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Músico (Sobre Formación)


Enviado por   •  7 de Agosto de 2014  •  517 Palabras (3 Páginas)  •  188 Visitas

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Músico

El presente ensayo intenta defender la trascendencia de la formación como proceso del ser humano para conquistar la plenitud. Para explicarla se usa una metáfora: “afinar las cuerdas de la guitarra”, procedimiento que todo músico realiza para alcanzar un sonido perfecto.

Para continuar, deseo recordar la definición de afinar: “cantar o tocar entonando con perfección los sonidos” según la Real Academia Española (DRAE: afinar). Además conviene saber que hay diversas formas de afinar las cuerdas de una guitarra, la manera más popular es en base a la primera. Al estar afinadas se obtiene un sonido armónico.

El primer paso en la formación del ser humano, es que este tome conciencia de su deformación, para luego, desarrollar la habilidad de organizar y reestructurar su vida constantemente, para obtener una afinación integrada: en términos de Ibáñez-Martín

se acostumbra a reservar el término de información cuando se trata de una transmisión de datos y de hechos, de manera inconexa y desarticulada, mientras que la formación tendría un carácter de estructuración ordenada, sedimentada, provista de jerarquía y sistema (1975: p. 21, 15-19).

Por lo tanto, las cuerdas deben estar afinadas en cierta tonalidad ya estructurada, de otra manera produce un mal sonido.  

En segundo lugar ¿basta con afinar un solo aspecto de la persona? No. Hay una interdependencia de agentes, tanto internos como externos en la formación. Muchos han encontrado pistas y señales, a las cuales se les debe dar continuidad, para no caer en los errores de autosuficiencia o renuncia de las propias responsabilidades, sino en la aceptación de la corresponsabilidad, que implica el proceso formativo. De acuerdo a lo anterior, el autor indica: “lo limitada que sería nuestra vida, […] si sólo contáramos con nuestras propias manos. En efecto, toda nuestra existencia esta tejida con las aportaciones de los demás” (Ibáñez-Martín, 1975: p. 22, 19-22). Cada cuerda tiene sonido propio pero no es independiente en cuanto al sonido de la guitarra.

En tercer lugar, para producir una constante formación plena, la persona debe buscar una profundidad interior significativa, una base bien arraigada. Esta afirmación la propone Ibáñez-Martín de la siguiente manera: “«una auténtica interioridad, que pueda oponerse a las tendencias superficializadoras y dispersoras de la época” (1975: p. 27, 5-10). El sonido, no depende solo de la afinación de las cuerdas, sino también de la calidad de la caja de resonancia de la guitarra.

En conclusión, este proceso formativo, es para que toda persona alcance la plenitud y requiere tres etapas fundamentales: la concientización de la persona, con respecto a su deformación, reconocer la corresponsabilidad que implica el proceso formativo y la profundidad o consolidación de un estilo propio, original y auténtico. Así la

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