Resumen Augusto Comte
Enviado por sunev • 27 de Julio de 2012 • 2.525 Palabras (11 Páginas) • 2.405 Visitas
En el año 1844, Augusto Comte publicó el Discurso sobre el espíritu positivo, como introducción a un “ Tratado filosófico de astronomía popular”.
Se trata de un breve libro que encierra lo esencial del pensamiento comtiano. Es una obra de madurez posterior al “ Sistema de filosofía positiva” , que recoge sus momentos fundamentales, es uno de esos textos que podríamos llamar fundacionales, por cuanto exponen los principios de una doctrina y un programa general para desarrollarla.
Está doctrina se llamo positivismo, y de alguna forma viene a condensar en poco espacio toda la concepción sobre la ciencia que había comenzado a perfilarse desde el Renacimiento.
Pero conviene distinguir dentro del positivismo, dos dimensiones diferentes. Por un lado tenemos la dimensión negativa, que dice que el positivismo no era filosofía y por otro lado el hecho del positivismo, que es mucho más que un hecho. Nos encontramos con que en el siglo pasado la Humanidad fue positivista, y que nosotros ya no lo somos hemos dejado de serlo. Nosotros venimos de él, y no podemos acabar de entendernos si no lo entendemos.
Según Comte hay una gran distancia entre el fundador y los fundados. La peregrina suerte del positivismo, al querer convertirse en casi-religión , ha hecho que llegue sobre todo, a nosotros jerarquizado y que se desvanezca toda la sustancia filosófica que pudo tener. Conviene volver a las fuentes vivas para entender que ha sido la filosofía. Por ello, entre otras cosas este libro está escrito con el propósito de obtener una gran difusión.
Comte comienza hablando de que el espíritu humano está por debajo de los problemas científicos más sencillos, y busca casi de un modo exclusivo, el origen de todas las cosas, las causas esenciales ,sea primera, finales, de los diversos fenómenos que le extrañan y su modo fundamental de producción; es decir, busca los conocimientos absolutos. Y ahí tres formas principales que le pertenecen sucesivamente, ( aquí el autor nos habla de la ley de los tres estadios) :
Tanto la sociedad como los individuos, pasan por distintos estados. La sociedad pasa por tres estadios, y la clave para delimitar estos tres estadios es el desarrollo del pensamiento, y esté pasa a su vez por tres estados o estadios , son los siguientes:
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Estadio teológico: Para el autor la infancia de la sociedad humana está caracterizada por el predominio del pensamiento teológico, este estadio tiene su principal característica en que las explicaciones eran mágicas .Era un estadio provisional y preparatorio. A su vez se divide en las siguientes fases:
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fase fetichista: Es la más inmediata, consiste en atribuir a todos los cuerpos exteriores una vida esencialmente análoga a la nuestra, pero más enérgica. La adoración de astros es el grado más alto.
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fase politeísta: Aquí la filosofía inicial sufre la más profunda transformación. La vida es por fin retirada de los objetos materiales para ser transportada a lo diversos seres ficticios, habitualmente invisibles, cuya activa intervención se convierte en la fuente directa de todos los fenómenos exteriores. Según Comte la mayor parte de nuestra especie no ha salido todavía de está fase.
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fase monoteísta: Supone la decadencia de la filosofía inicial. Su característica es la adoración a un solo Dios. Es una fase de gran abstracción.
2.Estadio metafísico: La metafísica intenta sobre todo la íntima naturaleza de los seres, el origen y el destino de todas las cosas, pero en lugar de emplear para ello los agentes sobrenaturales los reemplaza, por aquellas entidades o abstracciones personificadas, cuyo uso, en verdad característico, ha permitido a menudo designarla con el nombre de ontología. Es entonces la pura imaginación la que domina, y todavía no es la verdadera observación: pero el razonamiento adquiere aquí mucha extensión y se prepara confusamente al ejercicio verdaderamente científico.
Es un período intermedio, de duda, todo se cuestiona. Lo define como “una especie de enfermedad crónica inherente por naturaleza a nuestra evolución mental.”
3. Estadio positivo: La lógica especulativa había consistido hasta entonces en razonar, no ofreciendo prueba alguna. Este estadio poco a poco estará presente en toda la humanidad. Es la última fase en la evolución del pensamiento y la sociedad. Los hombres aceptan la realidad a través de la observación, experimentación ... . A través de este pensamiento orden y progreso se unen. El pensamiento se limita a ser operativo, estudiar la mecánica de los fenómenos y la relación entre ellos.
Posteriormente nos habla de la naturaleza relativa del espíritu positivo, y nos dice que la ciencia se limita a descubrir los objetos externos sin descubrir su verdadera constitución, y que ninguna ciencia mejor que la astronomía puede mostrar esa naturaleza necesariamente relativa de todos nuestros conocimientos reales. Y por lo tanto el destino de las leyes positivistas consiste ante todo, en ver para prever, en estudiar lo que es, a fin de concluir de ello lo que será, según el dogma general de la invariabilidad de las leyes naturales.
Una vez que ya nos ha hablado del destino de las leyes positivistas, nos habla del destino del espíritu positivo, que en definitiva viene a ser la satisfacción de nuestras propias necesidades, ya que la filosofía positiva procura en los espíritus bien preparados una aptitud muy superior a la que nunca pudo ofrecer la filosofía teológico- metafísica .
Es importante comentar la opinión de Augusto Comte de que estamos viviendo una revolución mental, del régimen teológico al régimen positivo.
El orden natural es lo suficientemente imperfecto para exigir sin cesar la intervención humana , mientras que la teología no admite otro medio de modificarlo que solicitar un apoyo sobrenatural, debido a esto el autor profundiza en la incompatibilidad de la ciencia con la teología en este discurso, dice que el verdadero espíritu filosófico es indispensable hoy para acabar de caracterizar la naturaleza y las condiciones de la gran renovación mental que ahora necesita de lo más escogido de la Humanidad, manifestando la incompatibilidad última de las concepciones positivistas con todas las opiniones teológicas. En resumen la imposibilidad de ninguna conciliación entre las dos filosofías.
El espíritu positivo procede de forma muy prudente respecto a asuntos muy fáciles y esto contrasta con la loca temeridad del espíritu teológico frente a las cuestiones más difíciles , sin embargo donde más se aprecia la incompatibilidad
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