La filosofía y el deseable cambiante; el amor a la sabiduría.
Enviado por Julián Gómez • 1 de Abril de 2016 • Ensayo • 611 Palabras (3 Páginas) • 285 Visitas
La filosofía y el deseable cambiante; el amor a la sabiduría.
“Si el hombre alcanzara la mitad de los deseos que tiene,
redoblaría sus inquietudes.”
Benjamin Franklin
Nosotros, como futuros filósofos e iniciadores en esta bella labor, sabemos bien que tenemos en mente siempre alguna verdad por ser descubierta, algo que nos impulsa a amar la sabiduría, filein-sophos. Cada uno de nosotros tiene una o varias cuestiones que desea resolver, que desea SABER, y por eso mismo recurrimos a la filosofía.
Entonces, como bien, deseamos una verdad, buscamos alguna herramienta para poder ser iluminados y llegar a ella. Y la herramienta que nosotros usamos, como anteriormente dije, es la filosofía. Así pues, nuestra verdad se vuelve deseable y la filosofía es ese deseo vivo por ella. Está se nos convierte en ese amor, esa pasión por saber; el deseo busca de un objeto para llenar un vacío tal vez insaciable. Ciertamente nos sumergimos en encontrar esa sabiduría, saborearla y por este camino elegimos la opción de llegar a ella.
Yo designaría aquel proceso que utilizamos nosotros los propedéuticos de la filosofía para llegar al saber, a esa verdad deseada, así: Filosofía-Ser-Deseado (Deseo-Buscante-Necesidad), nosotros (los seres humanos) en la mitad de un principio y un fin, de esta herramienta y esta incógnita que tan bien se complementan. Este proceso entonces, a su vez puede llegar a una respuesta que finalmente nos lleva a una pregunta, y así sucesivamente, cayendo en este círculo que no nos deja llegar finalmente a lo que en verdad siempre hemos buscado, sino que nos hace seguir profundizando y buscando aún más y más. Entonces podríamos decir que pasamos de un deseable a otro deseable, la presencia en la ausencia como bien diría Lyotard; pero lo que es cierto es que el deseo pervive, la filosofía pervive. Nosotros nos encargamos de ello, y si bien tiene un fin puede que no sea aplicable a nuestra sociedad, como lo es el marxismo (sin adentrarnos pues en esta grande discusión).
Hablamos de ausencia o una necesidad cuando hablamos de deseo, la filosofía es esa falta de una verdad, de un final que nos lleva a la sabiduría. El intercambio constante de necesidad (lo deseable) es indispensable. Ese cambio de preguntas y respuestas es lo que nos hace mantener viva la filosofía, nos hace filosofar, y aunque cada vez nos sentimos más cerca, muchas también nos alejamos bastante y hasta podemos volver a comenzar. Pero el deseo es indispensable, es la filosofía desplegada, es ese amor a la sabiduría que nos hace pensar y recorrer miles de pensamientos hasta encontrar una que tal vez encaje. Cuando filosofamos necesitamos del saber, buscamos el saber, nos apetece llegar a aquella presencia que mantiene ese vacío del que hablamos cuando deseamos. Filosofía es deseo por excelencia, filosofamos porque nos apetece encontrar aquella verdad, deseamos lo deseable, aquel cambiante.
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