Lluvias De Preguntas Y títulos
Enviado por lauracurbelo • 21 de Abril de 2015 • 2.409 Palabras (10 Páginas) • 184 Visitas
Lluvias de Preguntas y Títulos utilizados como estrategias didácticas.
Laura Curbelo
Setiembre, 2012
El Proyecto Noria nos posiciona dentro de un paradigma educativo de libertad y creatividad. Implica un cambio fundamental en el enfoque docente y en el trabajo en aula en el marco conceptual de Filosofía para Niños. Esta propuesta pedagógica que se alimenta y se retroalimenta de las prácticas realizadas con Niños, apoyándose en un marco teórico sólido y consistente, nos permitirá también la creatividad en nuestro trabajo. Siempre me pregunté, ¿qué podría aportar personalmente a un programa tan sólido, coherente y fundamentado?
Nuestras sesiones de trabajo son planificadas con rigor, en un minuto a minuto que tiene en cuenta los momentos, el tiempo dedicado a cada momento, las habilidades de pensamiento a trabajar, las preguntas que utilizaremos para potenciar cada habilidad, los recursos que motivarán el pensar. Y a pesar de esta planificación rigurosa (o quizá gracias a ella) son espacios de creatividad tanto para los niños como para los docentes.
Durante los años de trabajo con niños, el docente va retroalimentándose de la experiencia, se va recreando en cada encuentro, piensa y repiensa las mejores maneras de lograr que los niños aprendan a pensar mejor por si mismos, crítica, creativa y cuidadosamente. Va buscando nuevas formas de encuentro que provoquen el disfrute de las actividades, y el crecimiento.
Sabemos que el diálogo no es sólo un recurso, sino que también es un valor ético dentro de nuestras comunidades de indagación, y nuestras planificaciones dedican entonces a este espacio de los diálogos y los mini-diálogos el mayor tiempo dentro de cada sesión, diálogos que utilizamos para el trabajo con las habilidades de pensamiento, con las actitudes y valores éticos, así como también como espacios de metacognición.
Básicamente podríamos esquematizar una Sesión Noria así:
Momento 1 -Presentación de recursos
Momento 2 -Diálogo
Momento 3 -Metacognición
Momento de cierre -Evaluación de la Sesión
Durante el desarrollo de nuestra experiencia con Niños hemos agregado dos momentos que consideramos enriquecedores, en esta nota queremos presentarlos y argumentar la importancia de su inclusión.
Lluvia de Preguntas
Para Lipman "las preguntas iniciales son múltiples, de diversa índole, y cada interlocutor del diálogo -en forma individual o grupal- hará su propia pregunta sobre el texto en cuestión. A la vez, en la búsqueda de la respuesta, se valora más el sentido que la verdad (lo que no significa que ésta no tenga importancia alguna) y, como los sentidos son siempre múltiples, de un único diálogo pueden surgir diferentes posturas, igualmente legítimas, sobre un mismo asunto. ¿Qué torna filosófica una pregunta? Para Sócrates, la interrogación del "qué es" (el tí esti), la definición, la esencia. Para Lipman, una pregunta es filosófica cuando ella cuestiona un tema que es común, central y polémico".
Cómo sabemos buscamos que los niños sean capaces de hacer juicios sujetos a criterios -que sean críticos-, pero también sabemos que en filosofía será mucho más importante que ellos logren preguntarse y repreguntarse. En esa permanente búsqueda de sentido que es la curiosidad infantil, los niños son “hacedores de preguntas”, son curiosos, inquietos, buscan y profundizan en aquellas cuestiones que les despiertan interés.
Entonces, ¿por qué no utilizar esta tendencia natural que tienen los niños dentro de un aula de filosofía? Lo hacemos siempre, es verdad, ellos se preguntan e intentan responderse, en esto se basa el diálogo de la comunidad. Pero me refiero a por qué no dedicar un momento especial, dentro de cada encuentro para que ellos puedan expresar las preguntas que el diálogo les ha generado. O sea no se trata de las primeras preguntas que son generadoras de diálogo, sino de preguntas que el diálogo mismo generó, inquietudes que han quedado abiertas y que el tiempo del encuentro no ha permitido poner en común.
Las inquietudes con las que los integrantes de la comunidad han llegado al encuentro, no son las mismas con las que se irán de la sesión, ni son todas las que se han planteado durante el diálogo. Muchas veces el tema por el que discurre el diálogo no les ha permitido realizar esas preguntas, otras veces el ritmo del diálogo no permite la oportunidad de expresar la pregunta que quedó inquietándolos, como haciéndoles cosquillas.
Los niños experimentan entonces cierta sensación de frustración: “Ah! Yo no pude decir”, “se terminó el tiempo y me quedé pensando algo que quería compartir”… Nuestro trabajo genera inquietud, hace pensar, promueve cuestiones que antes no nos habíamos planteado, matiza, hace reflexionar.
“Un supuesto básico del programa es que los niños son pensadores por naturaleza. Así los demuestran varios estudios, entre ellos el más importante es el de Gareth B. Matthews, profesor de filosofía en la Universidad de Massachussets que a lo largo de sus diferentes investigaciones se propuso demostrar como los mismos niños abordan de manera natural, con claridad y orden, los principales problemas filosóficos, sea mediante los diálogos con los mayores, o entre ellos, o mediante preguntas, o mediante respuestas a las causas de las cosas”.
Estábamos pensando en esta idea y vivimos una experiencia que nos reforzó para proponer esta línea de trabajo. Esta experiencia se produjo trabajando el texto de Angélica Sátiro: “¡Quiero no pensar!”, luego de la lectura y diálogo en una sesión, propusimos a los niños que dijeran “todas las preguntas que se hacían”, fui sorprendida por un torrente de inquietudes, acerca de cuestiones netamente filosóficas como el origen del mundo, el mal, el bien, la verdad, la mentira, dios, la belleza, las relaciones entre las personas, etc.
"Es necesario desarrollar una pedagogía de la pregunta. Siempre estamos escuchando una pedagogía de la respuesta. Los profesores contestan a preguntas que los alumnos no han hecho”
Paulo Freire
Quisimos entonces, crear un momento de puesta en común de aquellas preguntas que nos quedaron “sin decir”, y para ello al final de cada encuentro instrumentamos una “Lluvia de preguntas” como uno de los 3 momentos que utilizamos al cierre de cada sesión. Comenzamos a instrumentarlo bajo una consigna precisa: “Pensemos sobre lo que estuvimos pensando y formulemos preguntas”
Es este entonces un espacio metacognitivo, al que cada niño se enfrenta en forma individual unos minutos después de finalizado el diálogo.
Una buena pregunta es una semilla que debe
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