Ser humano, animal de experiencia

Ser humano, animal de experiencia “Libro: el fenómeno religioso, curso fundamental de religión.

Autor: Pikaza Ibarrondo, Xabier

Parte del texto anuncia que el ser humano nació en un ambiente donde no estaba programado, por lo que debía crear su propio entorno a través de la cultura.

Mientras que los animales crecen en un medio que se ajusta a sus estímulos y por ello es una realización natural ya que poseen instintos especializados que aprenden a través de la memoria; sin embargo, solo pueden ser conocidos por un conjunto limitado de cosas que por lo general la relacionan entre su intuición y estructura del mundo circundante que determina y domina lo que puede llegar a expresar y sentir.

Los animales superiores son de inteligencia práctica ya que pueden encontrar nuevas reacciones a nuevas situaciones sin programación previa; sin embargo, en estas circunstancias, su inteligencia operará en un entorno que el animal no puede superar, porque carece de conciencia de sí mismo y no puede diseñar o analizar su propio mundo.

Mientras que para el filósofo René Descartes enfatiza que el ser humano sale adelante por sí mismo, rompiendo la estructura de los instintos y explorando la realidad con sus enigmas, enfrentándose a luchas constantes de supervivencia, asumiendo la realidad, dándose la oportunidad de conocerse y analizando situaciones nuevas.

El filósofo sostiene que los animales carecen de una mente, dado que estos jamás responden, sino por azar, ni siquiera mediante signos a propósito de lo que se les pregunta, un segundo argumento para negar la existencia de la mente en los animales, cita que estos no realizan todas las acciones mejor que nosotros, sino solo con algunos de ellos. Se deducen que es posible distinguir tres argumentos por los que los animales no tienen pensamiento:

Porque carecen de capacidad discursiva, porque no se conducen mejor que nosotros en todas las situaciones de la vida y porque no poseen alma.

En conclusión, tomamos decisiones sin pensarlas con anterioridad, llegamos a respuestas que pueden ser erróneas y engañar nuestra visión de la realidad. Descartes declara que basándonos en nuestros sentidos podemos ser engañados, ya que, no se muestran como son, haciéndonos dudar de todo los objetos o cosas que aprendimos con ellos se concibe lo correcto de lo incorrecto.

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