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San Agustin De Hipona


Enviado por   •  1 de Septiembre de 2014  •  2.269 Palabras (10 Páginas)  •  299 Visitas

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San Agustín de Hipona

El contexto histórico, sociocultural y filosófico de Agustín de Hipona (354 a 430)

El contexto histórico

La actividad filosófica de San Agustín se desarrolla en la segunda mitad del siglo IV y el primer cuarto del siglo V, un período en el que el Bajo Imperio romano está sometido a fuertes tensiones internas y a la presión de las tribus bárbaras, que terminarán por provocar el desmoronamiento de la parte occidental de forma definitiva a finales del siglo V.

Constantino I, convertido al cristianismo tras haber ganado una batalla contra Majencio, en la que había pedido ayuda al Dios de los cristianos (según relata Eusebio en "El sueño de Constantino"), fue el primer emperador cristiano. Constantino I establecerá una dinastía que, excepto en el caso de Juliano, favorecerá el desarrollo del cristianismo. Con el Edicto de Milán, del año 313, el cristianismo queda despenalizado y los cristianos adquieren cada vez mayor poder y protagonismo en la vida pública romana, llegando algunos a formar parte del círculo de colaboradores de Constantino I, quien concede privilegios a la Iglesia, hace donaciones y apoya la construcción de templos cristianos. El mismo Constantino I convocará un concilio, el de Nicea (el año 325), en el que se fijarán algunos de los dogmas fundamentales del cristianismo y se condenará el arrianismo. Le sucedieron sus tres hijos:Constantino II, Constante y Constancio II, que se vieron envueltos en crímenes contra sus familiares para asegurar la línea sucesoria, tras lo cual se dividieron entre ellos el Imperio. Tras sus respectivas muertes, Juliano(llamado "El apóstata" por los cristianos), hombre culto y sabio, que era primo de Constancio II, que había sido nombrado césar el 355, al mando de la Gallia, (un año después del nacimiento de Agustín), se hace con el poder de todo el Imperio el año 361, y comienza su lucha en pro del reestablecimiento de las tradiciones culturales romanas, no con persecuciones sangrientas contra los cristianos, sino recurriendo a argumentos y prácticas razonables. Ordenó la reconstrucción de los templos paganos y favoreció el retorno de quienes se había exiliado por motivos religiosos. Retiró a la Iglesia los privilegios concedidos por sus antecesores y prohibió algunas actividades a los cristianos, como la de impartir docencia como preceptores. Sin embargo no consiguió frenar lo que se mostraría como el avance imparable del cristianismo. Tras diez años de gobierno, morirá el 363, en el transcurso de una campaña contra los persas.

Le sucederá Joviano, uno de sus generales, que ejercerá el poder de todo el Imperio durante sólo un año, al fallecer el 364. El ejército, que ya había intervenido en las decisiones sucesorias en el poder con anterioridad, ganando peso político a lo largo del siglo, aclamará como su sucesor a Valentiniano I, quien gobernará del 364 al 375, pero al comienzo de su mandato cederá el mando de la parte oriental a su hermano Valente, quien gobierna del 364 al 378. Valentiniano I será sucedido tras su muerte, el 375, en la parte occidental por su hijo Graciano, y Valente, en la parte oriental, por Teodosio I, el año 379.

Graciano, favorecedor de los cultos cristianos, gobernará hasta el 383, año en que morirá asesinado por miembros del ejército del usurpador Magno Máximo, que dominaba Britannia y la Gallia y contra el que Graciano había emprendido una campaña militar. A Graciano le sucederá Valentiniano II, hermanastro suyo más joven que él, pero dado que la parte occidental se encontraba bajo el mando del usurpador Magno Máximo, Valentiniano II se dirige a Constantinopla, pidiendo ayuda a Teodosio I. Éste emprende una campaña conta Magno Máximo, derrotándole el año 388 y condenándolo a muerte. Valentiniano II toma el poder de la parte occidental y gobernará hasta el año 392, en que será asesinado, víctima de una conjura. Nuevamente Teodosio I marcha contra los usurpadores, venciéndoles el año 394 y quedando en sus manos todo el Imperio hasta su muerte, el año siguiente: 395.

Tras su muerte, el imperio será de nuevo repartido entre sus dos hijos: Honorio en occidente (gobernará hasta el 423) y Arcadio en Oriente (gobernará hasta el 408). Honorio, a su vez, será sucedido por su sobrino Valentiniano III(tras una regencia de su madre, Gala Placidia, hasta su mayoríade edad) en la parte occidental, quien gobernará hasta el 455. En la parte oriental, Arcadio será sucedido por su hijo Teodosio II, quien gobernará haste el 450.

Teodosio I, llamado el Grande, había promulgado el año 380 un edicto que proclamaba el cristianismo como la única religión del Imperio romano, prohibiendo los Juegos Olímpicos y cerrando todos los templos paganos, siendo muchos de ellos destruidos por los cristianos. Teodosio I es considerado por muchos historiadores como el último verdadero emperador romano ya que, tras su muerte, la decadencia del imperio parece ya imparable y la incapacidad de sus gobernantes para hacerle frente, manifiesta. A los conflictos internos, derivados de la degradación económica, constante a lo largo del siglo, se suman las luchas internas y la fragmentación del poder político y el aumento del poder y protagonismo del ejército (son muchos los rebeldes y usurpadores que, a lo largo del siglo, se hacen con el poder en provincias o en amplias zonas del imperio), a lo que hay que sumar las invasiones de los pueblos bárbaros, que ocupan amplias regiones del norte, de forma no violenta, primero, pero con violencia y crueldad extrema posteriormente, ocupando la Gallia y entrando en Hispania. Más sangrante resulta el hecho de que estas tribus estaban "romanizadas" y habían abrazado el cristianismo. El año 410 las tropas visigodas de Alarico arrasarán Roma. En los años siguientes, ni las fronteras ni amplias zonas internas del imperio podrán ser ya controladas por las tropas, y diversas tribus bárbaras (vándalos, suevos, alanos, burgundios, godos, visigodos, etc.) se instalarán en sus territorios de forma estable y duradera, además de atacar y arrasar algunas de ellas amplias zonas del norte de África.

Tras la muerte de Teodosio I, pues, la parte occidental del imperio se ve inmersa en un periodo turbulento que conduce al establecimiento y consolidación de los estados germánicos, que llegarán incluso con sus tropas a África, en donde arrasan varias ciudades (como es el caso de Hipona, el 430, año en que muere San Agustín, o el de Cartago, tomada probablemente sin ofrecer resistencia el 439) y ocuparán Italia, donde el 455 vuelven a arrasar Roma. Desde entonces, el poder real de los emperadores de occidente sería escaso, estando sometidos al de los líderes de los bárbaros, verdadero poder en la sombra. El año 476, Rómulo Augusto, (al que

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