NORMAS MORALES ACCIONES LIBRES Y RESPONSABILIDAD

FEC I . Clase virtual N° 3

NORMAS MORALES

ACCIONES LIBRES Y RESPONSABILIDAD

Buenas tardes queridos estudiantes!! Seguimos con esta instancia virtual. Se nos vienen más trabajitos para realizar en casa, cuidándonos y así, cuidando a los demás.

Hemos visto antes, que las personas somos como una unidad integrada por aspectos físicos (o biológicos), psíquicos (o mentales), sociales y espirituales. No se da una sin las otras; por más que a veces pareciera que solo una de esas partes es la que domina: por ejemplo, si tengo que estudiar (aspecto psíquico porque debo concentrarme) pero me duele la panza (aspecto biológico) seguramente no pueda concentrarme para estudiar bien poruqe el dolor va a tener más importancia.

Después vimos la diferencia entre ética y moral, se acuerdan? Si bien las dos palabras tienen el mismo significado de origen, son distintas en cuanto al alcance de cada una de ellas. La moral tiene que ver con las acciones concretas en tanto actuamos bien o mal. Y la ética tiene que ver con la reflexión sobre lo bueno, lo malo, lo justo, lo injusto, es decir, sobre qué nos basamos para determinar lo bueno y lo justo, entre otras cosas. Para ejemplificar, propusimos algunas situaciones que tienen que ver con nuestra conducta en medio de la pandemia. Podemos sintetizar así:

Ahora, vamos a ver que todos estos conceptos: el hombre, la moral y la ética se relacionan con las acciones libres de las personas, porque ¿cómo es posible que podamos juzgar si una conducta es buena o mala si no podemos elegir pensar y actuar de una manera u otra?

Miremos el siguiente gráfico. ¿Qué figura representa la libertad? ¿Qué consecuencias habría si esa figura se mueve libemente por todos los casilleros? ¿Qué lugar ocupan las demás figuras? (No hace falta que escriban estas respuestas, PERO SÍ HACE FALTA QUE LAS PIENSEN)

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¿Y si ahora pensamos esas preguntas en la sociedad? ¿Si somos nosotros los que hacemos uso de la libertad y nos movemos por donde nos parezca? ¿Qué lugar ocupan los demás en nuestra libertad?, ¿los tengo que tener en cuenta?, ¿siempre? Entonces no soy libre si pienso en los demás? ¿Estoy determinado por los demás? ¿Soy o no soy libre? Preguntas como estas podemos formularlas hasta el infinito. Intentemos ponernos en un lugar y tratar de hallar respuestas.

La responsabilidad y la libertad

Cotidianamente juzgamos los actos de los demás, por ejemplo, decimos que un amigo no actuó correctamente, que no debió mentir. También somos juzgados por quienes nos rodean: nos critican o nos felicitan por nuestras acciones. En estos juicios estamos considerando que somos responsables de nuestros actos. ¿Por qué felicitaríamos a alguien que devolvió un dinero extraviado si no es porque pensamos que lo ha hecho conscientemente y que podría no haberlo hecho? Felicitamos o reprobamos a los demás cuando los consideramos responsables de lo que han hecho. Si pensáramos que no hubo intencionalidad en sus conductas, no merecerían nuestro elogio o nuestra condena.

Si una roca se desprende de una montaña y, al caer, mata a una persona, no se nos ocurre culpar moralmente a la roca. Consideramos que su caída ha sido un hecho puramente natural. En la naturaleza las cosas son como son. En cambio, en el mundo humano, las cosas siempre pueden ser de otra manera. Cuando responsabilizamos a una persona por lo que hizo estamos considerando que pudo haber actuado de otra manera.

Solo cabe juzgar la conducta de los otros o la propia si ese comportamiento es resultado de una decisión. Para que alguien sea responsable de su comportamiento debe haber actuado libremente; es decir, debe haber podido elegir lo que quería hacer entre distintas alternativas y debe haber tenido conciencia de lo que hacía.

Si un niño pequeño le pega a otro para sacarle un juguete que no es suyo, no lo juzgamos moralmente por su acción. El niño no tiene conciencia de que lo que hace está mal pues no ha internalizado aun las normas morales. Tampoco es capaz de prever las consecuencias de su comportamiento o de evaluar el daño que puede ocasionarle al otro nene.

¿Qué sucede en el caso de las personas adultas? ¿Siempre son responsables de lo que hacen? ¿Siempre actúan libremente?

No siempre somos responsables de nuestros actos o de las consecuencias de los mismos. A veces, actuamos obligados por las circunstancias. Otras veces, pretendemos hacer algo pero los resultados no son los que esperábamos. Por ejemplo, estudiamos mucho para rendir un examen. Sin embargo, la calificación no nos alcanza para aprobar la materia; hemos intentado conseguir un objetivo pero no lo hemos logrado.

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