Louis Althusser
Enviado por jazlu1986 • 19 de Agosto de 2013 • 2.190 Palabras (9 Páginas) • 1.439 Visitas
Louis Althusser según: Dermeval Saviani
3.2 Teoría de la escuela como aparato ideológico del Estado (AIE)
Al analizar la reproducción de las condiciones de producción, que implica la reproducción de las fuerzas productivas y de las relaciones de producción existentes, Althusser distingue en el Estado, los Aparatos Represivos del Estado (Gobierno, Administración, Ejército, Policía, Tribunales, Prisiones, etc.) y los Aparatos Ideológicos del Estado (AlE) que enumera, provisoriamente, de la siguiente forma:
— El AlE religioso (sistema de las diferentes iglesias).
— El AIE escolar (sistema de las diferentes escuelas públicas y particulares).
— El AlE familiar,
— El AIE jurídico,
— El AlE político (sistema político del que forman parte los diferentes partidos),
— El AIE sindical,
— El AIE de la información (prensa, radio-televisión, etc.),
— El AIE cultural (Literatura, Bellas Artes, Deportes, etc.)”15
La distinción entre ambos se basa en el hecho de que el Aparato Represivo del Estado funciona masivamente por la violencia y, secundariamente por la ideología, mientras que inversamente, los Aparatos Ideológicos del Estado funcionan masivamente por la ideología y secundariamente por la represión. El concepto de “Aparato Ideológico del Estado” deriva de la tesis según la cual “la ideología tiene una existencia material”. Esto significa decir que la ideología existe siempre arraigada en prácticas materiales reguladas por rituales materiales definidos por instituciones materiales. En suma, la ideología se materializa en aparatos: los aparatos ideológicos del Estado.
A partir de esos instrumentos conceptuales, Althusser propone la tesis según la cual “el Aparato Ideológico del Estado que fue ubicado en posición dominante en las formaciones capitalistas maduras, después de una violenta lucha de clases política e ideológica contra el antiguo Aparato Ideológico del Estado dominante, es el Aparato Ideológico Escolar”.
Como AlE dominante la escuela constituye el instrumento más acabado de reproducción de las relaciones de producción de tipo capitalista. Para esto atrae a los niños de todas las clases sociales y les inculca durante años de audiencia obligatoria “saberes prácticos” envueltos en la ideología dominante20. Una gran parte (obreros y campesinos) cumple la escolaridad básica y es introducida en el proceso productivo.
Otros avanzan en el proceso de escolarización pero acaban por interrumpirlo pasando a integrar los cuadros medios, los “pequeños burgueses de todo tipo”. Una pequeña parte alcanza el vértice de la pirámide escolar. Estos van a ocupar los puestos propios de los “agentes de la explotación” (en el sistema productivo), de los “agentes de la represión” (en los Aparatos Represivos del Estado) y de los “profesionales de la ideología” (en los Aparatos Ideológicos del Estado). En todos los casos, se trata de reproducir las relaciones de explotación capitalista. En palabras de Althusser: “es a través del aprendizaje de algunos saberes prácticos (savoir-faire) envueltos en la inculcación masiva de la ideología de la clase dominante, que son, en gran parte, reproducidas las relaciones de producción de una formación social capitalista, es decir, las relaciones de los explotados con los explotadores y de los explotadores con los explotados”.
¿Cómo se ubica en este contexto, el problema de la marginalidad? El fenómeno de la marginación se inscribe en el propio seno de las relaciones de producción capitalista que se basan en la expropiación de los trabajadores por los capitalistas. Marginada es, pues, la clase trabajadora. El AIE escolar, en lugar de ser un instrumento de igualación social constituye un mecanismo construido por la burguesía para garantizar y perpetuar sus intereses. Si las teorías del primer grupo (que por eso bien merecen ser llamadas no críticas) desconocen las determinaciones objetivas e imaginan que la escuela puede cumplir el papel de correctora de la marginalidad, esto se debe al hecho de que son teorías ideológicas, es decir, que disimulen, para reproducirlas, las condiciones de marginalidad en que viven las capas trabajadoras.
A diferencia de Bourdieu-Passeron, Althusser no niega la lucha de clases. Por el contrario, llega a afirmar que “los AIE pueden ser no sólo blanco sino también el lugar de la lucha de clases y, en muchos casos, de formas reñidas de la lucha de clases”. Mientras tanto, cuando describe el funcionamiento del AIE escolar, la lucha de clases queda prácticamente diluida, tal es el peso que adquiere allí la dominación burguesa. Yo diría, entonces, que la lucha de clases resulta en ese caso heroica pero sin gloria ya que no tiene ningún chance de éxito. El parágrafo, un tanto extenso, que me permito transcribir, fundamenta esa conclusión: “Pido disculpas a los docentes que en condiciones terribles intentan enfrentar a la ideología, al sistema y a las prácticas en que este los encierra, con las armas que pueden encontrar en la historia y en el saber que enseñan. En cierta medida son héroes. Pero son raros, y cuántos, (la mayoría) no tiene ni un vestigio de duda respecto del “trabajo” que el sistema (que los sobrepasa y aplasta) los obliga a hacer, y peor aún, se dedican enteramente y con toda conciencia a la realización del trabajo (los famosos métodos nuevos). Tienen tan pocas dudas, que contribuyen, hasta devotamente, a mantener y a alimentar la representación ideológica de la escuela que se torna hoy “natural”, indispensable, útil y hasta benéfica para nuestros contemporáneos, como la Iglesia era “natural”, indispensable y generosa para nuestros antepasados de hace siglos.
Louis Althusser según Julia Varela
Algunos modelos críticos
Universidad Complutense de Madrid
El desarrollo que ha conocido la sociología de la educación a partir especialmente de los años setenta sirve para mostrar como opera el trabajo intelectual en un campo específico, es decir, para analizar las interdependencias que existen entre unos modelos de análisis y otros, las permanencias y las innovaciones. Me limitaré pues a subrayar este carácter dinámico partiendo de las características de algunos de los modelos críticos más influyentes. En todos ellos se plantea explícitamente la necesidad de comprender no solo las funciones explícitas, sino también las funciones latentes que desempeña la Escuela. En este sentido estos modelos críticos comparten el cuestionamiento de aquellas otras teorías que ven en el sistema escolar una institución destinada fundamentalmente a favorecer la movilidad social, la igualdad de oportunidades, en suma, una
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