POLÍTICA Y CUESTIÓN MORAL
Enviado por benotto1234 • 23 de Junio de 2014 • 1.036 Palabras (5 Páginas) • 259 Visitas
POLÍTICA Y CUESTIÓN MORAL
Cuando el buen gobierno de la ciudad es suplantado por las especulaciones, los intereses de grupos de presión y la prevariación de algunos potentados, se vive en una especie de Estado de emergencia en el que cada cual se las arregla como puede y procura tener provecho personal de la situación.
Pero pronto se cae en la cuenta de que el dominio de las fuerzas ocultas, el avasallamiento del bien común, el arte de lucrarse y la búsqueda de la utilidad individual conducen a hacer invivible la ciudad y acaba conculcando los derechos de todos.
La cuestión moral no debe ser considerada como moneda de dos caras: la de la inmoralidad política y la de la acción de la magistratura que reprime los delitos contra la administración pública y castiga a los corruptos.
La cuestión moral se deriva del modo de ser y de actuar del sistema político con respecto a la sociedad y los distintos sujetos sociales, y concretamente de la degeneración de esas relaciones, las cuales, cuando no funcionan debidamente, vician los procesos políticos.
Si la cuestión moral se enquista y no surgen movimientos y nuevos sujetos sociales que reaccionen, susciten protestas y propongan proyectos alternativos, entonces la democracia se desmorona, los sistemas políticos se descomponen y las civilizaciones desaparecen.
Son los tiempos de la ingobernabilidad, de la parálisis de los sistemas y del inmovilismo político.
En creencia general que la cuestión moral aflige a nuestro sistema y se ha convertido en el nudo esencial de la política de nuestro país. En nuestra reflexión política, hemos de preguntarnos cuáles son sus aspectos fundamentales, a fin de comprender cuáles son las medidas que hay que adoptar para caminar en la debida dirección y perseguir auténticos objetivos.
No entra en los fines de nuestra reflexión el debate en torno al influjo de la moral católica y de sus principios en las actitudes con respecto a la política. Sin embargo es indudable que estas han producido en el pasado un cierto distanciamiento en relación con el Estado.
De hecho, el Estado que nació del Risorgimento lo hizo bajo el signo del conflicto y la ruptura con el mundo católico y con las masas, sobre todo del Sur, y siempre fue visto como una estructura fácilmente permeable a la corrupción, ya que desde sus comienzos, en 1868, se produjeron escándalos políticos de grandes proporciones.
Los políticos considerados como los padres fundadores de la República provenían de la cárcel, del exilio o del ostracismo con el que el fascismo les había castigado por sus convicciones democráticas y de sus ideales éticos.
Los acontecimientos históricos subsiguientes al nacimiento de la República no facilitaron precisamente la maduración del sentido del Estado. El aparato estatal siguió siendo de cuño liberal, y los contenidos de la acción política se inspiraron en el modelo neo-capitalista, mientras una fuerte presión social urgía la formación de un Estado social capaz de superar las discriminaciones y las desigualdades entre el Norte y el Sur y entre las zonas industriales y las zonas deprimidas, diseminadas por todo el territorio nacional.
La acción política se fue convirtiendo progresivamente en un ejercicio de mercadeos y de pactos, y del Estado sólo se esperaban favores, prebendas y utilidades.
Los diversos
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