Reseña “Pensamientos sobre la educación” John Locke
Enviado por cjbg • 3 de Noviembre de 2013 • 3.385 Palabras (14 Páginas) • 593 Visitas
Reseña “Pensamientos sobre la educación” John Locke (Ediciones Akal, 1986 [1693])
Publicado por sabadoenlatarde
Por: David Andrés Rubio Gaviria
Pensamientos sobre la educación es un trabajo que reúne, como suponemos desde el título mismo, algunas ideas que procuran abordar las variadas dimensiones que son constitutivas de lanaturaleza humana (que es modificable en virtud de la educación), desde los modos de subjetividad en que se inscribe John Locke y su obra (Inglaterra, 1693).
De allí la importancia de leer los planteamientos del texto con precauciones necesarias: i) se trata de ideas sobre la educación de los hijos de los caballeros, no de cualquier ciudadano; ii) las reflexiones están orientadas a la educación de los hombres, no de los hombres y las mujeres en un mismo nivel; iii) los planteamientos giran en torno a una educación que es doméstica, más que escolarizada; yiv) el autor trata permanentemente de llevar sus ideas a la vida práctica, en un esfuerzo que termina en proponer métodos que pretenden solventar una educación multidimensional, cuyo ámbito de materialización es justamente el mundo social y de la vida.
Nos dedicaremos aquí a la preocupación recurrente en el texto de laeducación para el mundo social y la vida, por tratarse de un planteamiento que atraviesa el texto y que es hoy vigente cuando aparecen las preguntas por la educación.
En los pensamientos de Locke, la educación se orienta a la construcción de la virtud. Se es virtuoso en tanto las acciones, como también las omisiones (el caso de la prudencia, por ejemplo), sean recibidas con beneplácito en el mundo social de los hombres que son objeto de esa educación. La virtud es un fin que consiste en incorporar “los principios de justicia, de generosidad y detemplanza, unidos a la reflexión y a la actividad” (p. 100), todo esto con el propósito de que los hombres puedan “gobernarse a sí mismos en el mundo” (p.99). Este “gobierno de sí”, sin embargo, es una conquista que demanda, además de la virtud, “la prudencia, las buenas maneras [la urbanidad o civilidad como anota el editor de la obra] y la instrucción” (p.189). De modo sorprendente (al menos en una lectura desprevenida), la instrucción ocupa un lugar menor en las ideas de Locke, como él mismo reconoce en el corto apartado que dedica a ella (pp 207 – 259).
Por supuesto, lo que hemos identificado como “el mundo social y de la vida”, no es otra cosa que todo aquello que Dios ha creado; así pues, se trata de una educación que aspira a un “gobierno de sí” dentro de los límites Divinos. El hombre virtuoso es corresponsable con la imagen de Dios.
El acceso a conocimientos que provienen de las ciencias, o lo que hoy identificamos como disciplinas, es un asunto propio de lainstrucción. Sin embargo, es responsabilidad de los preceptores en tanto “institutores” (no así “instructores”), antes de ser buenos enseñantes de las lenguas o la lógica, ser amplios conocedores del mundo, de los vicios y de la diversidad de carácter entre los hombres.
El preceptor es ante todo un experto en todos los asuntos que requiere la conducta, que es aquello necesario para comportarse con los otros, o como indica Locke, “los hábitos para la convivencia social” (p. 52). Aunque acceder a la lectura y la escritura, cuando los niños están en condiciones de ello, son aspectos complementarios de una instrucción adecuada[1], es preciso haber consolidado algunas cualidades que le permitan accionar desde conductas tan favorables y dignas, como es menester de un caballero que se ha educado para conocerse a sí mismo y de algún modo, a los otros como él e incluso a quienes lo son menos.
En este marco, es apenas natural que la educación defendida por Locke esté por fuera de la escolaridad. El ser virtuoso, nos dice, es más importante que “ser un escolar perfecto” (p. 208); incluso, llama la atención Compayré, en su nota a propósito del escolar nombrado por Locke, que “la palabra scholar, que comienza a hacerse francesa, designa muy especialmente a un hombre de escuela, un pedante” (N. de Compayré, p. 208). Baste para ello recordar el planteamiento deMontaigne en su ensayo De la pedantería, en el que, muy cerca de estas ideas de Locke, se pregunta “¿a qué se deberá que un alma enriquecida con el conocimiento de tantas cosas no se torne más viva y despejada?” (Montaigne, 1968 [1580]: p.92). El pedante (o escolar perfecto para Locke), pues, en tanto amplio conocedor de variadas cosas, no es la aspiración de la educación.
La escuela, entonces, encarna dos problemas fundamentales para la educación: el primero de ellos consiste en la preocupación de Locke por la insuficiente atención que el profesor pueda brindar a grupos grandes de niños que, como hemos dicho, necesitan de variascualidades para el desenvolvimiento en sociedad antes que instrucción, y este proceso no se puede adelantar a menos que se desarrolle entre un preceptor y su discípulo, en un ejercicio que es eminentemente individual. El segundo inconveniente de la escuela, por consiguiente, está en una suerte de pérdida de horizonte hacia la virtud, a cambio de una inclinación que se centra más en la instrucción, que es secundaria a todas luces, como se ha anotado.
Tras la lectura de los pensamientos de Locke y la gran afinidad de ellos con nuestros contemporáneos que defienden una educación para la vida, asalta la pregunta por cuál es el lugar para la edificación de la virtud: el centro está en la educación, no en la escuela.
Reseña “Pensamientos sobre la educación” John Locke (Ediciones Akal, 1986 [1693])
Publicado por sabadoenlatarde
Por: David Andrés Rubio Gaviria
Pensamientos sobre la educación es un trabajo que reúne, como suponemos desde el título mismo, algunas ideas que procuran abordar las variadas dimensiones que son constitutivas de lanaturaleza humana (que es modificable en virtud de la educación), desde los modos de subjetividad en que se inscribe John Locke y su obra (Inglaterra, 1693).
De allí la importancia de leer los planteamientos del texto con precauciones necesarias: i) se trata de ideas sobre la educación de los hijos de los caballeros, no de cualquier ciudadano; ii) las reflexiones están orientadas a la educación de los hombres, no de los hombres y las mujeres en un mismo nivel; iii) los planteamientos giran en torno a una educación que es doméstica, más que escolarizada; yiv) el autor trata permanentemente de llevar sus ideas a la vida práctica, en un esfuerzo que termina en proponer métodos que pretenden solventar una educación multidimensional, cuyo ámbito
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