Principios Eticos

.2 Los principios y las normas de la psicoética

El principio de beneficencia

El principio de no maleficencia

El principio de autonomía

El principio de justicia

Las reglas psicoéticas

Los principios éticos de la APA

Los principios éticos en los códigos deontológicos españoles

El metacódigo de ética de la EFPA

Beneficencia: hacer el bien el conjunto de la persona sobre la que tenemos responsabilidad y no limitarse sólo a resolver los problemas ocasionales, todo ello siempre respetando sus valores, decisiones y proyecto vital.

No maleficencia: no lesionar o dañar a las personas con nuestras actuaciones. Tampoco se debe exponer a los pacientes a riesgos innecesarios, aunque éstos lo soliciten. Nuestra actuación debe focalizarse hacia el desarrollo y perfeccionamiento de las personas, ayudando a solucionar sus problemas. Un ejemplo de vulneración del principio de no maleficencia sería el caso de una psicóloga que estaba en trámites de divorcio, lo que le provocaba sentimientos de agresividad contra los hombres. Esta agresividad se trasladó a su actuación profesional: en el transcurso de sus terapias, la psicóloga entraba fácilmente en discusión con sus clientes hombres sin razones objetivas. Estas discusiones y la percepción de la agresividad de la psicóloga provocaron sentimientos de culpabilidad y confusión entre sus clientes.

AUTONOMÍA: consiste en el derecho de las personas a la libertad de elección sin ningún tipo de coerción. El paciente es quien decide si quiere seguir el tratamiento propuesto por el psicólogo, y éste deberá respetar su decisión sin cuestionarla, siempre que ésta no suponga ningún perjuicio para terceras personas. De este principio se derivan otras obligaciones para el psicólogo como la de confidencialidad, la fidelidad a los compromisos adquiridos y la veracidad de la información aportada al cliente. El psicólogo debe procurar dar toda la información relativa a la intervención: número y precio de las sesiones, metodología que empleará, objetivos, etc. De esta manera el paciente decide de manera autónoma si quiere llevar a cabo la intervención en los términos propuestos por el profesional.

A veces pueden aparecer situaciones de paternalismo, estas van en contra de este principio. Se deben tener en cuenta los deseos de las personas aunque este no sean los correctos, siempre que sus actuaciones no perjudiquen a otras personas.

En caso de que el paciente sufra un problema mental o no pueda decidir por sí mismo, la autonomía pasa a un segundo plano, dando preferencia al principio de beneficencia, nuestra actuación irá pues enfocada a que la persona pueda recuperar el autodominio y pueda decidir de manera autónoma. Esto se llama "paternalismo débil" y se utiliza básicamente para prever el daño del paciente.

En casos de menores y / o discapacitados siempre será necesario el consentimiento de los padres y / o tutores.

Justicia: Este principio nos obliga a respetar a todo ser humano y a procurar igualdad de oportunidades, lo que se traduce en la necesidad de evitar todo tipo de discriminación, bien en razón de edad, sexo, raza, religión, nacionalidad o clase social.

El principio de justicia nos indica que todos los ciudadanos son respetables y que tienen derecho a la igualdad de oportunidades.

Este principio de justicia lo podemos entender como una extensión social del principio de no maleficencia. Es decir, indica que tenemos la obligación ética de no lesionar la consideración social de los seres humanos. Este principio implica que, como psicólogos, tenemos el deber de procurar igualdad de oportunidades, lo cual se puede traducir en que también debemos velar para que las personas tengan acceso a la mejora de su salud, educación y trabajo.

4.3 ¿Son iguales los cuatro principios éticos?

PRIORIDAD DE LOS PRINCIPIOS EN CASO DE CONFLICTO ENTRE ELLOS

INDIVIDUAL: beneficencia y autonomía

CARÁCTER PÚBLICO: no maleficencia y justicia

4.4 Las reglas psicoéticas

Regla de confidencialidad: respetar las confidencias, privacidad, intimidad y confianza de la persona a quien se presta el servicio (romper la confidencialidad vulnera el principio hacia la autonomía y los derechos de las personas). En un principio se debe respetar pero se evaluará si entra en conflicto con otras reglas o principios de orden superior como el de beneficencia o el

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