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PENSAMIENTO ÉTICO, CÓDIGO Y LEY DEL EJERCICIO PROFESIONAL DEL ADMINISTRADOR EN EL NUEVO MODELO SOCIAL


Enviado por   •  14 de Enero de 2023  •  Ensayo  •  3.313 Palabras (14 Páginas)  •  1.007 Visitas

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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología

Universidad Nacional Experimental de la Gran Caracas (UNEXCA) Sede Altagracia

PNF Administración -  Licenciatura. Trayecto IV-II Sección: 30142 (A11P 102)

Cátedra: SOCIOCRITICA IV

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Caracas, marzo 2021

Para empezar, sin duda alguna la administración es una unión organizacional, que logra esa calidad que solicita el mercado, siempre conservando una organización valiosamente productiva, profundamente humana, con competitividad, al igual que con compromiso social, es por ello, que existe la responsabilidad con clientes, colaboradores, colegas, inversionistas y con la sociedad en general. Por tal motivo, los administradores constituimos ese presente y futuro de nuestro país, trabajando en pro del nuevo modelo social que deseamos tener todos los venezolanos.

Así mismo los administradores, asumimos ética de compromiso, además de orientación de nuestras acciones, atendiendo el bien común y la evolución de nuestra sociedad. Por ello, debemos ser paradigma del bien; actuando dentro y fuera de las organizaciones en donde coexistamos con nuestra profesión, siempre con vocación de servicio y en busca de mejorar nuestra sociedad.

Además la actuación de los administradores corresponde a las necesidades de la sociedad,  y a las exigencias del campo laboral público, privado y social, por lo que se pretende promover y desarrollar una ética individual y colectiva acorde a la actualidad, donde la tecnología se enfoca en los objetivos de los principios y valores de nuestra sociedad, así también, de las representaciones de producción de bienes y servicios, identificando con criterios orientados a atender con moralidad y transparencia las actividades a la que nos dedicamos.

De hecho, el pensamiento ético y código de ley del profesional administrativo, va orientado a la sensibilización, orientación y establecimiento de la conducta del buen administrador, en sus relaciones con la sociedad, las instituciones públicas, privadas, socios, clientes, jefes, colaboradores, colegas y con nosotros mismos, el cual es adaptable en cualquier actividad que implique a la administración, con apego a las Leyes vigentes.

No cabe duda que nuestro código de ética; es el inicio de fortaleza moral al momento de tomar las decisiones que nos hace profesionales de negocios, y seres humanos íntegros y respetables. En este sentido, llamamos profesión a una actividad ejercida por el ser humano, caracterizada por tres cosas: – Un gran volumen de conocimientos especializados que se adquieren generalmente en la universidad, – Un entrenamiento práctico en aplicar dichos conocimientos, y – El reconocimiento de responsabilidades ante la sociedad y el medio ambiente, ante los individuos de los servicios profesionales y ante otros miembros del gremio.

Nuestro código de ética profesional, es una derivación práctica de un sistema filosófico axiológico, en donde valores tales como: la honradez, la justicia, la igualdad, la seguridad, el bienestar público y el respeto a la sociedad, son la base principal.

Nuestra ética, y comportamiento moral como administradores; comienza con la decisión de generar una acción donde la sociedad se hace causa, se identifica y compromete, en medio de la intención motivada, abriendo un camino de acción sobre un proyecto futuro y enfrentándonos instintivamente en los valores que por medio del consentimiento dan origen al surgimiento de algo nuevo.

En todo caso, la ética profesional de un administrador en el nuevo modelo social, es una rama de la filosofía moral, encaminada a establecer las normas que deben regir en el comportamiento de las personas que practican nuestra profesión, dentro del propio ejercicio de la misma. Una filosofía moral que, asociada con el mutuo interés entre los individuos, constituye el fundamento de la ética; así los administradores reconocemos esto como norma, no para su observancia pasiva, sino como un conjunto de principios dinámicos que guían nuestra conducta y forma de vida, es nuestra obligación ejercer la profesión de acuerdo con las normas de ética.

De acuerdo con los cánones primordiales del código de ética para administradores en el cumplimiento de los deberes profesionales debemos:

Tener como lo más importante la seguridad, la prosperidad del país y el bienestar público en el desempeño de nuestros deberes profesionales.

Realizar una eficaz y eficiente asistencia en nuestra área de competencia.

Emitir declaraciones públicas únicamente de manera objetiva y verdadera.

Actuar profesionalmente para cada cliente o empleado, siendo fieles agentes y  consejeros.

Evitar el engaño en los procesos de solicitudes.

Desde luego una buena actuación ética es simultáneamente una buena actuación profesional, ya que la ética descubre en los individuos algo más que el valor de la simple actuación, porque es el reflejo, en las actitudes humanas, con el que se mantiene una relación personal con la sociedad.

Por sobre todo, las normas de ética que establece el código y ejercicio del profesional administrativo, resultan del ejercicio profesional en forma sólida, integra y digna, entendiéndose que todo cuanto no está prohibido expresamente, estará permitido por dichas normas generales que tienden a evitar fallas contra la ética profesional. Estas normas se entienden como la unión de principios y reglas que rigen a la profesión de la administración.

Además de los deberes consentidos; es fundamental para todo administrador tener presente en el ejercicio de nuestra profesión, que nuestra actividad no sólo está direccionada a los aspectos técnicos y financieros, sino que debemos cumplir con funciones socialmente responsables y respetuosas de la dignidad humana. Es necesario ejercer la profesión y las actividades que de ella se derivan, con decoro, dignidad e integridad, manteniendo los principios éticos por encima de nuestros intereses personales y los de las organizaciones.

También es importante el respeto a la dignidad de la profesión, rechazando y denunciando las actuaciones que se supongan ilegales, cualquier negocio que sea deshonesto, corrupto o impropio y en general todo hecho que represente inhabilidad, incapacidad y deshonra para nuestra profesión.

De hecho debemos considerar, como meta importante en el nuevo modelo social, la generación de empleo; de manera eficiente, al igual que contribuir y aportar a la prosperidad de nuestro país. Los administradores tomamos parte activa en las decisiones y problemáticas de nuestra sociedad, en el nuevo modelo; buscando soluciones ciudadanas y de participación comunitaria, concientizando la capacitación en forma regular y garantizando el desempeño óptimo en todas las actividades que realizamos.

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