La Voluntad

Antropología

Tema: Voluntad

¿Facultad espiritual de la voluntad?

• La voluntad en su naturaleza es una potencia pura, abierta a un fin último que es la felicidad, que sólo se alcanza a través de un bien espiritual infinito. A su inicio la voluntad es potencia pasiva, no actúa por propia iniciativa y una de las realidades es la razón práctica.

• Se necesita de la inteligencia para reconocer los bienes que la voluntad podría querer, al igual que de la sensibilidad humana y el apetito por lo cual se adapta a bienes mediales.

• Para que la voluntad pase de su naturaleza pasiva, necesita de la persona y lo logra a través de la sindéresis que es un hábito innato.

• EL objeto de la voluntad no se detiene solo en los bienes materiales sensibles sino que persigue un bien universal.

• La voluntad está abierta a todo lo real, lo posible e incluso lo irreal.

• La voluntad nunca desaparece, incluso al querer no existir o querer la nada inevitablemente ya está queriendo algo.

• Las potencias sensibles tienen tendencia al crecimiento en su operatividad hasta un determinado punto; el querer de la voluntad crece indefinidamente, pues tiene una carencia de límite, lo que implica inmaterialidad y potencia espiritual.

• La voluntad es en cierto modo transparente, porque se puede referir a sí misma, signo de inmaterialidad. Es posible relacionar razón y voluntad.

El bien como objeto natural de la voluntad

• La voluntad está abierta al bien, que es aquello que todas las cosas apetecen.

• El querer puede darse con apetito natural, sensitivo o intelectual.

• El apetito natural no es un apetito en sí ya que para que haya apetito debe haber conocimiento.

• El apetecer es una tendencia de la persona, que tiene voluntad y por ello apetece un bien.

• La voluntad a pesar de ser naturalmente pasiva es una relación trascendental al bien.

• La voluntad va creciendo mientras se adapta a bienes mayores.

• Antes de querer un bien, debe ser conocido por la inteligencia como tal.

• Lo real es apetecible.

• El bien es posterior a la verdad; la verdad está en la mente pero el bien está en la realidad.

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