Ontologia

I. ONTOLOGÍA

La palabra “ser” deriva de la raíz griega “ontos”, por eso el estudio de la realidad se denomina ontología.

La ontología es el área de la filosofía que estudia al ser. Se plantea el problema de las condiciones de posibilidad de los entes, es decir, se refiere a la reflexión que busca determinar el ser de los entes, es decir, lo que los hace posibles.

En el siglo XVII, los filósofos alemanes empezaron a dar a la metafísica el nombre de ontología, con el propósito de distinguirla de la teología. La ontología se define como el estudio de lo existente y aspira a determinar qué tipo de entidades constituyen la estructura de la realidad. Es tarea de la ontología descubrir en las formas de existencia sus características, sus relaciones y la clase a que pertenecen.

En términos del discurso filosófico, la ontología indaga en torno a las relaciones que determinan la gestación, el desarrollo y el modo de ser de un proceso o conjunto de procesos o conjunto de procesos; por ejemplo, ¿qué es el agua?, ¿qué es lo que la hace ser?, ¿por qué es así y no de otro modo?, ¿qué relación guarda con la vida y el comercio?, ¿hay agua en la Luna?, ¿hay agua en Marte?, ¿por qué?. Podemos sustituir el término agua por otros como Dios y obtendríamos más preguntas del mismo tipo.

Parece tener como misión precisar en qué consisten las cosas que existen en el universo. En qué consiste el ser en sí. Es, por consiguiente, una teoría formal de los objetos.

Y en este campo de la ontología se ubican las múltiples teorías de la realidad que en el transcurso de los veintiséis siglos de actividad filosófica han sido elaboradas por los más destacados filosóficos, para ofrecernos sus explicaciones acerca del ser, en ese sentido totalizador mencionado anteriormente.

Ahora bien, como es de suponerse, en las diferentes épocas históricas de la filosofía, los tiempos y las circunstancias han generado intereses diferentes, con tendencias a centrarse en algún aspecto de la realidad, susceptible de ser contemplado desde una perspectiva muy general. Ese énfasis dado hacia un aspecto o modalidad del ser –que no por ello e deslinda de la realidad, concebida como un todo- dio lugar al surgimiento de las distintas ramas o disciplinas ontológicas.

Por otra parte, el carácter reflexivo del saber filosófico, el saber mismo se convierte en un legítimo objeto de conocimiento, esto es, la filosofía fija su atención también en el conocer, por tanto, además de la ontología que se ocupa del ser, tenemos otra área sumamente importante: la gnoseología.

En conclusión, la ontología busca establecer cuál es el fundamento de lo existente, del ser, de lo que tiene realidad. Este estudio del ser no es un tratamiento empírico a partir de datos suministrados por la experiencia, es un ejercicio teórico o especulativo, de la razón pura que aborda su

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