Los 7 Saberes Para La Educación Del Futuro
Enviado por oskr • 21 de Junio de 2012 • 2.107 Palabras (9 Páginas) • 1.209 Visitas
INTRODUCCION
Edgar Morín en su libro Los Siete Saberes Necesarios Para la Educación del Futuro, autor da a entender que debemos abrirnos a nuevas ideas, a nuevos pensamientos y a nuevas estrategias para impartir el conocimiento, en conjunto; y no aferrarnos a creer ciegamente en las ideas ya aceptadas y comprobadas desde años anteriores.
El hombre ha perdido la base natural de su “conciencia”, empezando desde un auto conocimiento mal cimentado, ha perdido el contacto con su parte sensible y emocional, el alma, esa parte inherente a todos que puede ayudar a un crear una empatía con los demás, a estar en contacto con nuestras necesidades emocionales.
En el momento en que podamos apreciar la diversidad y sobretodo respetarla, podremos crear una sociedad comprometida con el bienestar del ser humano, una sociedad que respete la diversidad de ideas y opiniones.
La educación del futuro debe armar al pensamiento para que sepa afrontar la incertidumbre, los posibles riesgos que conllevan las oportunidades y viceversa. No podemos creer en un progreso legislado y predecible, pero esto no quiere decir que no podamos creer en un progreso, aunque incierto, frágil y cambiante. Debemos confiar en lo que creemos, por más imposible que nos parezca, ya que la historia nos ha demostrado que muchas veces lo más inesperado sucede, pero tenemos que estar también preparados para el fracaso de lo que consideramos seguro, la desaparición de lo que pensamos inmortal, en fin, para cuando suceda lo inesperado y no suceda lo esperado.
Es así como la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) solicitó a Edgar Morín que expresara sus ideas en la esencia misma de la educación del futuro, en el contexto de su visión del “Pensamiento Complejo”. Este texto es, pues, publicado por la UNESCO como contribución al debate internacional sobre la forma de reorientar la educación hacia el desarrollo sostenible. Edgar Morín presenta siete principios clave que él estima necesarios a la educación del futuro.
La educación es la fuerza del futuro, porque ella se constituye como uno de los instrumentos más poderosos para realizar el cambio; aunque parezca una utopía realmente es verdad si se aplica como debería ser, porque de la educación dependerá el reflejo de la persona ante la sociedad y el mundo. Antes de comenzar a leer creíamos que era un libro que nos hablaba sobre qué materias deberían enseñarse a las personas para tener el suficiente conocimiento, pero luego nos dimos cuenta que no, más bien este libro nos enseña, que existen problemas que se tienen por completo ignorados y cómo estos son necesarios conocerlos para combatirlos, y forjar un mejor futuro con una mejor educación.
LOS SIETE SABERES NECESARIOS PARA LA EDUCACION DEL FUTURO
Edgar Morin en su libro. Los Siete Saberes Necesarios para La Educación del Futuro considera siete principios claves, o saberes, necesarios para la educación del futuro, con éstos busca contribuir en el quehacer de los educadores, así como aclarar su pensamiento sobre este tema vital para la humanidad: la educación del futuro.
Todo conocimiento conlleva el riesgo del error y de la ilusión. La educación del futuro debe contar siempre con esa posibilidad. El conocimiento humano es frágil y está expuesto a alucinaciones, a errores de percepción o de juicio, a perturbaciones y ruidos, a la influencia distorsionadora de los afectos.
El error y la ilusión, Morín habla sobre los riesgos más comunes que acompañan al ser humano en la búsqueda de la construcción del conocimiento. En lo que respecta a El talón de Aquiles del conocimiento, advierte que siempre se presenta amenaza del error y la ilusión, otorgando a la educación el deber de pedirse a la identificación de los orígenes de errores, ilusiones y cegueras del conocimiento.
Los errores mentales, los errores intelectuales, los errores de la razón y las cegueras paradigmáticas son los primeros peligros que atentan a una buena educación y aun sano desarrollo del conocimiento. El fin de la educación es enseñar un conocimiento capaz de criticar el propio conocimiento y la búsqueda de la verdad exige reflexibilidad, crítica y corrección de errores.
El primer objetivo de la educación del futuro será dotar a los alumnos de la capacidad para detectar y subsanar los errores e ilusiones del conocimiento y, al mismo tiempo, enseñarles a convivir con sus ideas, sin ser destruidos por ellas. La educación debe promover una "inteligencia general" apta para referirse al contexto, a lo global, a lo multidimensional y a la interacción compleja de los elementos.
Esta inteligencia general se construye a partir de los conocimientos existentes y de la crítica de los mismos, su configuración fundamental es la capacidad de plantear y de resolver problemas y para ello, la inteligencia utiliza y combina todas las habilidades particulares. El conocimiento pertinente es siempre y al mismo tiempo general y particular. El no ver lo global lleva a perder el sentimiento de responsabilidad que tenemos del mundo, esta pérdida de conciencia de formar parte, de ser causa y consecuencia de un todo, lleva al debilitamiento de la solidaridad, al sentir o pensar ajenos y aislados de lo que pase en el todo del que no se es parte.
La educación del futuro debe saber estimular a la mente para la solución de problemas, estimular la curiosidad, básica para el descubrimiento.
El descubrimiento nos lleva a conocer muchas cosas en el mundo pero lo mas importante es que nos lleva a conocer mas de nosotros como seres pensantes. Conocer el ser humano es situarlo en el universo y, al mismo tiempo, separarlo de él.
Todo desarrollo verdaderamente humano significa comprender al hombre como conjunto de todos estos bucles y a la humanidad como una y diversa. La unidad y la diversidad son dos perspectivas inseparables fundadoras de la educación. La cultura en general no existe sino a través de las culturas. La historia humana comenzó con una dispersión, una diáspora de todos los humanos hacia regiones que permanecieron durante milenios aisladas, produciendo una enorme diversidad de lenguas, religiones y culturas.
El desarrollo de un auténtico sentimiento de pertenencia a nuestra tierra, es imprescindible para el desarrollo de la conciencia antropológica, ecológica, cívica y espiritual. Morin escribe “podemos avizorar para el tercer milenio una nueva creación: la de una ciudadanía
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