Matrimonio Gay En Costa Rica

El Matrimonio Gay en Costa Rica

El pasado sábado 16 de Junio la ciudad de San José fue testigo de la llamada marcha de los “invisibles”. Dicha manifestación se dio como una respuesta a la intolerancia que impera en la política del gobierno; como una voz que grita por sus derechos los cuales son irrenunciables e innegables y no es solo los caprichos de una minoría como lo ha hecho a ver, entre líneas, la presidente Laura Chinchilla. La suiza centroamericana es solo una leyenda vulgar con que el país se ha mostrado al mundo desde pasadas décadas. La nación ejemplo de democracia y eterna paz no existe entre paso canoas y el río san Juan.

Hace tres años, los magistrados constitucionales rechazaron la iniciativa de modificar el artículo 242 del código de familia. La idea era sustituir la frase “entre una mujer y un hombre” por las palabras “entre personas”. Esto con el fin de salvaguardar los pilares del concepto constitucional de familia. El señor Justo Orozco, presidente de la comisión legislativa de Derechos Humanos, ha dejado claro su postura en contra de los derechos de las personas de la comunidad gay.A tal punto de afirmar que no existen “no los veo, no los reconozco, por eso no discrimino” fueron palabras del diputado.

La señora Chinchilla excluye de las prioridades de su gobierno el tema de las sociedades de convivencia para parejas homosexuales; ella se ha mostrado firme en su convicción. Por otro lado está la Iglesia Católica la cual ha refutado duramente desde 2008 las uniones de hecho a como se muestra en el siguiente comunicado de los obispos costarricenses Como consecuencia, a la luz de la Doctrina de la Iglesia sobre el matrimonio y la familia y, con base en el orden jurídico costarricense interpretado auténticamente por la Sala Constitucional, es inaceptable e incongruente dar la razón a un proyecto que pretende trasladar todo el régimen jurídico del matrimonio a las uniones entre homosexuales. Por lo cual como Pastores de la Iglesia, les pedimos a los señores diputadas y diputados católicos, que se expresen y voten en contra de tal iniciativa de Ley, y a los que no confiesan nuestra fe, que examinen los argumentos que hemos expuesto, y de conformidad con las reglas de la recta razón y de la naturaleza del ser humano y de la vida en sociedad, no presten su voto a un proyecto que, a todas luces, va en contra del bien común de los habitantes de la República.” (fe, 2008)

Con lo que se deja a ver el poder que aun goza esta institución “sacra” y como Iglesia y Estado se casan (Romanticismo político de la Edad Media) para dominar las mentes y mantener un status quo retrógrado en la doble moral del ser costarricense. No sé podía dejar de lado lo sucedido el pasado viernes, un día antes de la manifestación de los invisibles, en donde la policía ingreso a la asamblea con el fin de obtener información sobre el grupo que organizaba la marcha. Sí nos parece mentira, sin embargo esto paso aquí en nuestro país, pero esto definitivamente no pasaría en Suiza; no estoy hablando de Cuba, ni de Venezuela, estoy exponiendo como la fuerza institucionalizada del Estado Costarricense irrumpe un derecho natural e inviolable como lo es el derecho de libre pensamiento y expresión… ¿De que otra manera se puede interpretar la actitud de los efectivos policiales el pasado viernes negro?

Años atrás la reelección presidencial era un hecho palpable solo en el extranjero, hasta que el poder y la astucia del señor Oscar Arias lograron modificar el artículo 132 de la constitución política y logró tomar la presidencia nuevamente. Por lo que una

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