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Las culturas juveniles en México

Desde los años 80 la emergencia de los chavos banda en la ciudad de México y de los cholos de la frontera norte ha suscitado un creciente interés. Los primeros estudios de carácter sociológico y psicológico se caracterizan por el peso de los paradigmas criminalista sin que puedan distinguirse con claridad de las visiones sensacionalista y satanizados de los medios de comunicación que identificaban el fenómeno de las bandas con la delincuencia o con el problema de desarrollo psicosocial.

Las bandas juveniles están formadas por adolescentes resentidos que unen su rencor social al apetitito natural transgresor de su edad. Estos necesitan vengarse de una sociedad de lo cual han sido menospreciado y orillado a vivir una violencia cotidiana.

Las bandas en tiempos de crisis en 1987 donde se destacan los aspectos contestatarios y autogestivos de las bandas:

La pandilla resulta ser de una organización social que desborda el ámbito familiar escolar – recreativo de la pandilla tradicional de la metrópolis para ubicarse en el centro de la tela de araña de la crisis general del contexto urbano.

Planteamos a las bandas como entretejidas sociales de poder y de saberes locales generadores de vínculos contestatarios y con propósitos solo para ellos y como un producto más de la cultura económica actual.

La dimensión contestaría y moderna de la banda es solo un disfraz que esconden los valores de la cultura tradicional esto quiere decir que las culturas parentales, los valores religiosos, sexuales y políticos de los migrantes campesinos.

José Manuel Valenzuela analiza el fenómeno del cholismo en la frontera norte. Utilizando categorías gramscianas el autor se esfuerza por relacionar las culturas juveniles con la clase social y las migraciones. La frontera es un elemento catalizador del proceso de transculturación y la crisis económica sin factores que propician que el cholismo surgido en los barrios chicano de los Ángeles cobre forma y estilo en urbes como Tijuana y Ciudad Juárez.

Las coincidencias entre cholos y bandas son identificables como una organización sustentada en el predominio territorial utilizando el cuerpo y la vestimenta como elementos de identificación – diferenciación, la adopción de un lenguaje, machistas, uso de las drogas y la identificación de varios ritmos musicales.

El análisis de las condiciones de producción, circulación y consumo de determinados elementos de la banda como vestimienta, placazos, programas de radio y tatuajes demuestran la enorme caoacidad creativa de la banda:

La banda es ante todo la posibilidad de pronuncias un nosotros, una organización informal que posee sus propias normas, rutinas y representaciones.

El análisis de las condiciones de producción, circulación y consumo de determinados elementos de la banda como vestimenta, placazos, programas de radio y tatuajes demuestran la enorme capacidad creativa de la banda:

La banda es ante todo la posibilidad de pronuncias un nosotros, una organización informal que posee sus propias normas, rutinas y representaciones.

Otro de los ámbitos interesantes de investigación es el referente al argot, en que varios autores se han interesado en desentrañar las metáforas presentes en el lenguaje de los chavos banda y la compleja historia cultural del calo:

Las palabras que se usan en el calo las características de la marginalidad y los marginales pueden cambiar a lo largo del tiempo pero la fuerza del lazo que une a los transgresores se mantiene inalterado.

La autora propone abordar al rock como un campo cultural como una de las instancias privilegiadas de interpelación de las identidades juveniles. El rock aparece

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