Sueños De Robot
Enviado por alfredocfr • 14 de Enero de 2012 • 1.956 Palabras (8 Páginas) • 626 Visitas
SUEÑOS DE ROBOT - Isaac Asimov
- Anoche soñé - anunció Elvex tranquilamente.
Susan Calvin no replicó, pero su rostro arrugado, envejecido por la
sabiduría y la experiencia, pareció sufrir un estremecimiento microscópico.
- ¿ Ha oído esto ? - preguntó Linda Rash, nerviosa -. Ya se lo dije. Era
joven, menuda y de pelo oscuro. Su mano derecha se abría y se
cerraba una y otra vez.
Calvin asintió y ordenó a media voz:
- Elvex, no te moverás, ni hablarás, ni nos oirás, hasta que te
llamemos por tu nombre.
No hubo respuesta. El robot siguió sentado como si estuviera hecho de
una sola pieza de metal y así se quedaría hasta que oyera su nombre otra vez.
- ¿ Cuál es tu código de entrada en la computadora, doctora Rash ? -
preguntó Calvin -. O márcalo tú misma, si esto te tranquiliza. Quiero
inspeccionar el diseño del cerebro positrónico.
Las manos de Linda se enredaron un instante sobre las teclas. Borró
el proceso y volvió a empezar. El delicado diseño apareció en la pantalla. -
Permíteme, por favor - solicitó Calvin -, manipular tu ordenador.
Le concedió el permiso con un gesto, sin palabras. Naturalmente. ¿Qué
podía hacer Linda, una inexperta robopsicóloga recién recibida, frente a la
Leyenda Viviente ?
Susan Calvin estudió despacio la pantalla, moviéndola de un lado a otro
y de arriba abajo, marcando de pronto una combinación clave, tan de preisa,
que Linda no vio lo que había hecho, pero el diseño desplegó un nuevo detalle
y el conjunto había sido empleado. Continuó, atrás y adelante, tocando las
teclas con sus dedos nudosos.
En el rostro avejentado no hubo el menor cambio. Como si unos cálculos
vastísimos se sucedieran en su cabeza, observaba todos los cambios de diseño.
Linda se asombró. Era imposible analizar un diseño sin la ayuda, por
lo menos, de una computadora de mano. No obstante, la vieja simplemente
observaba. ¿ Tendría acaso una computadora implantada en su cráneo ?
¿ O era que su cerebro durante décadas no había hecho otra cosa que inventar,
estudiar y analizar los diseños de cerebros positrónicos ?
¿ Captaba los diseños como Mozart captaba la notación de una sinfonía ?
- ¿ Qué es lo que has hecho, Rash ? - dijo Calvin, por fin.
Linda, algo avergonzada, contestó:
- He utilizado la geometría fractal.
- Ya me he dado cuenta, pero, ¿ por qué ?
- Nunca se había hecho. Pensé que a lo mejor produciría un diseño
cerebral con complejidad añadida, posiblemente más cercano al cerebro humano.
- ¿ Consultaste a alguien ? ¿ Lo hiciste todo por tu cuenta ?
- No consulté a nadie. Lo hice sola.
Los ojos ya apagados de la doctora miraron fijamente a la joven.
- No tenías derecho a hacerlo. Tu nombre es Rash {1} , tu naturaleza ---
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{1} Rash, quiere decir: imprudente, temeraria, irreflexiva.
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hace juego con tu nombre. ¿ Quién eres tú para obrar sin consultar ?
Yo misma, yo, Susan Calvin, lo hubiera discutido antes.
- Temí que se me impidiera.
- Por supuesto que se te hubiera impedido.
- Van a ... - Su voz se quebró pese a que se esforzaba por mantenerla
firme -. ¿ Van a despedirme ?
- Posiblemente - respondió Calvin -. O tal vez te asciendan.
Dependen lo que yo piense cuando haya terminado.
- Va usted a desmantelar a El... - Por poco se le escapa el nombre que
hubiera reactivado al robot y cometido un nuevo error. No podía permitirse
otra equivocación, si es que ya no era demasiado tarde -. ¿ Va a
desmantelar al robot ?
En ese momento se dio cuenta de que la vieja llevaba una pistola
electrónica en el bolsillo de su bata. La doctora Calvin había venido
preparada para eso precisamente.
- Veremos - temporizó Calvin -, el robot puede resultar demasiado
valioso para desmantelarlo.
- Pero, ¿ cómo puede soñar ?
- Has logrado un cerebro positrónico sorprendentemente parecido al
cerebro humano. Los cerebros humanos tienen que soñar para reorganizarse,
desprenderse periódicamente de trabas y confusiones. Quizás ocurra lo mismo
con este robot y por las mismas razones. ¿ Le has preguntado lo que ha
soñado ?
- No, la mandé llamar a usted tan pronto como me dijo que había soñado.
Después de eso, ya no podía tratar el caso yo sola.
- ¡Yo! - Una leve sonrisa iluminó el rostro de Calvin-.
Hay límites que tu locura no te permite rebasar. Y me alegro. En
realidad, más que alegrarme me tranquiliza. Veamos ahora lo que podemos
descubrir juntas.
- ¡Elvex! - llamó con voz autoritaria.
La cabeza del robot se volvió hacia ella.
- Sí, doctora Calvin.
- ¿ Cómo sabes que has soñado ?
- Era por la noche, todo estaba a oscuras, doctora Calvin - explicó
Elvex-, cuando de pronto aparece una luz, aunque yo no veo lo que causa su
aparición. Veo cosas que no tienen relación con lo que concibo como
realidad. Oigo cosas. Reacciono de forma extraña. Buscando en mi
vocabulario palabras para expresar lo que mo ocurría, me encontré con la
palabra «sueño». Estudiando su significado llegué a la conclusión de que
estaba soñando.
- Me pregunto cómo tenías «sueño» en tu vocabulario-
Linda interrumpió rápidamente, haciendo callar al robot.
- Le imprimí un vocabulario humano. Pensé que ...
- Así que pensó - murmuró Calvin -. Estoy asombrada.
- Pensé que podía necesitar el verbo. Ya sabe, «jamás soñé que ...»
o algo parecido.
- ¿ Cuántas veces has soñado, Elvex ? - preguntó Calvin.
- Todas las noches, doctora Calvin, desde que me di cuenta de mi
existencia.
- Diez noches - intervino Linda con ansiedad -, pero me lo ha dicho
esta mañana.
- ¿ Por qué lo has callado hasta esta mañana, Elvex ?
- Porque ha sido esta mañana, doctora Calvin, cuando me he convencido
de que soñaba. Hasta entonces pensaba que había sido un fallo de mi
cerebro positrónico, pero no sabía encontrarlo. Finalmente, decidí que
debía ser un sueño.
- ¿ Y que sueñas ?
- Sueño casi siempre lo mismo, doctora Calvin. Los detalles
...