Althusser
Enviado por KitzyLovee • 5 de Enero de 2012 • 2.109 Palabras (9 Páginas) • 764 Visitas
LOUIS ALTHUSSER
LA FILOSOFÍA COMO ARMA DE LA REVOLUCIÓN
Superestructura, ciencia e ideología.
El eje de análisis de Althusser es la relación entre la teoría y la práctica en el marxismo, recuperando fundamentalmente a Marx, Lenin y también a Gramsci. Si bien la “práctica” marxista, a través de las revoluciones, la lucha y organización de la clase obrera, había alcanzado importantes avances para mediados del siglo XX, Althusser consideraba que aún era necesario realizar un trabajo mucho más desarrollado sobre el plano “teórico”.
La idea fundamental y punto de partida de Althusser es que, además de la transformación de las prácticas económicas del modo de producción, el marxismo tiene que trabajar sobre la transformación y el conocimiento real de su práctica teórica. El autor es tajante a este respecto: sin teoría revolucionaria no hay acción revolucionaria, al menos no seria, ni mucho menos efectiva.
Althusser divide la práctica teórica marxista en: 1- Una ciencia, el materialismo histórico, y 2- Una filosofía, el materialismo dialéctico. Estas dos esferas se relacionan entre sí, pero son siempre los avances en la ciencia marxista los que posibilitan y condicionan el desarrollo de la filosofía marxista.
1- La ciencia marxista (que analiza los modos de producción económico-sociales) fue producida y aportada desde afuera a la clase obrera - que hasta entonces sólo podía expresar ideologías utópicas, reformistas o anarquistas- y logró transformar profundamente la práctica proletaria. El trabajo científico marxista es un trabajo teórico sobre los datos de la práctica económica y política del proletariado que produce conocimiento.
2- La filosofía marxista consiste en el materialismo dialéctico, que estudia las condiciones reales e históricas de la práctica específica que produce conocimiento. El materialismo dialéctico se divide en una teoría (sistema racional de conceptos -materialismo-) y un método (aplicación a su objeto -dialéctica-).
A partir del tradicional esquema infraestructura-superestructura, Althusser recuerda que la base económica ejerce una determinación en última instancia sobre los otros niveles superestructurales (político e ideológico), los cuales sin embargo poseen un grado de autonomía relativa y de acción de retorno sobre la base.
Para el marxismo las ideologías no constituyen un conocimiento verdadero, son falsas concepciones del mundo, representaciones deformadas y mistificadas de la realidad. Althusser hace hincapié en que la ideología es algo muy diferente a la ciencia que provee conocimiento objetivo de las relaciones sociales estructurales como un todo.
Las ideologías son conjuntos de representaciones y creencias acerca de la realidad social, formas de la conciencia social que existen objetivamente, es decir, independientemente de los individuos a quienes les son dadas las ideologías preexistentes. La función principal de la ideología es asegurar la dominación de clase, al llevar a los hombres a aceptar como natural y válido el lugar que les impone la estructura social (su posición de clase). Los hombres son determinados por estructuras objetivas, y sólo el conocimiento científico puede dar cuenta de ellas, no la ideología.
La ideología existe en diferentes regiones (política, económica, estética, religiosa, moral, jurídica, etc.). Tiene un carácter social, en tanto liga a los hombres entre sí a partir de convicciones, creencias, valoraciones, representaciones sobre las relaciones que los unen y sobre las tareas o posiciones que les asigna la estructura social. Una idea interesante de Althusser consiste en que la ideología, mediante este mecanismo de naturalización de las condiciones de clase, permite dar identidad a las dos clases sociales: dominantes y dominados.
Por otra parte, la relación del marxismo con la clase obrera tiene como objetivo la transformación de la ideología existente y se realiza a través de: La formación teórica, la educación de los militantes sobre la teoría marxista y la lucha ideológica. La formación teórica debe dirigir a la lucha ideológica, que a su vez le sirve de base práctica.
Althusser retoma en la primera parte de este texto los tres niveles: económico, político e ideológico y la correspondiente triple lucha que se libera en el seno de la sociedad capitalista. Sin embargo, le otorga gran importancia a la lucha ideológica porque la ideología está en todas partes, básicamente porque determina y se funde en relación del hombre con el mundo y por lo tanto en todos sus actos. La ideología es lo que hace funcionar al sistema capitalista de forma integrada y coordinada.
Además el autor valora la doctrina científica marxista, y es el movimiento obrero -en acción conjunta con el partido- el único capaz de hacer de la teoría marxista leninista un descubrimiento científico revolucionario de hecho. Althusser considera decisiva la intervención de la ciencia marxista en la lucha ideológica, ya que las concepciones ideológicas del movimiento obrero a secas, sin la “importación” de la teoría marxista, sin la influencia de la ciencia marxista, no han logrado liberar el campo ideológico de la dominación burguesa y al mismo tiempo han producido y aún producen ideologías acomodadas al sistema capitalista y a la ideología burguesa dominante, tal como sucedió con los sindicatos y asociaciones obreras librados a sí mismos. Por ello Althusser recuerda una y otra vez la importancia de que el marxismo realice un trabajo profundo acerca de las condiciones de producción del conocimiento, apoyado sobre las bases científicas del materialismo histórico y el materialismo dialéctico, que posibiliten trascender las perspectivas falsas y limitadas de las ideologías sustentadas en el marco de referencia de la burguesía.
La reproducción del sistema capitalista y los aparatos ideológicos del Estado
La novedad de Althusser reside en intentar completar la teoría marxista del Estado (entendido como aparato represivo) con los aparatos ideológicos del Estado, representados por instituciones especializadas que funcionan con ideología y que se encuentran dentro del régimen burgués. En la iglesia, la familia, los partidos políticos, medios masivos de comunicación, las instituciones culturales entre otros y en la escuela predominantemente se reproduce la sumisión de los trabajadores al modo de explotación capitalista. En la escuela desde que somos chicos nos inculcan los saberes prácticos y la forma en la que debemos actuar el día de mañana en el sistema productivo. Al obrero se le enseñará a obedecer, a aceptar como natural la explotación a la que es sometido, así como a otros sectores que se incorporan como agentes de la
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