PRIMERO

SOCRATES. Fui ayer al pireo con galucon hijo de aristón, para dirigir mis oraciones a la diosa y ver como se verificaba la fiesta que por primera vez iba a celebrarse. La pompa de los habitantes, me pareció muy preciosa; pero a mi juicio, la de los tracios no se quedó atrás. Terminada nuestra plegaria, y vista la ceremonia, tomamos el camino de la ciudad. Polemarco, hijo de céfalo, al vernos desde lejos, mando al esclavo que le seguía que nos alcanzara y nos suplicara que le aguardásemos. El esclavo nos alcanzó, y tirándome por la capa, dijo:

-Polemarco os suplica, que le esperéis. Me volví, y le pregunte, que donde estaba su amo.

-me sigue respondió; esperadle un momento.

-le esperaremos dijo Glaucon.

Un poco después llegaron Polemarco y Adimanto, hermano de Glaucon, Nicerates, hijo de Nicias, y algunos otros que volvían de la pompa.

Nos fuimos, pues, a la casa de Polemarco, donde encontramos a su dos hermanos Lisias y Eutidemo con Trasimaco de Calcedonia, Carmantides, del pueblo de peanea, y clifoton, hijo de Aristonimo; Céfalo padre de Polemarco, también estaba allí. Hacía mucho tiempo que no le había visto, y me pareció muy envejecido.

Céfalo dice que la vejez es un estado de reposo y libertad respecto de los sentidos. Cuando la violencia de las pasiones se ha relajado y se ha amortiguado su fuego, se ve uno libre de una multitud de tiranos. Con cordura y buen humor, la vejez es soportable. Las riquezas son un gran auxilio porque a ellas se debe en gran parte el no haberse expuesto a hacer daño a tercero.

Sócrates y Polemarco comienzan a discutir sobre la justicia. Polemarco dice que la justicia es dar a cada uno lo que se le debe, lo que a cada uno le conviene. Hacer bien a los amigos y mal a los enemigos. Sócrates dice que el verdadero amigo es el hombre de bien y el verdadero enemigo es el hombre malo. Pero a los hombres a los que se causa mal se hacen más injustos, luego no es propio del hombre justo el dañar, ni a su amigo, ni a nadie. Luego, Trasimaco dice que la justicia es lo que le es provechoso al más fuerte.

En cada Estado, la justicia no es más que la conveniencia del que tiene la autoridad en sus manos, del más fuerte. El que gobierna no se engaña, lo que ordena es siempre lo mejor para él.

Sócrates dice que las artes gobiernan y dominan aquello sobre lo que se ejercen, por consiguiente, todo hombre que gobierna jamás examina ni ordena lo conveniente para él sino para el sujeto gobernado, sobre el que ejerce su arte. Al menos el que gobierna realmente.

Trasimaco dice que se habla mal de la injusticia no porque se tema cometerla, sino porque se teme ser víctima de ella.

Por consiguiente, la justicia no consiste en decir la verdad, ni en dar a cada uno lo que pertenece.

Te pregunto pues tomando el hilo de nuestra discusión, que es la justicia comparada con la injusticia. Me parece que has dicho que esta era más fuerte y más poderosa; pero si la justicia es habilidad y virtud, me será fácil demostrar, que es más fuerte que la injusticia, y no puede haber nadie que no convenga en ello, puesto que la justicia es ignorancia. Pero sin detenerme en esta prueba, he aquí otra. No hay estados que llevan la injusticia hasta atentar a la libertad de otros estados y someter muchos a la esclavitud.

LIBRO SEGUNDO

Después de haber hablado de esta manera, creí que se daría por terminada la conversación; pero, al parecer, todo lo dicho no fue más que el preludio. Glaucon dio en esta ocasión una prueba de su valor acostumbrado, y lejos de rendirse tomo la palabra y dijo:

Hay algunos que creen que la justicia ocupa un lugar intermedio entre el mayor bien, que es poder ser injusto impunemente, y el mayor mal, que es padecer la injusticia. El gran mérito de la injusticia consiste en parecen justa sin serlo.

Para indagar en la injusticia y la justicia en los Estados, Sócrates comenzará a inventar un Estado ideal. Lo que da origen al Estado es la impotencia de cada hombre para bastarse a sí mismo. La mayor de nuestras necesidades es el alimento, la segunda es una habitación, y la tercera es el vestido. Será necesario para esto que uno sea labrador, otro constructor, y otro tejedor. Además habrá también algún artesano. Cada uno debe limitarse a su oficio. Harán falta personas que creen las herramientas, y enviados para negociar con otros Estados. Se necesitan guardianes del Estado. El guardián debe ser fogoso y filósofo. Comenzaremos su educación por la música y los discursos. Se escogerán los mitos convenientes y se desecharán los demás. No se debe decir que Dios es malo, la divinidad no es autora de todas las cosas, solo de las cosas buenas. Además, es simple y no cambia de forma.

Yo no he podido darme por satisfecho con lo que se ha dicho por una y otra parte en pro y en contra de la justicia y de la injusticia. Quiero saber cuál es su naturaleza, y que efecto producen ambas inmediatamente en el alma, sin tener en cuenta ni las recompensas que llevan

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