Primero Hacia Los Astros
Enviado por biednalalka • 12 de Febrero de 2014 • 1.204 Palabras (5 Páginas) • 214 Visitas
Título: Primero hacia los astros
Introducción
Mucho se ha hablado sobre los Derechos del hombre, sobre la protección a estos derechos, sobre cómo se ha venido pisoteando la dignidad de éste a lo largo de las diferentes épocas de la humanidad, y cómo la falta de valores ha jugado un papel trascendental en la violación a estos derechos.
La razón busca respuestas… ¿qué dice Platón?, ¿Aristóteles?, ¿Kant? En el presente estudio que hemos realizado bajo el título de: Derechos humanos, se nos ha compartido una frase célebre de Aristóteles: “El hombre es un animal político”. La cual se ha parafraseado como que el hombre es un animal social y por lo tanto tiende a vivir en sociedad, asumiendo al Estado como la comunidad perfecta y suficiente.
Es a través del Estado que el hombre ha querido darle respuesta a los problemas a los que se va enfrentando la sociedad. El Estado es un organismo importante. Nosotros somos parte del Estado, nosotros somos el Estado. ¿Hasta dónde es cierto esto y hasta dónde realmente el Estado le ha dado respuesta a la violación de los derechos del hombre?
Desarrollo
El rechazo hacia la moral es uno de los motivos por los cuales la sociedad se ha inclinado hacia el mal. El hombre puede ver la moral como un conjunto de costumbres, creencias, valores y normas de una persona o grupo social, que sirven como guía acerca del bien y del mal. Eso puede estar allí como el hecho de que una nota colocada en la primera línea de un pentagrama en clave de Sol, con armadura de Do mayor, es un Mi natural. ¿Pero cómo suena ese Mi natural?, ¿en qué acordes va? ¿Cómo alguien que no sabe de música entenderá de qué se le está hablando o lo aplicará?
Veamos lo que dice San Agustín en el capítulo 1 del libro XII de la obra De Trinitate.
“Lo mismo que el cuerpo está naturalmente erguido hacia los astros, así también hay que erguir el alma, que es sustancia espiritual, hacia lo más excelso de lo espiritual…”
Ciertamente los valores son la columna vertebral de una convivencia sana, pero los valores si los comparamos con una partitura, no dejan de ser sólo símbolos escritos en un papel que no dicen nada, hasta que alguien capaz no sólo de leerlos, sino de ejecutarlos con un instrumento, los convierte en música. El hombre, el individuo, yo, necesito aprender a leer e interpretar la moral.
Es aquí donde cabe lo que Santo Tomás de Aquino nos comparte en su obra “Suma contra los Gentiles”:
“El entendimiento humano no puede llegar por virtud natural a captar la sustancia divina…”
San Agustín nos invita a detenernos a buscar a nuestro creador y Santo Tomás nos aclara que la única manera de entender esas enseñanzas divinas es a través del espíritu. Es necesario dejar que esa trascendencia que busca lo absoluto, esa parte espiritual del hombre, sea instruida con la sabiduría divina.
Me gustaría citar parte de la declaración de los derechos del hombre y del ciudadano, aprobado por la Asamblea Nacional Constituyente Francesa en el año de 1789, la cual cita así:
“Los representantes del pueblo francés, constituidos en Asamblea nacional, considerando que la ignorancia, el olvido o el menosprecio de los derechos del hombre son las únicas causas de las calamidades públicas y de la corrupción de los gobiernos, han resuelto exponer, en una declaración solemne, los derechos naturales, inalienables y sagrados del hombre, a fin de que esta declaración, constantemente presente para todos los miembros del cuerpo social, les recuerde sin cesar sus derechos y sus deberes; a fin de que los actos del poder legislativo y del poder ejecutivo, al poder cotejarse a cada instante con la finalidad de toda institución política, sean más respetados y para que
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