¿Puede Hablar El Subalterno?

¿Puede hablar el subalterno? Spivak contesta esta pregunta tomando en cuenta al subalterno como el otro, el diferente al mundo occidental, la cultura creada para los hombres blancos en donde la mujer pasa a ser subalterna. En otras palabras, la cultura occidental es una cultura dominante, colonizadora e imperialista, de raza blanca y fálica, el otro es el diferente que no está incluido en esta categoría. Desde este punto de vista el café, el negro, el asiático, la mujer, el pobre, el tercermundista, el nacido en la periferia occidental es el subalterno que no tiene voz y para poder integrarse al mundo debe de ser estudiado como un objeto del cual se pueda hablar y para ello algunos intelectuales occidentales desde su visión céntrica y dominante, y muchas veces de buena voluntad defienden al colonizado o subalterno que es considerado incapaz de razonar y por lo tanto necesita de mediación para ser representados por el intelectual del primer mundo que se han dado a la tarea de hablar por ellos, tal es el caso de Michel Foucault y Gilles Deleuze.

En el texto se hace una crítica a estos intelectuales de izquierda que descarta la posibilidad de que el subalterno pueda por si mismo hablar y se le interpreta desde occidente negando que tenga voz propia, como una manera de cosificarlo.

Spivak responde a su pregunta ¿Puede hablar el subalterno? Con una negación, la subalteridad es no tener voz propia, pues si lograra tenerla dejaría de ser subalterno.

Para Spivak, Foucault y Deleuze, que supuestamente asumen la crítica al capitalismo no pueden salirse de la lógica imperial que tratan de cambiar. Ellos universalizan una interpretación de las relaciones de poder que esconde otros conflictos, generados por la expansión colonialista y sin prestar atención se ponen sí mismos como el sujeto pensante y al otro como su objeto de estudio.

Gayatri Spivak toma como ejemplo de este imperialismo neoliberal el suicidio de las mujer que se arroja a la hoguera donde queman el cuerpo del marido muerto, siguiendo un rito hindú, y lo deconstruye para demostrar la influencia del imperialismo con respecto a la voz de los subalternos, demostrando con este análisis el imperialismo disfrazado de racionalidad y como el civilizado habla por el otro para finalmente afirmar su superioridad. Es también el análisis de la intromisión de occidente para representar al subalterno históricamente silenciado frente a un sistema que construye y destruye situaciones culturales para seguir conservando su colonización.

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