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Sociedad Y Cultura


Enviado por   •  19 de Junio de 2013  •  12.801 Palabras (52 Páginas)  •  279 Visitas

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En este ensayo busca ilustrar brevemente en qué consiste el multiculturalismo, cuáles son los intereses encubiertos y de qué sectores son representativos. De la misma manera indaga respecto al pluriculturalismo y la plurinacionalidad; reflexionando y sosteniendo que la alternativa emancipadora para América Latina emergerá de las ideas y luchas de quienes viven en ella desde tiempos inmemorables. “Ante el desencanto y fracaso de la politiquería criolla y euro céntrica es la hora de la política de los hijos de la tierra, del Mandar Obedeciendo y de que la espiritualidad y la cultura se reencuentren con la política” (Defensoría Indígena Wajxaqib´No´j; 2008: 38).

Introducción

Abya Yala [como llamaban nuestros pueblos originarios a América Latina] es una región caracterizada por albergar una importante diversidad étnica y cultural. Sin embargo, es conocido que hace más de 500 años con el [mal llamado] “descubrimiento” de América comenzó el sometimiento y silencio forzoso de muchas de estas identidades.

Por entonces nacía el capitalismo a nivel mundial, es decir, se desarrollaba la primera división internacional del trabajo, lo que significó pobreza y dependencia estructural para esta región del globo. Paralelamente, en América comenzaba la división racial del trabajo (Quijano; 2000) en el marco de un proceso de racialización de la vida socio- política [el acceso a los cargos públicos y al cobro de salarios eran privilegios de los blancos, mientras que el trabajo servil- cuasi esclavo era llevado a cabo por los indígenas].

Claramente podemos observar que se levantaba por aquellas épocas el gigante del capitalismo y con él una serie de prácticas socio- culturales que permiten su sostenimiento y reproducción continua a lo largo del tiempo. En la actualidad, en la fase neoliberal- globalizada, siguen vigentes innumerables prácticas que reproducen el hostigamiento, discriminación y exclusión de los pueblos originarios, colocándolos siempre en el lugar de los “otros” [a quienes se suman una gran cantidad de identidades u “otredades” excluidas de los parámetros aceptados por el sistema hegemónico actual].

Estos otros fueron los que el proyecto de modernidad obligó a abandonar sus prácticas políticas, culturales y religiosas para formar parte de una Nación homogénea lo que se tradujo en un Estado unicultural. Sin embargo y a pesar de las [falsas] apariencias, en los últimos años [caracterizados por el recrudecimiento de las condiciones devastadoras de existencia] han emergido desde el silencio las voces enardecientes de los condenados de la tierra (F. Fannon; 1961).

La América morena se puso de pie demostrando que los estandartes de 1789 [libertad e igualdad] nunca fueron ni son una realidad para esta región. Los pueblos indígenas se constituyeron como actores políticos y sin abandonar la resistencia se propusieron alcanzar el poder. Algunos han optado por la vía institucional como ha sido el caso de Bolivia, otros constituyeron movimientos sociales por fuera de la clásica institucionalidad (i). A pesar de las diferencias existentes, la gran mayoría coincide en sus principales demandas: territorio, derechos colectivos [basados en el colectivismo] y derecho a la autodeterminación- autonomía-.

Es posible afirmar que conforman un cuerpo desobediente (Figari; 2008) que ha logrado poner en jaque al Estado [moderno], a la democracia representativa - liberal y por consecuencia a las clases hegemónicas. Dicha hegemonía radica en el predominio de ciertas clases o sectores sobre otros, lo cual se materializa a través de la negación. Por ello, una estrategia concreta que se han dado las clases hegemónicas para mantener su predominio han sido las conocidas políticas de reconocimiento, lo que se resume en una mera conseción de derechos. Esta jugada táctica se plasma en los discursos basados en la noción de multiculturalismo, claramente en boga en nuestros días en diversos ámbitos, incluso académicos.

Sin embargo, el colonialismo [cultural] que ahoga el pensamiento latinoamericano no ha triunfado, ya que, ha comenzado a hacer agua la idea moderna de aunar a la democracia con el capitalismo. De esta manera en boca de los otros resuenan proyectos sustentados en la idea de pluriculturalidad, lo que significa la re- construcción del Estado y con ello una profunda reflexión sobre qué democracia queremos.

Los casos de Bolivia y Ecuador son dos claros ejemplos sobre lo que significa construir estados plurinacionales. Mientras que Argentina sigue siendo [lamentablemente] el fiel reflejo del multiculturalismo.

En este ensayo buscaremos ilustrar brevemente en qué consiste el multiculturalismo, cuáles son los intereses encubiertos y de qué sectores son representativos. De la misma manera indagaremos respecto al pluriculturalismo y la plurinacionalidad; reflexionando y sosteniendo que la alternativa emancipadora para América Latina emergerá de las ideas y luchas de quienes viven en ella desde tiempos inmemorables.

“Desde esos troncos originarios, entremezcladas con las posteriores corrientes inmigratorias se procesará en sucesivas generaciones la historia social subterránea latinoamericana. Donde los hombres y mujeres de esa “América Profunda” van trasmitiendo a sus hijos y sus nietos, los códigos, los valores, el habla, las aspiraciones, las otras ideas que se elaboran en el imaginario de las clases subordinadas, en debate y confrontación con las visiones del mundo de origen europeo incorporadas por los sectores criollos dominantes (…). Procesos que fueron alimentando las identidades populares, vertebrando las nuevas realidades nacionales y continentales, expresadas políticamente en momentos decisivos, en proyectos, liderazgos, construidos alrededor de convocatorias para la formación de la dignidad nacional y social”(A. Argumedo, Los silencios y las voces en América Latina, 2006, p:25).

i. Pueblos Originarios y Multiculturalismo

“Para ellos, nuestras historias son mitos. Nuestras doctrinas son leyendas.

Nuestra ciencia es magia. Nuestras creencias son supersticiones.

Nuestro arte es artesanía. Nuestros juegos, danzas y vestidos son folclore.

Nuestro gobierno es anarquía. Nuestra lengua es dialecto.

Nuestro amor es pecado y bajeza. Nuestro andar es arrastrarse.

Nuestro tamaño es pequeño. Nuestro físico es feo.

Nuestro modo es incomprensible”.

EZLN (ii) (CCRI-CG)

América Latina, Abya Yala, es una región donde conviven sustanciales diversidades bajo una cortina de humo impuesta desde los sectores poderosos, utilizando para ello una herramienta infalible: “la violencia”. Esta violencia de la diferencia (Figari; 2008) radica en la afirmación de una existencia: “europeo, blanco y civilizado”,

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