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Por Diversos Caminos Se Llega A Semejante Fin


Enviado por   •  28 de Abril de 2013  •  1.436 Palabras (6 Páginas)  •  2.028 Visitas

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El modo más frecuente de ablandar los corazones de aquellos a quienes hemos ofendido, cuando tienen la venganza en su mano y

estamos bajo su dominio, es conmoverlos por

sumisión a conmiseración y piedad; a veces

la bravura, resolución y firmeza, medios en

todo contrarios, sirvieron para el logro del

mismo fin.

Eduardo, príncipe de Gales, el que durante

tanto tiempo gobernó nuestra Guinea, personaje cuya condición y fortuna tienen tantas

partes de grandeza, habiendo sido duramente

ofendido por los lemosines y apoderádose

www.TodoEbook.netluego de su ciudad por medio de las armas,

no le detuvieron en su empresa los gritos del

pueblo, mujeres y niños, entregados a la carnicería, que le pedían favor arrojándose a sus

pies, y su cólera fue implacable hasta el momento en que, penetrando más adentro en la

ciudad, vio tres franceses nobles que con un

valor heroico querían contrarrestar los esfuerzos de los vencedores. La consideración y

respeto de virtud tan noble detuvo primeramente su cólera, y merced a los tres caballeros comenzó a mirar misericordiosamente a

todos los demás moradores de la ciudad.

Scanderberg, príncipe del Epiro, que seguía a uno de sus soldados para matarlo,

habiendo la víctima intentado apaciguar la

cólera del soberano con toda suerte de humillaciones y de súplicas, resolvió de pronto

hacerle frente con la espada en la mano; tal

resolución detuvo la furia de su dueño, quien

habiéndole visto tomar determinación tan

digna le concedió su gracia. Este ejemplo podrá ser interpretado de distinto modo por

www.TodoEbook.netaquellos que no tengan noticia de la prodigiosa fuerza y valentía de este príncipe.

El emperador Conrado III, que tenía cercado a Guelfo, duque de Baviera, no quiso

condescender a condiciones más suaves por

más satisfacciones cobardes y viles que se le

ofrecieron, que consentir solamente en que

las damas nobles sitiadas que acompañaban

al duque, salieran a pie con su honor salvo y

con lo que pudieran llevar consigo. Estas, que

tenían un corazón magnánimo quisieron

echar sobre sus hombros a sus maridos, a

sus hijos y al duque mismo; el emperador

experimentó placer tanto de tal valentía que

lloró de satisfacción y se amortiguó en él toda

la terrible enemistad que había profesado al

duque: De entonces en adelante trató con

humanidad a su enemigo y a sus tropas.

Ambos medios arrastraríanme fácilmente,

pues, yo me inclino en extremo a la misericordia y a la mansedumbre. De tal modo, que

a mi entender, mejor me dejaría llevar a la

compasión que al peso del delito. Si bien la

www.TodoEbook.netpiedad es una pasión viciosa a los ojos de los

estoicos, quieren estos que se socorra, a los

afligidos, pero no que se transija con sus debilidades. Esos ejemplos me parecen más

adecuados, con tanta más razón cuanto que

se ven aquellas almas (asediadas y probadas

por los dos medios) doblegarse ante el uno

permaneciendo inalterables ante el otro.

Puede decirse que el conmoverse y apiadarse es efecto de la dulzura, bondad y blandura de alma, de donde proviene que las naturalezas más débiles, como son las de las

mujeres, los niños y el vulgo, estén más sujetas a aquella virtud; mas el desdeñar las lá-

grimas y lloros como indignos de la santa

imagen de la fortaleza, es prueba de un alma,

valiente e implacable que tiene en estima y

en honor un vigor resistente y obstinado. De

todas suertes, hasta en las almas menos generosas la sorpresa y la admiración pueden

dar margen a tan efecto parecido; tal atestigua el pueblo de Tebas, que habiendo condenado a muerte a sus capitanes por haber

continuado su marido un tiempo más largo

www.TodoEbook.netque el prescrito y ordenado de antemano, absolvió a duras penas de todo castigo a Pelópidas, que no protestó contra la acusación;

Epaminondas, por el contrario, alabó su propia conducta, censuró al pueblo de una manera arrogante y orgullosa, y los ciudadanos

no osaron siquiera tomar las bolas para votar; lejos de condenarle, la Asamblea se disolvió ensalzando grandemente las proezas

de este personaje.

Dionisio el Antiguo, que después de grandes y prolongados obstáculos consiguió

hacerse dueño de la ciudad de del capitán Fitón, hombre valiente y honrado que había defendido heroicamente la plaza, quiso tomar

un trágico ejemplo de venganza contra él. Dí-

jole primeramente que

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