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Platón, La República, Libro I


Enviado por   •  19 de Noviembre de 2021  •  Trabajo  •  855 Palabras (4 Páginas)  •  280 Visitas

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Platón, La República, Libro I

En el Libro I de La República, Platón plasma por medio de los diálogos socráticos, una serie de argumentos y refutaciones que giran en torno a un concepto, la justicia. El trabajo busca hilar de manera secuencial estos diálogos a fin de encontrar un hilo conductor que desenmarañe este complejo tapiz filosófico.

El primer acercamiento al concepto de justicia se nos presenta en el diálogo sobre la vejez que entablan Socrates con Céfalo, al momento que Socrates le pregunta sobre el beneficio de poseer una gran fortuna:

Y uno mismo, sea por la debilidad provocada por la vejez, o bien por hallarse más próximo al Hades, percibe mejor los mitos. En esos momentos uno se llena de temores y desconfianzas, y se aboca a reflexionar y examinar si ha cometido alguna injusticia contra alguien. Así, el que descubre en sí mismo muchos actos injustos, frecuentemente se despierta de los sueños asustado, como los niños, y vive en una desdichada expectativa (Platón, 2003: 47)

Más adelante prosigue “En efecto, la posesión de riquezas contribuye en gran parte a no engañar ni mentir involuntariamente, así como a no adeudar sacrificios a un dios o dinero a un hombre” (Platón, 2003:48)

La idea de que la riqueza puede ayudar al hombre a ser justo es lo que lleva a Sócrates a indagar en el significado propio de justicia. ¿Consiste en decir la verdad y en devolver lo que se recibe? Sócrates disiente y coloca el ejemplo del que le devolviera las armas a un amigo que ha perdido su sano juicio incurriría en un acto injusto. Es en ese momento que Cefalo le cede la palabra a su hijo, Polemarco, y se retira a continuar con las ofrendas. La definición de justicia del nuevo interlocutor es tomada de un poeta de nombre Simónides y dice según él «es justo devolver a cada uno lo que se le debe» y añade posteriormente, que es el beneficio a los amigos y el perjuicio a los enemigos. A partir de una serie de objeciones Socrates termina refiriendo que esta sentencia es incompatible con la virtud de la justicia.

—En cuanto a los hombres, amigo mío, ¿no diremos, análogamente, que, si los perjudicamos, se volverán peores respecto de la excelencia de los hombres? —Ciertamente. —¿Y no es la justicia la excelencia humana? —También esto es forzoso. —Entonces también aquellos

hombres que sean perjudicados se volverán necesariamente injustos. (Platón, 2003:55)

Así Socrates desestima este argumento entendiendo que la función de la justicia no puede ser proporcionar injusticia y Polemarco termina por contradecirse.

En este punto el diálogo es interrumpido por un Trasímaco, impaciente y furioso, arremete en la conversación con una nueva definición de la justicia «La justicia no es más que la ley del más fuerte». El argumento de Trasímaco parece relacionarse con el de la ley natural del más fuerte, en cuanto que las leyes son hechas por los gobiernos en su propio beneficio y carecen de un carácter moral para el bien común de todos. Es en Trasímaco que se nos presenta un contraste filosófico entre el pensamiento de Platón y el de los sofistas, en cuanto que estos últimos no creen en la verdad objetiva, y ven las normas morales y las instituciones como instrumentos del débil para refrenar al más fuerte. Esta idea la podemos encontrar expresada también por Calicles en el Gorgias en el cual diferencia una justicia natural (de los más fuertes) y una la justicia legal (de los débiles).

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