Muerte Del Anciano
Enviado por 082125ggg • 15 de Enero de 2015 • 365 Palabras (2 Páginas) • 177 Visitas
Se analiza la situación ante la muerte
del anciano enfermo consciente desde
una perspectiva racional filosófica. Se
destaca el aspecto existencial de la
muerte y sostiene que aunque el hombre
muera solo, si ha tenido una buena
vida muere rodeado del recuerdo de
todos aquellos a quienes ha amado y
respetado, satisfecho de haber cumplido
con su tarea como ser humano.
En la mayor parte de los casos, los problemas
éticos que se plantean ante un
moribundo se refieren más bien a los que
lo atienden (médicos, familiares) que a él
mismo. A su vez, pensar en la agonía del
“ser humano” puede ser una abstracción,
aunque más no sea porque hay distintos
tipos de hombres y sin duda no se enfrentará
a la muerte de la misma manera el
héroe y el pusilánime, el creyente y el no
creyente, el joven y el viejo. Desde esta
perspectiva, se analizará la situación ante
la muerte del anciano enfermo consciente,
es decir, la muerte para el que muere y
no la muerte ajena; la muerte propia, que
sólo puede ser descripta adecuadamente
cuando es pensada como mí muerte.
Supuestamente las personas mayores
deberían tener una actitud más tranquila
y de mayor aceptación de la muerte,
ya que se encuentran en una situación
en la que hay una vida ya realizada y la
muerte es su término natural. Sin embargo,
esto no siempre es así, al punto que
el tema de la muerte suele producir
angustia y rechazo.
Hay quienes quitan gravedad a la
muerte al considerarla un simple pasaje a
otro mundo, como sugiere Platón en el
Fedón. Otros también lo hacen al considerarla
un rápido paso a la inmortalidad,
al encuentro con Dios. Pero ese gozo
tiene su precio, porque hasta para una
vida piadosa la muerte es una circunstancia
desagradable que hay que afrontar.
Todos tenemos el convencimiento de
que desearle a alguien la muerte es desearle
algo malo. La muerte no es un suceso
más en la vida del hombre. Como dice
Josef Pieper, nada hay tan terminante
como la muerte. “Al morir salta el hombre
una tapia, que ya siempre quedará a
su espalda, sin que el hombre pueda volver
a encaramarse sobre ella. No hay
retorno”. [1] Tomás de Aquino, por su
parte, sostiene que la muerte es el mayor
de todos los males humanos, pero precisamente
por eso afirma que no hay
mayor prueba de amor para el hombre
que morir por un amigo. [2] De donde se
concluye que la vida no es el valor más
alto para el hombre
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