Pasión Por Los Sueños

“Pasión por los sueños”

Encuentro pues, la magia de Yalom para lograr ése escenario y causar el inicio de una posible solución, tanto de Breuer en su conflicto emocional y familiar, como la propia del maestro y filósofo alemán, es un atreverse a adentrarse a la filosofía y pensamientos de Friedrich Nietzsche, es comprender como una mujer intelectual y culta puede llegar a influenciar tanto en la vida de un hombre, como lo era Lou Salomé, que de una manera crucial es determinante dentro de ésta historia; incluyendo de una forma muy interesante a los filósofos Wagner, Schopenhauer; quiénes para Nietzsche fueron de mucha influencia positiva; así como incluir al Breuer y Freud, un par de los mejores psiquiatras que estuvieron en Viena. La relación de Nietzsche con L. Salomé, complicada por la presencia de Paul Rée y saboteada por Elisabeth (su hermana), tuvo un final desastroso para él. Durante años se sintió angustiado por aquel amor perdido y por la creencia de que había sido traicionado. El libro trata de abarcar la filosofía del pensador mediante el intercambio de intenciones entre Josef Breuer, importante médico de la historia, y el susodicho intelectual de la época post-moderna. Sustancia, esencia, sensibilidad, entendimiento. Interior. Y a la vez, timidez, misantropía, hosquedad. Exterior supuesto. La contradicción de la apariencia frente a la obviedad de lo profundo. Nietzsche como un Paris en Troya. Una mujer. Un deseo no correspondido. El fuego de la filosofía para batallar contra una Esparta que se hospeda en las entrañas. Un caballo, Breuer. Ulises encarnado en la soberana e inquietante piel de la verdad. Y de la sabiduría. Filosofía como seña de identidad y amor como huella de la filosofía. Sin embargo, “nos enamoramos más del amor que de la persona amada”. Lo ideal. Estado inalcanzable pero infinitamente aproximable. “La forma ideal del objeto material se pone de manifiesto en la capacidad del hombre para recrearlo activamente, apoyándose en la palabra, el dibujo, el modelo, en la capacidad para convertir la palabra en obra y, a través de ella, en cosa. Lo material se convierte en ideal y lo ideal en real solo en la actividad reproductiva permanente”. Permanencia. Para Nieztche, continuidad efímera. Y así tan fugaz y vulnerable en el tiempo como lo material, lo ideal se vuelve estable.

Un estabilidad en el alma que provoca una fluctuación el en corazón. Un vacilamiento platónico referido al amor. Y también al propio ser. Es un vaivén de sentimientos, de psicoanálisis interrumpido por el tic-tac del reloj del espacio y del pensamiento, que no te dice cuándo parar. Pero te habla de sueños. Un inquebrantable símil de inteligencia convertido en relatos y opiniones y sentimientos y frustraciones de dos locos que hacen sexo con los libros. Que hacen el amor con su propio espíritu. Una cuerda locura. Nietzsche, con un pensamiento considerado como uno de los más radicales, ricos y sugerentes del siglo XX, nutrido también por la influencia de la cultura helénica, en particular de las filosofías de Sócrates, Platón y Aristóteles. El libro da inicio con el encuentro entre el Dr. Breuer y la, hasta ése momento, misteriosa Lou Salomé, en la que ella menciona la delicada salud del maestro Nietzsche, solicitando su intervención profesional. Lou Salomé insiste en la intervención de Breuer a Nietzsche por el tratamiento antes usado por el primero, a una paciente Anna O., pensando que éste surtiera efecto positivo contrario a los deseos suicidas de Nietzsche. La reacción primera de Breuer es rehusarse a aplicar el mismo tratamiento, pues él consideraba diferencias significativas entre los pacientes involucrados. Mencionando que los de Bertha (Ana O.) eran específicos y ella buscaba la cura a sus males, en cambio en Nietzsche parecía reducirse a un fracaso amoroso y por parte de él no habría aceptación y mucho menos el querer llevar a cabo un tratamiento jugando, el “superhombre”, el rol de paciente. Es donde veo la astucia e inteligencia de Breuer, al iniciar con la terapia o tratamiento con Nietzsche, mostrando habilidad para que con los síntomas de Nietzsche trabajara él mismo, dando solución y sin saberlo, a su propia situación, pensando que erala realidad de Breuer; que por otro lado, así era. Me resulta interesante el primer encuentro de Breuer con Nietzsche, pues ver en vivo al filósofo alemán fue impactante, y más con esa piel fría y el apretón de manos flácido por parte de Nietzsche, y las muestras de dar a entender que

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