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Pensando en voz alta


Enviado por   •  3 de Noviembre de 2013  •  Informe  •  985 Palabras (4 Páginas)  •  247 Visitas

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Estaba en el carro esperando llegar a nuestro destino, siempre me siento preocupado cuando mi padre maneja mucho y más cuando vamos de viaje, con eso de accidentes y todo eso pues no podría imaginar que eso pasara, ya es de noche y mi padre sigue tranquilo cuando de repente vi como mi papá se estrelló y pude sentir como los trozos de metales de volaban el frio de la noche eterna y demás. Abrí lentamente los ojos, no podía respirar por mí mismo tenía un tubo en mi garganta, empecé a ver mi entorno, veía qué estaba sólo. No me podía levantarme, me dolía mi cuerpo, intenté moverme y mis brazos estaban esposados hacia la cama. Comencé a entrar en pánico, batallaba mucho en respirar, escuche personas conversando afuera de la habitación, no les lograba entender sólo escuche qué decían este chico no le queda mucho de vida… Quise tranquilizarme pero lograba sentir cómo mi corazón latía más y más, escuché un sonido y no podía respirar, luego no escuche nada veía cómo las personas con batas se movían a mi alrededor, hablaban pero no podía escucharlos y cerré los ojos. Pasaron los días y yo no podía despertar me venían a la mente muchos recuerdos no sabía sí eran sueños o realmente habían pasado. Escuché una risa, era muy contagiosa venía de una luz, intentaba seguirla quería saber de dónde venía. Poco a poco abrí los ojos me encontraba en la misma habitación de antes y mis manos aún seguían esposadas, se empezó a mover la chapa al parecer alguien entraría y sí pero lo curioso qué fue una niña tenía un bonito vestido rojo y me sonrió y tenía una mirada algo extraña, me miraba fijamente y empezó a reírse, me causó un poco de escalofrió y se fue cerrando lentamente la puerta. Cerré los ojos e intenté dormir. Escuché la risa de la niña y abrí los ojos rápidamente y la vi sentada en mi cama y me sonrió y me preguntó -¿por qué estas esposado?- no contesté ya qué yo tampoco sabía y cerré los ojos, ella sonrió y dijo: está bien no contestes entiendo qué no me recuerdas, abrí enseguida los ojos y le dije -¿¡tú me conoces?! Ella respondió -Claro qué sí, eres muy famoso en este hospital- y se levantó y me voltio a ver con la misma sonrisa y se fue sin antes decirme -Descuida, volveré. Jamás te volveré a perder, batalle para encontrarte. No sabía cómo reaccionar después qué me lo dijo, entraron las personas con batas y una señora ya muy anciana, me dijeron los señores de batas tienes visita es tú mamá. Me dejaron sola con ella y se me acercó tomó mi mano y me dijo -qué te has hecho sólo por culpa de...- y empezó a llorar, yo le dije -señora... Por favor no lloré- y cuándo iba a intentar poner mi mano sobre su rostro alzó el rostro y vi en ella la misma sonrisa y mirada qué la niña de vestido rojo y comenzó a reírse, era la misma risa. Me le quedé viendo sentí un escalofrió nuevamente y la solté gritando -aleje señora!, saquen a esta señora de aquí!!-

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