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La Violencia Y Lo Sagrado


Enviado por   •  25 de Septiembre de 2013  •  1.456 Palabras (6 Páginas)  •  516 Visitas

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MAESTRIA DE ADMINISTRACION

ASIGANATURA: CIENCIAS HUMANAS Y GESTION

PROFESOR: Fernando Cruz Kronfly

ALUMNO: Deysi Yined Zuluaga Espinosa

Código: 1300855-7880

RESEÑA “LA VIOLENCIA Y LO SAGRADO”

En su texto vemos como el autor nos muestra a los mitos y ritos como factores influyentes de la sociedad es decir como fundadores de un orden social. Girard para realizar su análisis se apoya en literatura clásica griega y religiosa cuya intención es brindar una explicación general acerca de los primeros ritos y de las primeras instituciones culturales y sociales.

El autor encuentra dentro de su análisis una relación estrecha entre violencia, sacrificio y sacralidad, relación que en muchas ocasiones ha sido ignorada. El sacrificio se presenta como una manera de hallar una salida por medio de una víctima única que impida el exterminio de la comunidad en cuestión, o una larga cadena de venganzas similares a las que se suceden en las mafias actuales, se presenta como un mecanismo de sustitución.

Cuando dentro de la comunidad se presenta un crimen o agravio se ofrece una víctima para reparar la ofensa, que no es el autor del crimen sino un pariente próximo o un animal que represente un vínculo estrecho con la comunidad; no se sacrifica cualquier animal sino aquel que es preciado por pertenecer al ganado o a las especies con que el medio está más relacionado

Al hacer recaer el castigo sobre un ser diferente al infractor lo que se pretende es evitar una venganza que generaría nuevas muertes y asi una cadena imparable de venganzas. De esta manera la violencia no queda suprimida; es calmada o saciada a través de un desvío que es justamente la víctima propiciatoria.

Por lo tanto, para Girard el sacrificio no es un rito de mediación entre el sacrificador y la divinidad, como se expone tradicionalmente, más bien, el sacrificio es una violencia disimulada que tiene como fin una violencia no generalizada o incluso, una prevención de una violencia futura, puntual o generalizada.

De todas formas es necesario dentro del protocolo del sacrificio, hablar de una divinidad o un ancestro al que supuestamente va dirigido el sacrificio; pero sólo es un modo de encubrir la transferencia que la comunidad hace de su violencia sobre una única víctima. La víctima carga sobre sí rivalidades, odios, rencores, agresiones, muertes ajenas, de las que en realidad es inocente, pero que en el marco del sacrificio debe asumir desde la proyección del grupo para cobrar toda su eficacia.

La víctima, entonces, sirve como protección y libera al grupo de su violencia interior desviándola hacia el exterior. El sacrificio lima asperezas internas y restaura o mantiene la armonía común, reforzando la solidaridad social.

Las víctimas deben ser semejantes a aquella que reemplazan, pero no se confunden con ellas; pueden provenir, como queda dicho, del reino animal o del humano; en este último caso pueden ser esclavos, prisioneros de guerra a los que primeramente se da un buen trato y se deja convivir pacíficamente hasta que llega el momento sacrificial, o un rey, como en el caso de algunas culturas africanas; el rey, allí, es parte de la comunidad, pero esencialmente distinto por medio de una serie de ritos que lo degradan o vuelven impuro de modo que sea sacrificable. En algunos casos ese rey también es sustituido, a través de un simulacro, por una víctima animal.

Ya que el sacrificio es considerado del orden de lo sagrado, la recurrencia a la violencia no corre el riesgo de las represalias dicho de otra forma no se espera ningún tipo de venganza por la acción cometida; si estas pese a todo se dan, estamos entonces ante una sociedad a punto de disolverse o que deberá buscar nuevas formas de plantear sus sacrificios si no quiere recaer en el caos de una violencia generalizada.

En la cultura occidental se ha producido una sustitución de metodologías; mientras que, como la mayoría de los antropólogos ha demostrado, los llamados pueblos “primitivos” carecen de un sistema judicial, el aparato jurídico occidental, desde el Derecho Romano en adelante, viene a reemplazar el sacrificio y la víctima propiciatoria en cierta manera ajena a la culpa usando una represalia única a manos de una instancia soberana, el sistema judicial y todo su aparato burocrático, que da la última palabra a través de un fallo sobre aquellos que se consideran los verdaderos culpables de tal o cual crimen. Es

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