Los roles de género: el impacto en la experiencia laboral de las mujeres
Enviado por Rodrigo Seura González • 6 de Noviembre de 2015 • Ensayo • 2.327 Palabras (10 Páginas) • 396 Visitas
Los roles de género: el impacto en la experiencia laboral de las mujeres
Introducción
Desde los primeros tiempos de la humanidad se ha observado la diferencia de roles que desempeñan hombres y mujeres. Esta desigualdad, que adquiere carácter de norma, presenta un evidente efecto sobre la identidad de género, ya que los roles definen el comportamiento de los sexos al delimitar la mayoría de sus actividades y los mecanismos para participar dentro de su comunidad. La identidad de género es aquella que resulta de la interacción entre el sexo, el género y los estereotipos asociados a este. Es decir, es el producto de la interrelación entre las propiedades biológicas de un sujeto y las características que a estas les asocia una cultura.
A lo largo de la historia, el rol que desempeña la mujer en la sociedad se ha visto desmedrado en relación al hombre. Esta situación ha sido concebida por diversos estereotipos construidos culturalmente que atribuyen a la mujer características inferiores a las del hombre y le adjudican un papel social determinado. Sin embargo, pese a que hoy el género femenino ha logrado un comportamiento más activo a nivel social, estas distinciones pueden observarse aún en diversos ámbitos, principalmente el laboral. Este último hace referencia a la diferencia de oportunidades de trabajo que tienen ambos sexos y que, en general, favorecen al sexo masculino. Se advierte así ‘’la persistencia de procesos de discriminación que imponen una serie de obstáculos al desarrollo de las trayectorias laborales de las mujeres en igualdad de condiciones que los hombres''[1]. Entre los más destacados se encuentra la diferencia de remuneraciones, la concentración de empleos femeninos en reducidos y determinados sectores de actividad y la concentración de estos empleos en las categorías más bajas de la jerarquía profesional.
La problemática que abordará este ensayo es la influencia de los estereotipos históricos en las oportunidades laborales de las mujeres de Chile. En este sentido, se abarcará cómo la experiencia laboral del sexo femenino está determinada por parámetros culturales que condicionan tanto su accesibilidad al trabajo como sus remuneraciones. Para esto, se tomarán como referencia las brechas salariales, los niveles de población ocupada en ambos sexos y la accesibilidad a determinados trabajos en el mercado laboral actual.
El análisis de este fenómeno resulta fundamental, en primera instancia, porque resulta eficaz para modificar el concepto de identidad que se le atribuye al género femenino, el cual lo caracteriza como el sexo inferior. Esto con el fin de otorgarles a las mujeres un modelo que las represente conforme a características evidenciables en su comportamiento y no en acepciones históricamente aceptadas. Por otra parte, la realización de este estudio también contribuye al progreso del país, no solo en el sentido económico, sino también en el social y cultural. Evidenciar y difundir esta problemática, a largo plazo, posibilitará mermar las disimilitudes entre sexos hasta el punto de lograr la igualdad o una aproximación a esta en su sentido amplio, no aplicada únicamente al ámbito laboral.
Este estudio tiene como objetivo crear conciencia sobre la implicancia de los estereotipos de género en el mercado laboral y en las relaciones interpersonales. De la misma forma busca evidenciar que, en la actualidad, estos parámetros que históricamente han posicionado al hombre y a la mujer en niveles distintos no presentan fundamentos que los respaldan, sino por el contrario, dan cuenta de la posible equidad entre sexos y así, la igualdad de oportunidades que deberían tener estos mismos.
En particular, Chile es un país donde este fenómeno se presenta de forma más evidente en comparación a otros. De acuerdo al Ranking Grender Gap Index 2014 del Foro Económico Mundial, entre 142 países Chile se posiciona en el puesto 66 en cuanto a la equidad de género. Este ranking mide la igualdad de género entorno a distintas variables tales como salud, educación y participación económica. No obstante, en esta última variable, Chile se posiciona en el lugar 119 y, dentro de esta misma, ocupa el lugar 128 en cuanto a la brecha salarial. Esto denota claramente existencia de discriminación, que en el mundo laboral consiste en otorgar un trato distinto entre quienes realizan una actividad. Cabe destacar previamente que con ámbito laboral se hace referencia al desempeño que se realiza en una actividad técnico-profesional, la cual requiere de capacidades específicas que se presentan de forma equivalente en ambo sexos, es decir, aptitudes que tanto hombres como mujeres poseen. A partir de lo anterior, se considera que en Chile el género no debe influir en las oportunidades laborales.
Diferencias biológicas, pero resultados equivalentes
En primer lugar, científicamente se ha demostrado que existen diferencias en las habilidades cognitivas y motrices entre ambos sexos, las cuales, de manera distinta, conducen a un mismo nivel intelectual. Un ejemplo de esto es que pese a que estudios han revelado que ''el cerebro de los hombres es un 8-13% superior en volumen al de la mujer''[2], el de ellas está más finamente desarrollado, dado que el cuerpo calloso, estructura que conecta ambos hemisferios cerebrales, tienen un mayor grosor en las mujeres. Esto quiere decir que ''las conexiones entre hemisferios son más numerosas en las hembras''[3]. Asimismo, de acuerdo a un estudio realizado en la Universidad de California se comprobó que ''el cerebro de las mujeres tiene cerca de diez veces más la cantidad de materia blanca que el del hombre''[4]. Esta última le permite a la mujer trasladar los datos desde un lugar del cerebro a otro con mayor rapidez, lo que le otorga mayor capacidad de relacionamiento. Este mismo estudio avala que ''el hombre posee 6,5 veces más cantidad de materia gris en comparación a la mujer''[5], sustancia que se encarga del procesamiento de la información, lo que le permite al hombre mayor capacidad de razonamiento. De esta manera, hombres y mujeres utilizan distintos sectores cerebrales para obtener resultados equivalentes: "Estos descubrimientos sugieren que la evolución humana ha creado dos tipos diferentes de cerebros diseñados para un comportamiento inteligente de igualdad''[6].
La igualdad apoyada por la Carta Fundamental
En segundo lugar, basados en la continuidad histórica y social, Chile es un país democrático donde constitucionalmente se garantiza la igualdad de derechos entre hombres y mujeres. Actualmente, el país se rige por la Constitución de 1980, en la que se establece la equidad entre ambos géneros en cuanto a garantías y responsabilidades. En este documento respecto al trabajo y al desempeño laboral ‘’se prohíbe cualquier discriminación que no se base en la capacidad personal’’[7]. Sin embargo, pese a esta declaración, en el país existe una evidente diferencia tanto de oportunidades laborales como de salarios entre sexos. Esto último se conoce como ''discriminación por género'' y se refleja en los ingresos medios de asalariados según su grupo ocupacional en actividades técnico-profesionales, en las cuales el hombre recibe un promedio de $1.400.000, mientras que la mujer recibe un promedio de $1.000.000[8].
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