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Mitos Y Leyendas*


Enviado por   •  5 de Marzo de 2015  •  2.017 Palabras (9 Páginas)  •  211 Visitas

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Mito las Moiras

Las Moiras son deidades que personifican el concepto del destino. En la antigüedad se creía que cada ser humano tenía su propia Moira odestino. Estas tenían como función asignarle a cada uno su propia suerte y maldición, regulando así la vida de cualquier mortal.

Se dice que las Moiras son hijas de Zeus y Temis. Son tres hermanas:Cloto (rueca), que era la mas joven y la que hilaba. Láquesis (pluma), que tejía el destino. Y Átropos (balanza), la mayor y la que cortaba los hilos. Ellas 3 tenían que asegurar que el destino de cada uno se cumpliera, incluyendo el de los dioses. Deben asistir al nacimiento de cada persona, hilar y predecir su destino.

Estas deidades se asociaban en la antigüedad al nacimiento, pues se decía que en ese momento, las Moiras decidían todo lo que iban a vivir durante su vida y cuando iban a morir. Luego evolucionó a las 3 Moiras mencionadas y que la vida era determinada por hilos: Blancos o doradospara los momentos en la vida de felicidad, y de lana negra los momentos

Medusa

Cuenta la leyenda que Medusa era una mujer mortal, hermosa y tentadora como el más dulce de los pecados. Tanta era su belleza que Poseidón, dios del mar, queda prendado de ella y no descansa hasta conseguir satisfacer su deseo, contra voluntad de la muchacha, en el templo de Atenea.

Atenea, diosa de la pureza y castidad entre otras cosas, se ve terriblemente ofendida y castiga a Medusa pues simbolizaba todo lo contrario a ella...deseo...carnalidad...voluptuosidad.

Los cabellos de la joven se vuelven siseantes serpientes, sus ojos de una intensidad tal que si los miras fijamente, te vuelves de piedra. Medusa se había transformado en un monstruo pero aún se hacía valer por su andar provocador y sensual que hipnotizaba casi tanto como su mirada.

Atenea, viendo que su castigo no había tomado los tintes que ella esperaba, envió al valeroso Perseo a que cortara esa inmunda cabeza. Éste, muy inteligentemente, usó su escudo a modo de espejo para que Medusa se reflejara en él y de este modo pudiera vencerla y entregarla a la diosa.

Desde entonces la cabeza de Medusa fue imágen del escudo de la casta Atenea como instrumento para atemorizar al enemigo. En ello se unía la perversión y la virtud...porque nunca nada es tan bueno, ni a la vez tan malo.

Mito el Monstruo del Armario

Esta historia trata sobre una niña que era hija única, amada y consentida por sus padres, recibía todo lo que ella solicitaba. La niña de tan solo 9 años decía a sus padres todas las noches que una extraña criatura la observaba desde el armario, a los que los padres solo decían que era algo de su imaginación.

Todas las noches la niña sufría un miedo terrible debido a que veía una sombra dentro de su armario y en medio de la oscuridad pasaba malas noches por temor a lo que le podía ocurrir. Una noche la niña comenzó a escuchar cosas y se arropo más fuerte con su sabana, llena de temor a que aquel monstruo le pudiera hacer daño.

Luego de horas escuchando aquel ruedo, la niña se levantó de la cama y se dirigió hacia el armario llena de temor porque no sabía qué clase de criatura podría encontrar. Al momento de acercarse, una mano lo jaló dentro del armario y solo un rastro de sangre quedó en la habitación.

Los papás, desconcertados al verlo, solo se lamentaron de no haber escuchado a su pequeña niña y de inmediato se mudaron de casa.

Los primeros dioses

Los más antiguos mexicanos creían en un dios llamado Tonacatecuhtli, quien tuvo cuatro hijos con su mujer Tonacacihuatl.

El mayor nació todo colorado y lo llamaron Tlatlauhqui. El segundo nació negro y lo llamaron Tezcatlipoca. El tercero fue Quetzalcóatl.

El más pequeño nació sin carne, con los puros huesos, y así permaneció durante seis siglos. Como era zurdo lo llamaron Huitzilopochtli. Los mexicanos lo consideraron un dios principal por ser el dios de la guerra.

Según nuestros antepasados, después de seiscientos años de su nacimiento, estos cuatros dioses se reunieron para determinar lo que debían hacer.

Acordaron crear el fuego y medio sol. pero como estaba incompleto no relumbraba mucho. Luego crearon a un hombre y a una mujer y los mandaron a labrar la tierra. A ella también le ordenaron hilar y tejer, y le dieron algunos granos de maíz para que con ellos pudiera adivinar y curar.

De este hombre y de esta mujer nacieron los macehuales, que fueron la gente trabajadora del pueblo.

Los dioses también hicieron los días y los repartieron en dieciocho meses de veinte días cada uno. De ese modo el año tenía trescientos sesenta días.

Después de los días formaron el infierno, los cielos y el agua. En el agua dieron vida a un caimán y de él hicieron la tierra. Entonces crearon al dios y a la diosa del agua, para que enviaran a la tierra las lluevias buenas y las malas.

Y así fue como dicen que los dioses hicieron la vida.

El agua y el amor

Bolochen es un pueblo que aunque creció en torno a nueve pozos, periódicamente padecía de sequía. Tenían como jefe a un astuto y valeroso guerrero que se enamoró de una hermosa doncella. La madre de la chica se sintió temerosa de perderla, pues era un amor correspondido y decidió esconderla en el lugar más recóndito que conocía.

La desaparición de la doncella provocó que el jefe se olvidase de su pueblo; rogó a los dioses y pidió ayuda a sus gentes para la bús¬queda de la joven. Alguien escuchó un sollozo en una gruta cercana; el rastreo se centró en ella. El guerrero entró y sólo encontró una enorme sima de bordes de cristal, pero el sollozo se percibía. Decidieron construir una enorme escalera con árboles y lianas. Efectivamente, en el fondo se encontraba la muchacha. Fue sacada y con ella volvió la alegría. Dentro de la gruta encontró siete estanques formados en la roca:

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