Reporte de Lectura “Aristóteles y Polibio”

Pérez Alarcón Claudia Luz

Reporte de Lectura “Aristóteles y Polibio”

La teoría clásica fue expuesta por Aristóteles en la Política, tan es así que dicha teoría ha sido repetida durante siglos sin tener variaciones notables. La obra Política de Aristóteles está contemplada en 8 libros donde se lleva a cabo un estudio sobre la organización política y cívica de la polis griega.  Aristóteles para nombrar “forma de gobierno” utilizaba el término politéia que es traducido como “constitución”. En el tercer libro, se establece una definición de lo que es constitución, que es la estructura que da orden a la ciudad estableciendo el funcionamiento de todos los cargos y sobre todo de la autoridad soberana. A pesar de esta definición, Aristóteles se limita a decir que la constitución es el ordenamiento de los cargos públicos (magistraturas). Aristóteles considera que hay muchas constituciones diferentes y que una de las tareas principales del estudio de la política es describirlas y clasificarlas.

Para Aristóteles la Monarquía es el gobierno bueno de una persona, al que corresponde la Tiranía como malo. Al contrario, “Oligarquía” quiere decir gobierno malo de pocas personas, al que corresponde Aristocracia como bueno. Como ya mencioné antes, la Politia significa constitución y por tanto es un término de género y no de especie.

El uso axiológico de una tipología no solamente implica la distinción entre formas buenas y malas, sino también una jerarquía entre las diversas formas, o sea, la distinción entre formas mejores y peores. La jerarquía que es acogida por Aristóteles no es muy diferente a la de Platón, la peor forma es la degeneración de la mejor, en consecuencia, las degeneraciones de las formas que siguen a la mejor son paulatinamente menos graves. El orden de las formas de gobierno es el siguiente: monarquía, aristocracia, politia, democracia, oligarquía y tiranía. Al hacer esta clasificación, dejando la monarquía como la mejor constitución de las buenas y la tiranía como la peor de las malas y, al contrario, existe una mínima diferencia entre la politia que es la peor de las buenas y la democracia como la mejor de las malas. Entre lo mejor y lo peor la distancia es muy grande, entre lo menos bueno y lo menos malo hay una vía continua que impide trazar entre uno y otro una clara línea de demarcación.

El criterio que tiene Aristóteles para distinguir una de las otras es diferente al de Platón, ya que Aristóteles considera que las formas buenas son aquellas en las cuales los gobernantes ejercen el poder teniendo presente el interés público, en las malas los gobernantes ejercen el poder de acuerdo con el interés público. También considera que la razón por la cual los individuos se reúnen en la ciudad y forman una comunidad no es solamente la de vivir bien, sino también la de vivir bien. Y que para que el fin de la vida buena pueda ser realizado es necesario que los ciudadanos persigan todos juntos o mediante sus gobernantes el interés común.

Según Aristóteles, hay tres tipos de relaciones de poder: la del padre sobre el hijo, la del amo sobre el esclavo y la del gobernante sobre el gobernando. Cada una se distingue de acuerdo al tipo de interés que persiguen. El poder patronal es ejercido para beneficio del amo, el paternal de los hijos, y el político de los gobernantes.

Cada una de las seis formas es analizada por Aristóteles en su especificidad histórica y subdividida en muchas especies particulares, cuya determinación muestra al esquema general mucho menos rígido de lo que ha sido entregado a la tradición del pensamiento político. El poder despótico es absoluto y se ejerce en interés del amo, es decir, de quien lo posee, a diferencia del paternal que se detenta en beneficio de los hijos, y del poder civil que se desempeña en función tanto de quien gobierna como de quien es gobernado. Como se sabe, Aristóteles justifica la esclavitud con base en la consideración de que hay hombres esclavos por naturaleza; así como hay hombres de este tipo, también hay pueblos esclavos por naturaleza. Tal poder, aunque sea despótico, es perfectamente legítimo porque es el único acorde con la naturaleza de ciertos pueblos; así como el poder del amo sobre los esclavos, pese a que es extremadamente duro, es el único compatible con ellos. Tan es verdad, que estos pueblos aceptan dicho poder "sin dificultad", o mejor dicho sin lamentarse.

Aristóteles también habla de que en todas las ciudades hay tres partes: los muy ricos, los muy pobres, y el tercero, los intermedios entre estos. Puesto que se reconoce que lo moderado es lo mejor y lo intermedio. Es evidente entonces que la comunidad política mejor es la de la clase media, y que pueden tener un gran gobierno aquellas ciudades donde la clase media sea numerosa y muy superior a ambos extremos, y si no, a uno u otro, pues agregándose produce la nivelación y evita la aparición de los excesos contrarios, ya que el régimen intermedio es el mejor resulta obvio, ya que sólo él está libre de sediciones, pues donde es numerosa la clase media se originan con menos frecuencia revueltas y revoluciones entre los ciudadanos.

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