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Psicoanalisis


Enviado por   •  1 de Octubre de 2012  •  1.480 Palabras (6 Páginas)  •  313 Visitas

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ENSAYO Y CRÍTICA DEL PSICOANÁLISIS

Quienes suscribimos este texto nos proponemos interrogar los modos posibles en que la reunión y organización de los analistas se hacen cargo de un imposible: el que deriva del salto que media entre el fin del análisis -incluimos aquí las encrucijadas subjetivas que en el interior de cada análisis anticipan el fin en tanto participan de su lógica- y la decisión de autorizarse como analista. Lo cual requiere ensayar la crítica de lo existente a modo de interpretación de las respuestas que anticipadamente reprimen esa interrogación.Se trata de la recuperación de la investigación psicoanalítica y ésta requiere el reconocimiento de la irreductibilidad de tal salto, más allá de sus inevitables disimulos o de las pasarelas con que se lo evita.Ese salto comporta un franqueamiento problemático según la lógica del acto. Por lo tanto carece de garantía; aunque se pudieran construir las determinaciones históricas o fantasmáticas con las que pareciera estar en continuidad, su efectivización disloca la temporalidad. El sujeto resulta no contemporáneo de su acto.Más aún, la decisión de autorizarse como analista se apoya sobre un olvido, o la ficción de un olvido: de lo que en su experiencia de analizante ha podido tener lugar como reducción de la transferencia.Al subrayar lo imposible, cernido en ese acto, reintroducimos la responsabilidad del analista. No delegable en los dispositivos institucionales ni en los liderazgos que hacen masa.Será necesario que eso "pase" a la institución, como un lugar en el que se traduzca en una apuesta a explorar los modos de reunión que no anulen el posicionamiento del analista en soledad ante la responsabilidad por su acto. En vez de consagrarnos a la institución que busque las formas organizativas más adecuadas para transmitir la enseñanza de Freud y Lacan, hacemos una institución para preguntarnos cuál es esa enseñanza. ¿Cómo se articulan continuidad y discontinuidad en las relaciones Freud/Lacan? ¿Es tan obvio que es una la enseñanza de Lacan? ¿Cómo podríamos olvidar que son dimensiones de su enseñanza las que están implicadas en el malestar institucional del psicoanálisis? Las preguntas de ambos, sus desarrollos, son la referencia de nuestra formación, la condición de nuestro discurso. Pero son también nuestro obstáculo cuando la producción de los analistas se reduce a una doctrinaria reproducción acrítica de los conceptos, cuando se renuncia a la permanente revisión y cuestionamiento de los fundamentos del psicoanálisis.Apostamos entonces al ensayo como modo según el cual el lugar del lector se sitúa en la escritura y redoblamos la apuesta en la lectura crítica que haga resonar la voz de una interpelación polémica de los discursos consagrados.Nada garantiza que lo logremos. Por lo mismo, nada nos impide ensayar lo que la crítica nos señala: cualquier pregunta, desde la más simple hasta la más sofisticada, cualquier interrogación, hasta la más advertidamente incauta, no puede evitar cierto empuje al ruego, su declinación en demanda. Entre el saber sin fisuras y el interregno que produce cualquier pregunta que quiera una respuesta, se abisma el tiempo que sólo se resuelve por el salto que hace de la interpretación una decisión.

Dos años de lecturas, propuestas y discusiones nos conducen a esta decisión. En ella confluyen y precipitan los avatares de un trabajo que, aunque ocasionalmente afectado por el malestar de una demanda desencantada, debió explorar y empezar a recorrer las verdaderas dificultades que allí se disimulaban. Ellas son las que en torno a la cuestión de la autorización y la autoridad, de la garantía colectiva, de las lecturas establecidas, en fin, de todo aquello en lo que la amenaza de dispersión jaquea la unidad, empujan a las instituciones lacanianas hacia la proliferación de mecanismos y dispositivos que buscan restañar y contener la hemorragia de aquella garantía prometida.Insistimos: no es cuestión de esperar o prometer que texto alguno o dispositivo o experiencia (el pase) sostengan un colectivo capaz de garantizar la causa psicoanalítica. En relación a ella, a la causa, todos y cada uno estamos solos. Lacan mismo, para el caso, no dejaba de decirlo en lo necesariamente equívoco de su enunciación, aunque velando con cierta apropiación arrogante mas no necesaria, quizá por horror a su acto, la delegación transferencial que lo convertía en el procurador general del acto de fundación de la nueva institución. La sentencia "Fundo, tan solo como siempre he estado en mi relación a la causa psicoanalítica" necesitará dieciseis años para que el "embrollo" en la escuela le señale el punto de rectificación a partir del cual define el trabajo de disolución como

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