La ilustración según Kant.

Immanuel Kant, filosofo prusiano de la ilustración, considerado como uno de los pensadores más influyentes de la Europa moderna y de la filosofía universal propone en su texto Respuesta a la pregunta: ¿Qué es la ilustración?, que el hombre debe razonar y pensar para convertirse en un ser ilustrado; la ilustración fue un movimiento intelectual europeo (que se dio especialmente en Francia e Inglaterra) que se caracterizó, en palabras de Kant por: el movimiento del hombre a salir de una puerilidad mental de la que él mismo es culpable. Puerilidad es la incapacidad de usar la propia razón sin la guía de otra persona (Kant, 1784, p1); por esta razón, la ilustración es la salida del hombre de una minoría de edad que él mismo se causó; Kant, ve en la sociedad de su época un problema al que trata de plantear una solución a lo largo del texto, y este es si ¿la pereza y la cobardía están llevando al hombre a un estado en el que ya no quiere pensar?.

Para este filósofo ilustrado, la pereza y la cobardía son el origen de los problemas intelectuales que agobian a la humanidad, él, denomina este problema como una minoría de edad pues cuando una persona es menor de edad no puede hacer nada sin la supervisión de otro, esta característica humana hace que el hombre se mantenga no solo en un estado en el que carece de entendimiento sino que tiene una constante falta de decisión, para Kant, esto sucede porque las personas consideran que si hay un libro que piense y razone por ellos, un director espiritual que reemplaza su razonamiento moral, un médico que les examina, no es necesario usar la razón ni tomar decisiones, de este modo, el hombre se podrá mantener siempre en una minoría de edad esto, sin sumar el factor dinero que hace que se pueda pagar hasta para que una persona razone por otra.

Immanuel Kant plantea que los prejuicios tanto nuevos como antiguos alimentan esa masa carente de pensamiento que se mantiene en la minoría de edad pero el filósofo ve una solución a este problema llamada: libertad. Esta libertad, especialmente la que lleva a hacer siempre y en todo lugar uso público de la razón (decir lo que se piensa sin la presión de un superior) es lo más importante para lograr esa buscada ilustración pero, Kant veía en todo lugar personas que no querían dejar pensar al pueblo: el oficial dice: ¡no razones, adiéstate! El funcionario de hacienda: ¡no razones, paga! El sacerdote: ‘no razones, ten fe! (Kant, 1784, p2) así que lo que el hombre debe hacer es despojarse de todos esos mandatos que se le tratan de imponer y hacer uso público de la razón, que es la única manera en que los hombres podrán llegar a ser ilustrados. Una persona no puede dejar a un lado la obligación que tiene de dejar de pertenecer a la minoría de edad y convertirse en un ser ilustrado pues sino lo hace no solo estará incumpliendo una ley natural en el hombre que es aprender sino también estará pisoteando los derechos sagrados de la humanidad.

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