Leer Sócrates

El texto es bastante concreto a lo respecta, una de las cosas que más me gusto que no fue lo que muchos esperan de un filosofo, es decir, algo tedioso, al contrario fue agradable e interesante.

Al leer que el guardia había recibido una “gratificación” por parte de Critón caí en cuenta que así como el amor ha existido y perdurado por muchísimos años ha pasado lo mismo con la corrupción aunque lamentablemente en esta época ha sido más descarada.

Una de las cosas que me inquieto es la tranquilidad con la que Sócrates tomaba la situación en la que se encontraba, no se encontraba angustiado, temeroso ni mucho menos, de tal manera que me sorprendió de igual manera me dio la impresión de que no le importaba vivir más, pareciera que deseaba morir desesperadamente al comprender que ya no podría filosofar y transmitir sus enseñanzas a los demás.

De cierta forma dos de las cosas más importantes que encontré en la lectura es el afán con el que Critón deseaba ayudar y liberar a su gran amigo, a pesar de que también le preocupaba que diría o pensaría la mayoría. Es cierto que la amistad es sumamente importante, pero la justicia lo es mucho más si es que se quiere estar en un lugar mejor para vivir.

Es atractiva la manera en que Sócrates hace reflexionar a Critón, que manera tan fácil y sutil, esto reafirma mi idea de que no se necesitan ni guerras, ni peleas hacernos entrar en razón, para entendernos unos con los otros, solo hay que ser sabios y pacientes.

Si todos tuviesen la oportunidad de leer este maravilloso texto y razonaran lo que este gran filosofo quiso trasmitir al decir – si se recibe injusticia no hay que responder con injusticia- tendríamos una vida mejor, lamentablemente “la mayoría” piensa –ojo por ojo y diente por diente- nos vamos por lo que es más fácil o lo que mejor nos conviene; pero se debe tomar en cuenta que aunque parezca más fácil el camino angosto a la larga tiene sus consecuencias, sin embargo el camino estrecho siempre será más difícil pero al final veremos que los resultados serán buenos. Lo difícil siempre se valora más que lo fácil y la satisfacción es más placentera.

Mucha razón tiene Sócrates al decir: “lo más importante no es vivir, sino vivir bien”, es decir noble y justamente. Pues de que nos sirven tantas leyes si solo es aplicada o “cumplida” a los más vulnerables, a eso no se le puede llamar justicia, lamentablemente es lo que vivimos en la actualidad; comprendemos entonces que vivimos en un país sin leyes.

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