La antropología de la cebolla

“Antropología de la cebolla”.

1- “Antropología filosófica”: recoge las diferentes “imágenes del hombre” que se han dado en la Historia. Estas imágenes son “interpretaciones de sí mismo”. Cómo el hombre se ha entendido a sí mismo (está la de Platón, Descartes etc...). Pero pretende alcanzar la “antropología adecuada” del hombre: la “verdadera”.

2- Psicología personalista considera a la persona en sus tres dimensiones corporal,

psíquica y espiritual. Por ello, cuando estudia los “fenómenos psíquicos” no hace de ellos un “absoluto”. Por el contrario, se interesa en encuadrar y vincular el estrato que constituyen los fenómenos psíquicos en la “persona completa”. Ejemplo de la expresión de la “alegría”. ¿Qué es la “alegría”?. ¿Una simple “emoción” o “sentimiento” sin origen “espiritual”?. Ejemplo de la mala expresión “esta persona es una alcohólica”. Lo correcto es “salvaguardar la persona”: “es una persona que padece una adicción al alcohol”.

3- “Antropología de la cebolla”: Tres estratos o dimensiones de la persona humana como las capas concéntricas de una cebolla, que se pueden distinguir, si bien todas

unidas forman la cebolla. Pueden describirse separadamente, lo cual no compromete la unidad que conforman. Pues ¿dónde termina lo somático y comienza lo psíquico? o ¿dónde termina lo psicosomático y comienza lo espiritual?.

4- J. Mouroux: «definir al hombre como espíritu encarnado es

definirle por una oposición estructural en el interior de una unidad indesligable”.

La unidad que conforman los distintos estratos de la persona, es una unidad precaria o, como dice, se trata de una unidad tensa. Ejemplo de Iván Ilich.

5- Intervención psicológica y pedagógica: procurar la debida armonía entre las diversas capas o niveles al modo como se ajustan las piezas de una flauta o se afinan las cuerdas de un violín para que puedan en manos del músico servir a la interpretación para la que han sido diseñados.

6- De las tres dimensiones de la persona, es la dimensión espiritual la que le permite ir “más allá de sus límites”, constituyendo al ser humano en un ser radicalmente abierto y “receptivo” a la realidad “fuera de él” y “al otro”.

Un ser que, a diferencia de los animales, puede «entrar en sí mismo» del mismo modo que «tiene cabida» en el interior del otro.

7- Rigidez en el sentido de “cerrazón” (o pérdida de la apertura y receptividad propias de la persona humana) así como desorden (en cuanto a que el cuerpo no se

someta al alma y ésta al espíritu), significan perturbación o

desorden psíquico.

8- Ejemplo de “trascendencia” y superación de nuestras “limitaciones” gracias al “otro”: el niño que empieza a caminar… Así, por ejemplo, cuando enseñamos a caminar a un niño, le estimulamos a des-centrarse-de su in-seguridad psicomotriz haciéndole poner su confianza en los "brazos abiertos de la persona que le acoge"

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