La Voluntad
Enviado por mirella161995 • 7 de Mayo de 2013 • 2.826 Palabras (12 Páginas) • 234 Visitas
La fuerza de la voluntad es mecanismo humano para enfrentar el condicionamiento a que lo someten los instintos, la razón, la costumbre, los hábitos y sus propios deseos.
Mala voluntad. Es frecuente encontrar personas a los que les cuesta iniciar un proyecto o terminar una obra. Eligen las tareas más sencillas y evitan las complicadas, hacen lo que les brinda placer y difieren las que deben realizar, no pueden orientar la voluntad, actúan en sentido diferente al recomendable o de mala gana, por obligación, falta de ética, etc.
Buena voluntad. La voluntad es la facultad de ubicarse por encima de las dificultades privilegiando la intención y el querer. Es la puesta en acto del aspecto consciente de la decisión de alcanzar el objetivo controlando a todos los factores condicionantes.
Mientras que el instinto es ciego y la razón intelectual sólo muestra el camino paralizando el curso del pensamiento, la inteligencia emocional se encarga de motorizar la acción. El deseo influye sobre la voluntad, y cuando es muy grande hace pequeño al obstáculo.
Los mejores deseos se relacionan con la buena voluntad y con el propósito o misión del individuo, es el querer de veras. En cambio, el deseo por un interés pasajero, si prevalece sobre el interés genuino, puede generar una batalla entre la buena y la mala voluntad.
Fuerza de voluntad. En consecuencia la voluntad esta asediada en un campo de fuerzas contradictorias. La capacidad de concentración es la que mide el resultado evaluando si la mente es capaz de mantener la atención durante un período determinado controlando los desvíos. La concentración es la voluntad aplicada, es el medio, y el querer es el fin. La vida nos somete a este test continuamente. Para que la fuerza de la voluntad sea alta la energía nace del autoconocimiento y de aprender a ser.
Si la rutina hace olvidar el propósito, trabajamos sin voluntad y sin saber por qué, se apodera de la conciencia y se olvidan los verdaderos motivos. La válvula de escape es observar cuando la atención se atasca, y la voluntad decae. La mejor estrategia es volver al resultado esperado, alinear el foco de atención con la asignación de importancia.
Primero la percepción. Otro test importante es observar a qué dedicamos el tiempo, cómo administramos los recursos, y si valoramos ese 20% que produce el 80 de los resultados ejerciendo con él el efecto palanca. Sin información no hay proceso, pero toda percepción se relaciona con algo. Así como el corazón se expande y se contrae, la mente se expande con la meditación cuando dos ideas se asocian. Contracción es elección de un curso de acción, es concentración de la voluntad. Según como regulemos las observaciones y las acciones nos atascamos, o generamos círculos virtuosos o viciosos.
Pensar o vagar. El proceso mental puede ser mecánico o dirigido desde yo quiero, es decir vagar o pensar. La mente es por naturaleza vagabunda, salta de un lado hacia el otro sin causa aparente. Debemos ejercer sobre ella un control mental. Pensar es anticiparse, buscar en una dirección. Son 3 etapas: 1) decidir a qué atender, 2) moverse mediante la voluntad de un concepto a otro, 3) inspeccionarlos, relacionarlos, viajar a través de ellos.
Los instrumentos. El cuerpo es el vehículo de la acción, los sentidos brindan información sobre el mundo externo, y la mente es el vehículo interior, que con su telescopio y microscopio psíquicos, recorre paso a paso o saltando entre ideas y conceptos.
Al rodeo que hace el pensamiento hacia el objetivo debe regularlo el yo quiero. El éxito de cualquier asociación de ideas depende de la elección de la segunda, ya que la voluntad le indica el camino al pensamiento. Debemos intervenir para no dejar que un accidente psicológico nos aleje del pensamiento eficaz. En un accidente de tránsito, según lo que se quiera ver, el pensamiento cambia. La víctima, el abogado, el mecánico, el médico, el policía, verán aspectos diferentes. Y a medida que avancen se alejarán de pensamiento de los demás. Los estímulos compiten por atraer la atención, pero la voluntad, es el imán que debe atrapar la atención. Sin interés, los pensamientos carecen de hilo conductor. La concentración es el triunfo de quien conoce su destino y crea la senda que lo conduce a él.
Gimnasia de la voluntad. La concentración tiene un punto de partida y otro de llegada. Para entrenarse elija al azar: parta de cualquier A y llegue a cualquier B. Lo importante es que sea lo interno lo que provoque lo externo. Para eso hay que tener un yo quiero posible, un querer de verdad y concentrado, ocuparse en lugar de preocuparse. A mayor ocupación menor distracción. Antes de iniciar una tarea tómese el tiempo para comunicarse con su mente profunda y reloj en mano. El paso previo a la acción es la relajación, tomar conciencia del recorrido y de lo que falta. La demostración del yo quiero es el resultado.
Test de la voluntad. Se puede medir la fuerza de la voluntad para saber si está dominada por fuerzas externas. La voluntad espontánea es conducida por el placer, la voluntad intencional debe superar obstáculos. La manifestación y la medida del éxito de la voluntad se refleja en la acción: goles son amores y no buenas razones. No basta con la intención, con la razón o con las excusa. El problema de quien no tiene fuerza de voluntad es que le dicen poné huevo, poné voluntad, cuando es precisamente lo que les falta.
Nada influye tanto en la vida de una persona como la idea que tenga sobre su propia eficacia, sin voluntad, la eficacia no existe. Lo que habitualmente falla es la falta de una metodología para motivar el querer, para conocerse a sí mismo y para obtener resultados.
Entonces se genera una deuda con el banco interno que es el que entrega la energía.
Prestar atención. Sin prestar atención lo que ocurre no ingresa al cerebro. Todo conocimiento nos enriquece, nos hace dueños de lo que aprendemos: "aprehendere" significa agarrar. El requisito es organizar el intelecto, la voluntad, las emociones y el cuerpo. Con la atención el intelecto recibe conocimientos, los elabora y los retiene. La emoción comienza por el interés hasta provocar el entusiasmo. La voluntad es el querer, es la motivación que genera la fuerza y la decisión que da perseverancia. El cuerpo pide que los músculos den el soporte y que la respiración alimente llevando la sangre a todas partes.
No basta con la atención. Hay conflictos entre la perfección y el fracaso; a las buenas ideas se oponen las obsesivas y las parásitas, a las emociones positivas las negativas, a la voluntad
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