Laura Diaz
Enviado por pablo07 • 12 de Noviembre de 2012 • 3.738 Palabras (15 Páginas) • 386 Visitas
Empezamos con la vida de Laura Díaz. Protagonista muy atractiva para el lector
por su vida tan rica y variada, también causa a veces una distancia en cuanto a la
identificación que caracteriza a cada lector de cualquier obra. El obstáculo a la empatía
lo constituye el profundo egocentrismo que despliega a lo largo de su vida, que sea en
su infidelidad matrimonial, en el abandono de sus hijos o en su falta de compromiso
familiar. Se puede invocar su eterna honestidad para atenuar su actitud pero las
circunstancias todavía han sido en gran parte provocadas por su propio comportamiento
egoísta.
Creciendo en un ambiente familiar bastante protector y cariñoso con una
educación escolar respetable, la joven Laura dispone de todas las oportunidades que se
necesitan para elaborar una vida variada, interesante y estable. Leyendo la obra, el lector
se da cuenta de que efectivamente se desarrolla la descripción de una vida variada e
interesante pero muy turbulenta: entre sus 4 amantes, y muchas otras aventuras, Laura
Díaz parece a veces ser la víctima de su propio porvenir. Y aunque su vida parezca en
su totalidad bastante tolerable, no tenemos que olvidar que ha sobrevivido a la mayoría
de la gente a la que quería. ¿Dónde reside entonces la relación entrañable con el país
cuyas ciudades y llanuras fueron el paisaje de su vida? La respuesta se debe buscar en
las mismas oportunidades de las cuales dispone México o como lo dice Carlos Fuentes:
“Le Mexique est un pays de mendiants sur une montagne d‟or”.
Se refleja esta metáfora en la vida de nuestra protagonista cuando observamos la vida turbulenta que ha conocido. Y todo eso a pesar de las posibilidades para un futuro mucho más sólido y
convencional. Si tomamos en consideración el potencial agricultural, la riqueza cultural
y la capacidad intelectual de México por un lado y la educación ejemplar de Laura Díaz
por otro lado, llegamos a la conclusión de que el paralelismo entre la realidad y el
presente del país y de la protagonista es muy significante. Ambos reflejan 45
explícitamente este bagaje cultural aunque fracasan trágicamente en su desarrollo óptimo.
Hilda y Virgina:
En lo que concierne a las tías Hilda y Virginia, el reflejo de México es bastante
similar a lo que hemos desarrollado para el caso de Laura Díaz. La diferencia reside en
el acento en las capacidades intelectuales de ambos personajes. México también ha sido
la víctima de su historia por lo que atañe a la vida intelectual. El pasado colonial fue una
sangría cultural y tenemos la impresión de que la verdadera epopeya cultural mexicana
explícita sólo ha empezado en los últimos siglos. Por supuesto, la segunda Guerra
Mundial ha significado una gran inmigración de intelectuales europeos en el continente
hispanoamericano pero todavía no se puede interpretar como el verdadero despliegue
del potencial cultural del país mismo. Si ponemos al lado de estos hechos históricos las
biografías de la música Hilda y la poetisa Virginia, llegamos a la conclusión de que
ambos carecen de su éxito merecido. La frustración es una característica fatalmente
vinculada a México por su cadena de fracasos políticos y culturales; la frustración
también constituye el rasgo fundamental de las tías Kelsen.
La violencia sigue siendo un tema muy actual en México y por consiguiente en la obra
de Carlos Fuentes, pero volveremos a hablar de este tema cuando busquemos el
paralelismo entre la vida de Santiago III y su país de origen. Ahora, continuamos con el
siguiente reflejo del espejo metáforico que postulamos: María de la O.
María de la O : los indios entre inferioridad y solidaridad
Maria de la O es la tía de origen indio adoptada por los abuelos Kelsen y en otras
palabras el portavoz soñado del autor para poner en escena la identidad india en la
sociedad mexicana. El procedimiento de mimesis es muy evidente en este ejemplo:
ofrecer una perspectiva en el pasado colonial y el presente de integración a través de un
personaje secundario y su anécdota biográfica. No obstante, el reflejo resulta ser más
bien un espejismo en el sentido de que la historia colonial ha sido marcada por
intolerancia y violencia. Se ha reservado en Los años con Laura Díaz un porvenir y una
vejez bastante feliz para Maria de la O.
“-Se acabaron las tristezas. Me voy a vivir en Veracruz. Un viejo novio del
puerto me ha propuesto que nos casemos. Es un hombre de mi edad, aunque yo
no sé cuál es mi edad porque mi máma no me registró. Quería que creciera
pronto para seguirla en la vida alegre. Vieja pendeja, ojalá se achicharre en el
infierno. Lo único que me consta es que Matías Matadamas - es el nombre de mi
galán - baila danzón como un ángel y me ha prometido sacarme a bailar dos
veces por semana a la Plaza de Armas y entre el público y la gente.” (p 279)
Pero el final feliz parece demasiado fácil cuando el autor nos cuenta su niñez. Tenemos
dificultades en creer que no lleva más cicatrices psicológicas por su dura juventud.
Salvada de los brazos de su pobre madre que trabaja de puta, la niña tiene mucha
suerte de encontrarse luego en la hacienda de don Felipe Kelsen. Son bienaventurados 47
los que tienen esa suerte, pero esto pone en el olvido a todos los mexicanos de origen
indio que se quedan en su eterna posición de inferioridad.
Sin embargo, Fuentes consigue perfectamente ilustrar la idea que quiere dar de
esa situación social particular. Con una técnica muy discreta, alcanza a acentuar
simultáneamente la discreción del personaje mismo: el procedimiento consiste en las
menciones sistemáticamente breves de Maria de la O.
Otros procedimientos para identificar a la tía con los indios en México son
primero el largo silencio que se impone a sí misma después de la muerte de su cuñado -
el marido de Leticia Kelsen y padre de Laura Díaz - y sus piernas tan pesadas que le
dificultan su movilidad. Estos detalles parecen muy superficiales en la primera lectura
pero a la luz de nuestra hipótesis, adoptan una dimensión mucho más significativa. Se
oponen en el personaje entonces la devoción por su familia y su posición inferior. En
ningún momento el lector tiene
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